En algunas ocasiones, la política, la ciencia y la cultura se alinean como tres astros con el deseo de cambiar las dinámicas sociales. Los hitos tecnológicos coinciden con aquellos relacionados con la manipulación genética, como una especie de pesadilla cientifista transformada en uno de los mayores fraudes sanitarios imaginados.
Bill Gates
Bill Gates
Durante este tiempo, hemos alcanzado fascinantes hitos, como el amartizaje del Perseverance el pasado 18 de febrero. También en el plano de la manipulación genética. A comienzos de mayo del 2021, la empresa Oxitec, soltó miles de mosquitos transgénicos en Florida [1]. Se prevé que durante este año se liberarán 750 millones de mosquitos en E.E.U.U. ¿Quién es el accionista de este negocio? Sí, están en los cierto, el ubicuo Bill Gates. ¿No es casualidad encontrarlo en todas partes o sencillamente es una máscara al servicio de un estado profundo que conviene investigar?

El mosquito "liberado" es el Aedys Egipti, una especie que transmite varias enfermedades como el dengue o la fiebre amarilla. Modifican al macho genéticamente para que transmita un gen asesino a las hembras, con el fin de exterminarlas antes de procrear.

Estamos ante una coreografía avasalladora: amartizajes, 5 y 6G, decenas de miles de satélites [2] preparados para el gran encendido, y tratamientos génicos despachados en unos pocos meses. De momento, el resultado es turbador, porque la división social es evidente. ¿Cómo unir a millones de familias enfrentadas a causa de un virus con menos letalidad que los fallecidos a cuenta del tabaquismo? [3].

Sin embargo, la censura es tan universal como absurda: los confinamientos producidos en el "mundo libre" ha manifestado la esclavitud de sus ciudadanos.

Los Soros, Gates, Bezos, Munsk, Finsk son simplemente los rostros de la violencia imperial, de una plutocracia tóxica como el mercurio y densa como el hassio. Representan el epítome de una ideología tóxica con el rostro de un hombre exitoso, hecho a sí mismo en un garaje de Seattle.

Pero es tan flagrante el delito covicida, que al final de la escapada, solo resta quemar pueblos y aldeas para implantar los objetivos distópicos más allá del capitalismo y el comunismo. Estamos ante la campaña de publicidad más importante de la historia, en la sublimación del reino de la cantidad y el paroxismo de lo mensurable como propaganda de Estado.

La coacción del transhumanismo político y la transgresión de los patrones biológicos, más la colonización de la robótica en los propios tejidos, avanzan arrolladores ante una mansedumbre general ¿Pertenece el cuerpo a la persona, o es el último y más codiciado territorio que gestionan las tecnológicas? El transhumanismo promete una biología colonizada por nano robots con capacidad para obrar milagros.

Parece que el objetivo es alcanzar la disolución de los paradigmas ideológicos y en una irrealidad inferior, del inframundo, que hoy llaman, sorprendentemente, progresismo.

Volar al planeta rojo y prolongar la vejez por centurias puede resultar tentador, pero es aberrante. Marte es un planeta estéril, sin atmósfera, arrasado por los vientos solares. Hay quien señala evidentes paralelismos con el proceso que se vive actualmente en el planeta azul [4]. ¿Por qué soñar con un mundo yermo, un auténtico infierno, cuando habitamos la Tierra? Marte es el reverso de nuestro hogar, el destino manifiesto de una civilización que verdaderamente extingue su humanidad.

En la locura de un sueño progresivo colonizado por el transhumanismo, un turbio Julio Verne cree que avanza, cuando fantasea con habitar el mundo infernal de un planeta desgastado y sin atmósfera. Y ahora, sueña con alcanzar la misma inmortalidad gracias a la manipulación de los genes.

Sin embargo, todos los actores aparecen nítidos en la fotografía del crimen. Es tan evidente, que resulta inconcebible. La GPMB (Junta de Vigilancia Mundial de Preparación), creada de facto por la OMS y el Banco Mundial y copresidida por Gro Harlem Brundtland, ex primera ministra noruega y ex directora de la OMS, y Elhajd As Si, Secretario General de Sociedades de la Cruz Roja ya lo advertían (201) en Un Mundo en Crisis [5]:
Existen las herramientas y los sistemas necesarios para responder de forma eficaz frente a un patógeno respiratorio letal y de rápida propagación: se dispone de una vacuna universal eficaz contra la gripe, que se utiliza de forma sistemática para proteger a la población mundial; hay tratamientos antivíricos de amplio espectro nuevos y accesibles que permiten tratar un gama de virus y reducir la mortalidad derivada de ellos; periódicamente se identifican y secuencian nuevos patógenos, y las secuencias se intercambian a través de un sitio web accesible desde todo el mundo. A los pocos días de la obtención de nuevas secuencias se inicia la fabricación de vacunas (incluidos los tipos de ácidos nucleicos), de manera distribuida, y las vacunas eficaces se someten a pruebas previas y su uso se aprueba en cuestión de semanas.
Vivimos un tiempo invertido, de ahí que se cierne la sospecha sobre las banderas altruistas; el evento 201, la Johns Hopkins[6], Davos, son núcleos que manifiestan decisiones tiránicas que parecen irreversibles. El público lo sabe, pero implora unas sustancias génicas para ejercer su ciudadanía libre en un mundo que ya es Mordor.

