La química May Nyman, de la Universidad de Oregon, cuenta que estas sustancias literalmente están en los extremos opuestos de la escala pH.
"Si usas el bicarbonato o el vinagre a la hora de limpiar, de hecho manipulas las moléculas de manera muy complicada", afirma Nyman.La experta subraya que el bicarbonato "es lo contrario" del vinagre: los niveles de acidez de estas sustancias son de 9 y 2, respectivamente. A modo de comparación, el agua pura tiene un pH de 7.
Si bien ambas sustancias son igual de seguras para nuestra piel, son capaces de disolver la materia orgánica. El bicarbonato de sodio no solo disuelve los compuestos como la suciedad o la grasa, sino también actúa como un abrasivo suave. El vinagre, por su parte, destruye los minerales que se depositan en la superficie del lavabo y el grifo.
Dichas sustancias funcionan muy bien en conjunto. El ácido descompone al bicarbonato, liberando el gas de dióxido de carbono que, a su vez, sube la suciedad a la superficie. No obstante, nunca deberías mezclarlas en cantidades iguales, advierte la experta, pues en este caso la mezcla va a perder sus propiedades limpiadoras.
Comentarios del Lector
a nuestro Boletín