Traducido por el equipo de SOTT.net en español

La administración de Biden prometió revertir el curso de gran parte de la política exterior de Trump, congelando la retirada de tropas en Irak y Afganistán, al tiempo que insinuó la disposición de EEUU a reincorporarse al acuerdo nuclear con Irán si Teherán volvía a sus compromisos. En Siria, sin embargo, el nuevo presidente parece continuar con el rumbo marcado por su predecesor.
army syria
© AP Photo / Hussein Malla

Dos convoyes con un total de 59 vehículos han entrado en Siria desde dos direcciones distintas
, ha informado la Agencia Árabe Siria de Noticias, citando fuentes locales sobre el terreno.
"Uno de los convoyes constaba al parecer de 45 vehículos, entre ellos frigoríficos, camiones cisterna y camiones con vehículos militares, y se dice que ha entrado en el país por el paso fronterizo de Semalka, entre el Kurdistán iraquí y la región del norte de Siria controlada por los kurdos y respaldada por EEUU. Damasco considera que el paso de Semalka es ilegal porque está fuera del control del gobierno."
Al parecer, el convoy se dirigía a Qamishli, una ciudad estratégica situada en la frontera sirio-turca. Fuentes de la cercana ciudad de Rmelan facilitaron la información a SANA.

El segundo convoy constaba, al parecer, de 14 vehículos y transportaba material logístico y equipo militar. Ese convoy habría entrado en Siria por el paso fronterizo de Al-Waleed, que también se considera ilegal.

La información sobre el segundo convoy habría sido proporcionada por fuentes de la aldea de al-Swediya.

Se cree que los convoyes militares son al menos el segundo y el tercero que entran en Siria desde que el presidente Joe Biden asumiera el cargo el 20 de enero. El mes pasado, los medios de comunicación locales informaron de que 40 camiones y vehículos militares entraron en el noreste de Siria desde Irak, llevando armas y equipos logísticos a las bases ilegales de EEUU en las provincias de Hasakah y Deir ez-Zor. Además, se dice que 200 soldados estadounidenses fueron trasladados a Hasakah a bordo de helicópteros.

Las tropas estadounidenses entraron por primera vez en Siria en 2017 durante la lucha común contra el "califato" de Daesh (ISIS)*, pero permanecieron en el país después de que la amenaza terrorista disminuyera, justificando su presencia mediante el apoyo a los aliados en "operaciones antiterroristas y entrenamiento" y estableciendo una zona de amortiguación en el norte del país para evitar una escalada turco-kurda. En octubre de 2019, el presidente Donald Trump anunció que Estados Unidos se retiraría del país, pero más tarde dio marcha atrás, diciendo que las tropas serían en cambio redistribuidas para "quedarse" el petróleo de Siria.

Los comentarios de Trump sobre "quedarse el petróleo" le valieron la ira de algunos medios de comunicación estadounidenses, incluyendo acusaciones de que EEUU estaba infringiendo las normas contra el saqueo, un crimen de guerra. Sin embargo, el presidente sirio Bashar Assad calificó a Trump como el "mejor" presidente estadounidense con el que ha tratado, porque al menos fue "honesto" sobre las intenciones de EEUU en Siria.

Como vicepresidente de Obama, Joe Biden ayudó a lanzar la Operación Timber Sycamore, un programa clasificado de armas y entrenamiento de la CIA iniciado en 2012 que vio a EEUU y sus aliados enviar miles de toneladas de armamento y miles de millones de dólares en ayuda a los "rebeldes sirios moderados" que las investigaciones de los medios de comunicación estadounidenses revelaron más tarde que estaban aliados con Daesh y Al Qaeda.