El líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, declara ante el juez de la Audiencia Nacional de España por dos querellas en que está acusado de delitos de lesa humanidad, genocidio y torturas.
Sputnik / Virginia Uzal
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El dirigente saharaui compareció a partir de las 10:00 (hora local) por videoconferencia desde el centro hospitalario de Logroño, al norte de España, donde está ingresado por complicaciones derivadas del COVID-19 desde mediados de abril.

Es la primera vez que el tribunal español, de la mano del magistrado Santiago Pedraz, interrogará a Ghali en el marco de las dos querellas presentadas ante la justicia española.Brahim Ghali negó todas las acusaciones de delitos de lesa humanidad, genocidio y torturas contra su persona.
"Ha demostrado con su declaración que son falsos los hechos que han sido objeto de acusación contra él", explicó su abogado, Manuel Ollé, en declaraciones televisadas a los medios de comunicación.
El dirigente saharaui respondió a las preguntas de Santiago Pedraz.

Según su letrado, Ghali defendió que el motivo de las dos querellas interpuestas ante la justicia española contra él es "absolutamente político" y para "tratar de minar la dignidad y la credibilidad del pueblo saharaui".

La Audiencia interrogó al presidente de la autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática en el marco de dos denuncias por parte de un activista saharaui con nacionalidad española y la Asociación Saharaui para la Defensa de los Derechos Humanos.

Por parte de una de las acusaciones particulares, la abogada Mariana Delmas explicó a los medios que solicitó la prisión preventiva como medida cautelar para evitar que el dirigente saharaui se marche de España.

Delmas argumentó que "es lógico que hay indicios" de los crímenes supuestamente cometidos por Ghali porque "ningún juzgado habría dado rienda suelta a una instrucción" en caso contrario.

También negó que la denuncia fuera por motivos políticos: "Mi cliente es un señor que fue horriblemente torturado y por eso interpuso una querella que fue admitida y estamos en instrucción", señaló la abogada sobre el activista denunciante.

En un comunicado difundido el 31 de mayo, Marruecos advirtió a España que el fondo de la crisis entre ambos países está en la postura española sobre la cuestión del Sáhara Occidental y no en la acogida del líder del Polisario.

Rabat dio por rotos la "confianza y el respeto mutuo" entre ambos países y acusó a España de querer "socavar" la integridad territorial marroquí, tras lo cuestionó la reacción del Gobierno de Pedro Sánchez si Marruecos recibiera a representantes del independentismo catalán.

La acogida del líder del Polisario en territorio español desembocó en una crisis migratoria con el intento de entrada de más de 8.000 migrantes marroquíes por la ciudad autónoma de Ceuta ante la pasividad de los agentes fronterizos.