El mundo se encuentra sumido en deudas. La pandemia ha obligado a los Gobiernos a aumentar drásticamente el gasto público y a los bancos centrales a reducir los intereses. En consecuencia, la deuda total es tres veces y media más que la economía mundial, lo que está lejos del límite.
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El apoyo estatal a la economía durante la pandemia costó bastante. Para ser más exactos, unos 24 billones de dólares, esa es la cantidad que aumentó la deuda mundial en 2020. En comparación con 2019 cuando se incrementó 10,8 billones.

El monto total de los préstamos alcanzó los 281 billones de dólares, según los cálculos del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) que incluye las deudas de Estados, empresas, bancos y de la ciudadanía. Paradójicamente, la parte más fuerte de la deuda recae en los países desarrollados como EEUU, Japón, la Unión Europea, Corea del Sur y el Reino Unido.

La relación entre la deuda pública y el PIB es más que crítica. En EEUU, la proporción es del 108%, en el Reino Unido del 100,5%, en Francia de 116% y en Japón de 240%. Mientras que los Gobiernos y los bancos centrales atribuyen estas cifras a la pandemia ya que las economías estatales necesitaban una inyección financiera, por ejemplo, la Reserva Federal de EEUU redujo el tipo de interés a 0-0,25 en una reunión de urgencia el 15 de marzo de 2020.

Los economistas consideran que el coronavirus resultó muy útil porque reducir el tipo de interés al mínimo ha conseguido atraer a inversores que antes no tenían deseo de invertir en activos de deudas fiables con un rendimiento poco atractivo en la Unión Europea o en EEUU.

"A ambos lados del océano, las autoridades buscaban una excusa para que EEUU y Europa refinancien la deuda masiva al tipo de interés históricamente más cercano a cero. Los préstamos anteriores fueron sustituidos por otros mayores, pero en condiciones preferentes. Estas acciones bien coordinadas parecen una operación especial financiera bien planificada", afirma Peter Pushkariov, economista jefe del Centro de Información y Análisis de TeleTrade.

A su vez, el analista financiero Alexéi Bushúyev cree que la vida endeudada es típica de la mayoría de los países, pero esta deuda necesita ser atendida porque "la situación se vuelve arriesgada cuando las cuotas del préstamo superan el 30% y si son más del 50% es peligroso".

En la zona de riesgo se encuentran países como el Líbano, China, Malasia y Turquía con una deuda que asciende al 250% del PIB. Incluso con los tipos de interés más bajos de la historia, les resulta difícil atender a los préstamos porque los ingresos han disminuido drásticamente.

"Si los bancos centrales continúan con su política monetaria estimulante, la deuda mundial superará los 300 billones de dólares en un año y medio o dos años. La burbuja crediticia podría estallar, generando una crisis mundial comparable a la Gran Depresión de los años 30", advierte el economista Oleg Cherednichenko.

Las autoridades son conscientes de ello, por lo tanto, esperan un cambio de la política monetaria en relación a las medidas contra el coronavirus a la mayor brevedad posible.