Vivek Ramaswamy, autor de "Woke, Inc: Inside Corporate America's Social Justice Scam" (Woke, Inc: Dentro de la estafa de la justicia social de las empresas estadounidenses) afirma que el régimen comunista de China está empleando el "wokeismo" como herramienta geopolítica para destruir la democracia estadounidense.
Vivek Ramaswamy
© Captura de pantalla de Twitter/@VivekGRamaswamyVivek Ramaswamy, empresario y autor del libro WOKE, INC.
El término "woke" se ha utilizado como un término general para caracterizar a los grupos de izquierda y las ideas que tienen como objetivo promover la justicia social y se basan en movimientos académicos como la teoría crítica de la raza, según Political Viewer.
"Ellos [China] están utilizando eso para dividirnos, para utilizarlo como una grieta en nuestra armadura para dividirnos desde dentro, haciendo que las empresas critiquen la injusticia aquí, sin decir ni pío sobre la injusticia allí y desviando la responsabilidad por sus abusos de los derechos humanos", dijo Ramaswamy.
Los principales dirigentes chinos llevan mucho tiempo insistiendo en la importancia de influir en la opinión pública internacional. El presidente Hu Jintao declaró en 2006 que China necesitaba "fortalecer la construcción de medios y redes relacionadas con el extranjero" que "promovieran a China". Instó a China a "innovar en los métodos de propaganda exterior" y a "reforzar la propaganda exterior en un lenguaje fácilmente comprensible y aceptado por el público extranjero". Dijo que China también necesita "hacer un buen trabajo con los medios de comunicación occidentales" para "aumentar la confianza y disipar las dudas" sobre el ascenso de China.

En estos esfuerzos suele participar el Departamento de Trabajo del Frente Unido de China, un organismo del régimen encargado de cooptar o neutralizar la oposición extranjera y nacional al partido y a sus políticas, y que ha incluido enormes donaciones vinculadas al Partido Comunista chino destinadas a distintos partidos políticos. Además, presta apoyo financiero a instituciones de investigación aquiescentes o a la creación de las propias de China. Está implicada en el acoso a la diáspora en el extranjero, monopoliza los medios de comunicación en idioma chino, proporciona contratos de consultoría a antiguos políticos y otras vías. Todo esto se ha verificado utilizando fuentes abiertas.

Ramaswamy afirma que empresas estadounidenses como la NBA y Disney critican cuestiones sociales en Estados Unidos, pero guardan silencio sobre los abusos de los derechos humanos en China, como los de Xinjiang, según Political Viewer.

En 2020, Disney suscitó numerosas críticas cuando rodó un filme de acción de "Mulán" en la provincia de Xinjiang, en el extremo occidental de China, donde Beijing mantiene encarcelados a más de un millón de uigures y otras minorías musulmanas en campos de concentración. Varios gobiernos, incluido el de Estados Unidos, ya han calificado la opresión de China en Xinjiang como genocidio.

En 2019, la NBA se vio envuelta en una polémica después de que el director general de los Houston Rockets, Daryl Morey, expresara en Twitter su apoyo a los manifestantes prodemocráticos de Hong Kong. Los partidos de la NBA fueron suspendidos posteriormente en la televisión china, y las empresas chinas abandonaron las conexiones con la liga después de ese incidente.

La NBA dijo en un comunicado de disculpa que el tuit de Morey fue "lamentable" y "ofendió profundamente a muchos de nuestros amigos y fans en China".

"Lo que tiene el efecto de hacer es crear una falsa equivalencia moral entre Estados Unidos y China", explicó.

Y añadió: "Y eso en realidad erosiona nuestro mayor activo geopolítico de todos, que no es nuestro arsenal nuclear, es nuestra posición moral en el escenario global".

Mientras tanto, según Ramaswamy, la administración china ha estado "extendiendo la alfombra roja" a las empresas que han desafiado la injusticia en Estados Unidos. Por ejemplo, citó a Airbnb, un proveedor estadounidense de alojamiento por Internet que expresó su apoyo a la campaña Black Lives Matter.

La empresa Airbnb pagó a Beijing un "sucio soborno" al compartir los datos de sus huéspedes con funcionarios chinos para obtener el visto bueno para hacer negocios en China.

El wokeísmo moderno, que Ramaswamy describió como una "cultura self-criticism", tiene similitudes con la antigua política comunista china y con la Guardia Roja del antiguo líder chino Mao Zedong, señaló.
"Esta es una época en la que efectivamente se vive una revolución moderna de la Guardia Roja en Estados Unidos, excepto que en lugar de que la Guardia Roja china impulsara la filosofía del marxismo, la nueva Guardia Roja la está impulsando a través de todas nuestras principales instituciones, desde el sector privado hasta el público, están impulsando esta nueva filosofía del wokeismo", dijo.
Y añadió: "Alguien de dentro tenía que hacer sonar la campana de alarma".