El estudio constata más contagios con temperaturas y humedad bajas y destaca el papel de los aerosoles para propagar la infección.
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La covid-19 es una enfermedad estacional que se asocia a temperaturas y humedades bajas, igual que sucede con la gripe, concluye un estudio publicado por el ISGlobal y que publica este jueves la revista científica 'Nature Computational Science'. Esta investigación, desarrollada por científicos españoles, también destaca el importante papel que juegan los aerosoles en los contagios por coronavirus y la necesidad de adoptar medidas que promuevan la higiene del aire.

Al estudiar lo ocurrido en todo el mundo al inicio de la pandemia, antes de que se implementaran cambios en el comportamiento de la ciudadanía y en las políticas de salud pública, los científicos de ISGlobal hallaron una correlación negativa entre la tasa de transmisión (conocida con el término Ro) y la temperatura y humedad. De esta manera, descubrieron que existían tasas de transmisión más altas en lugares con temperaturas bajas y poca humedad, algo similar a lo que ocurre con el resto de los virus respiratorios.

Posteriormente, el equipo analizó la evolución de esta asociación entre clima y enfermedad a lo largo del tiempo, y si era consistente a diferentes escalas geográficas (en regiones fuertemente afectadas por el virus, como Lombardía -norte de Italia-, Turingia -en el centro de Alemania- y Cataluña). Utilizaron un método estadístico diseñado para identificar patrones de variación similares en diferentes ventanas de tiempo y de nuevo, encontraron una fuerte asociación negativa para pequeñas ventanas de tiempo entre número de casos y clima (temperatura y humedad).

Aquí, los expertos determinaron que a escala global las primeras olas pandémicas disminuyeron al aumentar la temperatura y la humedad y viceversa; las oleadas crecieron al disminuir la temperatura y la humedad. En concreto, el virus se extendió más en lugares con temperaturas entre 12 y 18 grados y niveles de humedad absoluta del aire de entre 4 y 12 g/m3, por ejemplo, como la que tiene durante todo el año Madrid, uno de los lugares de España y del mundo más azotados por el virus en la primavera de 2020, aunque los científicos avisan de que se trata de rangos indicativos.

Paradoja

Pero entonces se encontraron con una paradoja: en el verano, en todos los continentes, se dio un repunte de contagios. ¿Por qué subían los positivos si hacía más calor? «Esto podría deberse a varios factores, entre los que se incluyen concentraciones masivas de personas jóvenes, turismo y aire acondicionado, entre otros», responde Alejandro Fontal, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio. Los autores comenzaron a pensar que reunirse en lugares cerrados y con mala ventilación podría ser también un factor decisivo en el aumento de casos.


Comentario: Si ha habido un repunte de contagios en verano, donde la mayoría de virus pueden ser eliminados por efecto del sol y el calor, se debe probablemente a los experimentos génicos que siguen inyectando a la población, que dañan el sistema inmune natural y que además hace de los inoculados auténticas fábricas de covid. Pero eso no lo dirá la prensa, políticos y sanitarios financiados por las corporaciones de las élites.


Porque en este punto entra en juego otro elemento. Hasta la covid-19, los científicos creían que la mayoría de las infecciones por virus respiratorios ocurrían cuando un contagiado expulsaba gotitas de saliva que llegaban a otra persona. Pero las investigaciones de la pandemia han dado la vuelta a este paradigma y ahora los expertos coinciden en que la mayor parte de los contagios se producen a través de los aerosoles, partículas diminutas que se acumulan en el aire en espacios interiores y permanecen suspendidas incluso durante horas.

Cuando baja la humedad, se reduce el tamaño de los aerosoles que transportan cualquier virus respiratorio, que pueden estar más tiempo en el aire y de esta forma aumenta la transmisión no solo de la covid-19, sino también de la gripe y de los catarros. «Esta asociación justifica poner el énfasis en la higiene del aire mediante una mejor ventilación de los espacios interiores, ya que los aerosoles pueden permanecer suspendidos durante más tiempo», asevera Rodó, que subraya la necesidad de incluir parámetros meteorológicos en la planificación y evaluación de medidas de control.

Para entender mejor el comportamiento del virus y predecir la subida y el descenso de las olas, los científicos de ISGlobal piden que se incorpore la temperatura como otro indicador. «El conjunto de nuestros resultados apoya la idea de que la covid-19 es una infección verdaderamente estacional, similar a la gripe y los otros coronavirus del resfriado común», reitera Rodó.