El antiguo régimen está sentenciado. Un nuevo tiempo aparece con la audacia de quien sueña con un progreso que emancipe al hombre de sí mismo, de sus semejantes, hiperconectado con su soledad en espacios burbuja.

Según Davos, "serás feliz sin nada", es decir, despojado. Lejos queda el principio taoísta: "serás feliz en la nada". Sin embargo, la propuesta es alcanzar un superpoder sin oponente ni contrapesos a costa de las calidades individuales.

El señuelo es ciertamente absurdo: proponen la preservación del medio ambiente amenizado con jornadas inagotables de yoga, donde el hombre fía el alma a la tecnología de la manipulación genética. Los biohakers no imaginan tanto; ¡El éxito es real pero el resultado una quimera!

Esto es el resultado de todo un año en el que se ha producido un desgaste mental descomunal. Las autoridades han empleado tácticas militares sobre población civil desprevenida. Y la solución aportada es inocularse un compuesto génico en fase III de investigación. Los poderes locales han actuado al unísono, porque creían que, unidos, iban a vencer a las plagas. Sin embargo, han sido utilizados en un chantaje formidable coaccionados por la peste arrojada a sus pies.

El golpe a las libertades elementales es urdido por unas pcr que no sirven para diagnosticar. Recientemente la Agencia de Salud Pública de Suecia [7] señaló que estas pruebas no pueden distinguir entre virus capaces de infectar células y virus incapacitados por el sistema inmunitario. Incluso los ciudadanos más despistados intuyen que la obligatoriedad de las mascarillas son un fraude.

Pero un enemigo microscópico criminal tiene la posibilidad de colarse por las rendijas de la razón y el sentido común. Los medios han retrasmitido la muerte en directo de los abuelos, aunque más bien han dado fe de la ruina de un sistema democrático, la inmoralidad de sus gobiernos y la cobardía generalizada.

Esta pandemia de autoritarismo ha demostrado el poder de la mente en el teatro de la imaginación; sabemos que manipulan las cifras, que las mascarillas son una burla a la inteligencia, y que en España se han abandonado a los ancianos en las residencias. "Necesitan ayuda en la residencia X", "solo quedan dos auxiliares para ochenta ancianos". ¿Y dónde estaban las auxiliares? [8]; de baja laboral, contagiadas, pero ¡asintomáticas!

La paranoia ha dado paso a la apatía, en palabras del biólogo López-Mirones.

La subversión del lenguaje convierte a algunos funcionarios en cronistas del régimen y a algunos médicos en colaboracionistas de la farmafia. Todo está atado: Los políticos son instrumentos de un globalismo [9] amoral.

¿Cuándo y cómo se produjo la separación entre las personas y el medio que habitamos?

La naturaleza es el medio tecnológico. Solo es posible reconocerse a través de la tecnología. Es natural la adicción que genera: es el espejo-reflectante, al igual que una humanidad representaba su naturaleza dibujada en la superficie de una cueva, en un río, o en los grandes dólmenes.

García Márquez vio, entre sueños, al gitano Melquíades, en Cien años de soledad, quien lleva en primavera los espejos al pueblo de Macondo. Un espejo que refleja exactamente lo que buscamos. "La ciencia ha eliminado las distancias...dentro de poco el hombre podrá ver lo que quiera sin moverse de casa". Es decir; la pura ilusión de libertad a libre disposición del hampa.

Notas:

[1] https://www.oxitec.com/florida

[2] https://www.businessinsider.es/pros-contras-lanzamiento-42000-satelites-elon-musk-736383

[3] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/tobacco

[4] https://www.sciencealert.com/earth-loses-hundreds-of-tons-atmosphere-to-space-every-day

[5] https://apps.who.int/gpmb/assets/annual_report/GPMB_Annual_Report_Spanish.pdf

[6] https://coronavirus.jhu.edu/map.html

[7] Vägledning om kriterier för bedömning av smittfrihet vid covid-19 — Folkhälsomyndigheten (folkhalsomyndigheten.se)

[8] https://www.elmundo.es/comunidad-valenciana/alicante/2020/09/11/5f5a02aafdddff351c8b4666.html

[9] https://www.businessinsider.es/20-empresas-dinero-han-ganado-pandemia-covid-19-663015