El primer ministro israelí, Naftali Bennett, y sus principales asesores se refugiaron el jueves en un búnker de guerra durante un ejercicio que simulaba un brote de una nueva variante letal del COVID-19.
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© Kfar SabaImagen de archivo. El primer ministro israelí, Naftali Bennett, llega a recibir tercera dosis de vacuna contra el COVID-19.
El funcionario describió el "Ensayo Omega" de un día de duración, que lleva el nombre de una cepa de virus ficticia, como una precaución para garantizar que Israel esté preparado para "cualquier escenario".

El complejo a prueba de explosiones nucleares en las colinas de Jerusalén, conocido como el "Centro de Gestión Nacional", también se utilizó para coordinar las respuestas iniciales al coronavirus en marzo de 2020.

Israel impuso bloqueos para tratar de controlar tres oleadas de COVID-19, pero ha mantenido la economía y las escuelas abiertas desde que se produjo una cuarta oleada en junio.

El simulacro involucra a líderes civiles y militares sometidos a pruebas masivas, admisiones hospitalarias y toques de queda, dijo la oficina de Bennett en un comunicado. Los resultados del ejercicio se compartirán con socios extranjeros.

"Israel está seguro y protegido. Para mantener esto y salvaguardar la continuidad de la vida normal, debemos monitorizar de cerca la situación y prepararnos para cualquier escenario", mostró el comunicado.

La declaración no dijo nada que indicara que el gobierno creía que una nueva cepa letal de coronavirus era inminente ni mencionó ningún posible enfrentamiento a con enemigos entre los escenarios para el simulacro.

El búnker fue construido hace más de una década debido a la preocupación por el programa nuclear de Irán y los intercambios de misiles con el Líbano y la Franja de Gaza.