El escándalo diplomático entre Chequia y Rusia es un intento de eclipsar el fracaso del supuesto intento de golpe de Estado en Bielorrusia, según la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova. Sputnik explica qué puede haber detrás de las discrepancias entre Moscú y Praga y para qué EEUU necesita un cambio de poder en Bielorrusia.
Alexandr Lukashenko
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La expulsión de los diplomáticos rusos de Chequia estaba destinada a relegar a un segundo plano los informes en la prensa sobre los supuestos planes de dar un golpe de Estado en Bielorrusia, declaró la vocera. Occidente no logró distraer la atención, ya que el presunto golpe de Estado en el principal aliado de Rusia resultó ser de mayor magnitud.

Según Zajárova, los hechos confirman que las autoridades de algunos países occidentales buscan presuntamente eclipsar la relevancia de la información publicada por Moscú y Minsk sobre los planes de impulsar una revolución en Bielorrusia. Los intentos de restar importancia a las noticias sobre la supuesta intentona golpista estaban destinados, sobre todo, a alterar la percepción de dichos acontecimientos en el espacio mediático de Occidente.

La diplomática coincide con los expertos que ven un vínculo directo entre el escándalo diplomático de Praga y Moscú y las noticias sobre el supuesto golpe de Estado frustrado en Bielorrusia. Según Zajárova, las autoridades checas entendían perfectamente que sus relaciones con Moscú saldrían malparadas.

Buscan distraer la atención a cualquier precio porque creen que el escándalo puede eclipsar el fracaso de derrocar al presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, quien declara que los presuntos golpistas querían asesinarlo a él y a sus hijos. La Cancillería rusa asegura que la teoría de la intentona golpista está basada en los hechos. Sin duda, Occidente fue pillado desprevenido cuando sacaron a la luz sus planes.

Extrañas coincidencias

Tras ser informado de la decisión de Chequia de expulsar a sus diplomáticos, Moscú adoptó medidas como respuesta. Las autoridades rusas declararon personas no gratas a 20 empleados de la embajada checa. Deberán abandonar el país antes de la noche del 19 de abril. Como consecuencia, a cargo de la misión diplomática checa en Rusia quedarán cinco personas.

Rusia, según la información oficial proporcionada por las autoridades en Praga, expulsa a todos los cargos de índole política de la misión diplomática. Las medidas rusas son la respuesta a la expulsión de 18 de sus diplomáticos y de sus familias — en total, 62 rusos — , todos ellos acusados de trabajar para los servicios de inteligencia.

Además, la Policía checa ha emitido una orden de búsqueda para detener a otros dos ciudadanos rusos, Alexandr Petrov y Ruslán Boshírov. Son los mismos acusados en su momento de estar detrás del envenenamiento de los Skripal. Los representantes de los servicios especiales de Chequia revelaron que tanto uno como otro estuvieron involucrados en la explosión de unos almacenes militares en la ciudad de Vrbetice, al sureste del país.

El incidente tuvo lugar el 16 de octubre de 2014. Fueron detonados unos 10.000 kilos de munición, incluidos misiles de medio alcance. Fallecieron dos personas. Las causas de la explosión hasta ahora se desconocen y, entre ellas, se baraja el error humano.

Chequia emitió la orden de búsqueda contra Petrov y Boshírov el 17 de abril, el mismo día que la prensa se hizo eco del presunto golpe de Estado frustrado en Bielorrusia y seis años después de la explosión en Vrbetice. La respuesta de Moscú, como era de esperar, fue dura.

El Ministerio de Exteriores ruso convocó al embajador checo, Vitezslav Pivonka, y protestó por la expulsión de sus diplomáticos y por las acusaciones vertidas sobre dos de sus ciudadanos. Entretanto, EEUU y la OTAN expresaron su apoyo a Chequia, miembro de la Alianza. En este caso no es difícil conjeturar sobre quién está detrás de la decisión checa y sobre quién se aprovechó del escándalo diplomático.

Ajedrez bielorruso

El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) y el Comité de Seguridad Estatal bielorruso (KGB) anunciaron el 17 de abril que lograron prevenir un golpe de Estado en Bielorrusia, así como un intento de asesinar a Lukashenko.

Dos opositores bielorrusos fueron arrestados en Moscú a petición de Minsk. Según los servicios especiales del aliado de Rusia, tenían previsto derrocar a Lukashenko.

Bielorrusia es un país con una posición geográfica estratégica, y por eso es tan valioso. Occidente busca sembrar semillas de inestabilidad en el país eslavo precisamente por esta razón. Privar a Rusia de su principal socio y aliado es la tarea primordial para EEUU. Y sus cómplices están decididos a recurrir a medidas extraordinarias para que Minsk cambie de Gobierno.

El Kremlin calificó los supuestos planes de derrocar al presidente de Bielorrusia de "absolutamente destructivos". En particular, el portavoz del Gobierno ruso, Dmitri Peskov, señaló que estos planes son una señal de "un gran peligro". Peskov confirmó que Vladímir Putin había discutido el tema de la amenaza que representaba el supuesto golpe de Estado con el dirigente estadounidense, Joe Biden.

Si bien los planes de los golpistas bielorrusos fracasaron, está claro que EEUU, algunos países europeos y sus cómplices no dejarán de intentar derrocar a Lukashenko. Rusia, por su parte, no permitirá que el escenario ucraniano de 2014 se repita en el territorio de su aliado más importante.