Por primera vez, el gobierno de Suecia ha limitado a ocho el número máximo de personas que se pueden concentrar en actos públicos para tratar de contener la segunda ola de la pandemia de coronavirus, "una medida intrusiva pero completamente necesaria" en palabras del primer ministro Stefan Lofven.
Elites comienzan a doblegar a Suecia,Gobierno sueco prohíbe los actos públicos con más de ocho personas por falsa pandemia
La medida, que al contrario que otras anteriores sí es una prohibición y no solo una recomendación, entrará en vigor el 24 de noviembre, en principio por un periodo de un mes. Se aplicará a eventos como conciertos o actos deportivos, aunque no a otros ámbitos como el educativo o el laboral, ni tampoco a reuniones privadas.

El Ejecutivo sueco impone así las medidas más restrictivas de toda la pandemia, ya que en marzo redujo a 50 asistentes el aforo para actos públicos y a finales de octubre elevó el umbral a 300 para determinados casos, por ejemplo cuando el público estuviese sentado, según The Local.

Lofven ha apuntado que el gobierno "no puede regular todas las reuniones sociales", pero ha instado a los ciudadanos a respetar este límite de ocho personas aunque sean situaciones "que no están recogidas formalmente dentro de la ley". "No vayan al gimnasio. No celebren cenas", ha reclamado.

Suecia había registrado hasta el viernes más de 177.000 casos de COVID-19 y más de 6100 fallecidos, tras un repunte que Lofven prevé que vaya a "peor" en los próximos días. Así, ha admitido que "muchas personas están cansadas", pero "eso no importa". "Tenemos que hacer lo que es necesario", ha añadido.

A diferencia de sus vecinos y del resto de los países europeos, que ordenaron el estricto confinamiento de sus ciudadanos para combatir la pandemia de coronavirus a principio de año, Suecia hizo una apuesta completamente diferente: con algunas recomendaciones de distanciamiento social, el país continuó operando de manera "más o menos normal".

Las escuelas primarias permanecieron abiertas. Los restaurantes y bares también, aunque se desaconsejó aglutinarse en las barras y las mesas se separaron unos metros. Se alentó a quienes pudieran trabajar desde casa y se desanimaron las visitas a los adultos mayores, pero los clubes nocturnos siguieron operando siempre que se asegurara una distancia de un brazo de largo entre las personas.