El embajador estadounidense Jeffrey Feltman supervisa la extensión de la doctrina ‎Cebrowski al Cuerno de África. Después de haber llevado la guerra a Sudán, ahora ‎arremete contra Etiopía e impone sanciones a Eritrea. Sin darse cuenta, la etnia ‎mayoritaria en la región etíope de Tigray está sirviendo de punta de lanza a la ‎estrategia de Washington contra el Estado etíope, contra el Estado eritreo y también ‎contra la Unión Africana.
Tigray es la pequeña región que ocupa el norte de Etiopía. Pero su aspiración no es ser ‎independiente sino controlar todo el país.‎
Tigray es la pequeña región que ocupa el norte de Etiopía. Pero su aspiración no es ser ‎independiente sino controlar todo el país.‎
Ante la epidemia de Covid-19, la Comisión Nacional Electoral etíope pospuso ‎las elecciones ‎legislativas que estaban previstas para septiembre de 2020. Pero el Frente de ‎Liberación del ‎Pueblo de Tigray -principal fuerza política de esa región- decidió organizar las ‎elecciones en esa parte del país, en una iniciativa claramente secesionista. El gobierno federal, ‎lógicamente, ‎no reconoció esas elecciones. Así se abrió la guerra civil. ‎

Etiopía cuenta 110 millones de habitantes y la población de Tigray es de 7 millones. ‎

En un año, funcionarios del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (FLPT) y otros ‎funcionarios ‎del gobierno federal etíope cometieron crímenes de guerra sin que haya sido ‎posible determinar ‎con precisión si lo hicieron por propia iniciativa o por instrucciones de sus ‎superiores -en ‎este último caso serían calificados como «crímenes contra la humanidad». ‎El resultado es que ‎las zonas asoladas por la hambruna siguen creciendo y las masacres ‎se multiplican. ‎

Como siempre, cada bando atribuye los crímenes al otro, olvidando que otros actores ‎pueden ‎haber desempeñado un papel en los hechos. Pero si nos preguntamos quién se beneficia ‎con ‎el crimen habría que responder: Aquellos que esperan dividir todavía más el país. ‎

Después de haber destruido los Estados en los países del Medio Oriente ampliado, ‎el Pentágono ‎está tratando de aplicar la misma estrategia en el Cuerno de África. Ya vimos la ‎destrucción ‎de Sudán, país dividido en dos con la separación de Sudán del Sur en 2011, y la de ‎Etiopía, ‎también dividida en 1993 con la separación de Eritrea. Tanto Sudán como Etiopía se ven ‎hoy ‎inmersos en nuevas guerras civiles tendientes a dividirlos nuevamente. ‎

Encabezando la orquesta, el estadounidense Jeffrey D. Feltman ya organizó, desde su antiguo ‎cargo de ‎director de asuntos políticos de la ONU, los 10 años de guerra contra Siria -o sea ‎el ‎financiamiento y la entrega de armas a los grupos yihadistas [1]. El mismo Feltman, actuando ahora como enviado ‎especial del presidente ‎estadounidense Joe Biden para el Cuerno de África, retomó el 1º de ‎noviembre de 2021, ante el ‎US Institute for Peace -el "tanque pensante" del Pentágono (en el ‎Departamento ‎de Defensa, el US Institute for Peace es el equivalente de la National ‎Endowement for ‎Democracy, la tristemente célebre NED [2] en el ‎Departamento de Estado)- exactamente la misma ‎retórica ya utilizada antes por Estados Unidos ‎contra Afganistán, Irak, Libia, Siria, Yemen y ‎Líbano. ‎

Estados Unidos ya está repatriando a los estadounidenses de Etiopía, donde mantiene sólo ‎el ‎personal imprescindible de su embajada. Mientras tanto, las agencias de prensa ‎occidentales ‎divulgan reportes que hacen pensar que Adis Abeba, la capital etíope, donde además ‎se encuentra ‎la sede de la Unión Africana, está a punto de caer en manos del FLPT, lo cual ‎significaría el fin de ‎Etiopía. ‎

Siria es el único país que ha sobrevivido a la aplicación de la doctrina Rumsfeld-Cebrowski ‎‎ [3] por parte del Pentágono. ‎

Si Siria logró sobrevivir fue porque los sirios están conscientes de que sólo el Estado ‎puede ‎protegerlos ante enemigos difíciles de identificar. La región del Levante es la única en ‎el mundo ‎donde la noción misma de Estado apareció en los más lejanos tiempos de la Alta ‎Antigüedad. Y ‎no hablamos aquí del Poder sino realmente del Estado, de la estructura ‎organizativa que permite ‎a un pueblo «estar de pie» (en latín stare, término que da origen al ‎vocablo Estado en las ‎lenguas europeas). Después de haber creído por varios meses que su país ‎estaba viviendo una ‎revolución, los sirios comprendieron que en realidad estaban siendo ‎agredidos desde ‎el extranjero y que lo único que podía salvarlos era el Estado. ‎Por consiguiente, ‎independientemente de los desacuerdos que pudieran tener con el Poder, ‎los sirios defendieron ‎el Estado. Todos los países del Medio Oriente ampliado que ya ‎se derrumbaron comenzaron por ‎dividirse en tribus o en comunidades confesionales. ‎

Etiopía es un país federal que se compone de regiones administrativas cuyo factor común es ‎el ‎predominio de una etnia en particular en casi cada una de esas regiones. En el conflicto ‎actual la etnia ‎tigray parece enfrentada a los omoros y los amharas. Pero los omoros opositores ‎al gobierno ‎federal se han separado de su propia etnia para aliarse a los tigray. Estos últimos ‎creen poder ‎contar con el respaldo de Estados Unidos y exhiben con orgullo el discurso que ‎Jeffrey Feltman ‎pronunció en 2021, en el funeral del primer ministro Meles Zenawi, miembro de ‎la etnia tigray. ‎Esa creencia es típica de quienes no entienden cómo funciona la "diplomacia" ‎estadounidense ‎desde el 11 de septiembre de 2001. A Washington no le interesa ninguno de los ‎dos bandos. ‎Nada le importa que gane este o aquel y lo que pretende es lograr que se maten ‎entre sí y que ‎en esa lucha se debiliten hasta que ninguno sea capaz de controlar ‎realmente ‎el país. ‎

El actual conflicto ha hecho resurgir en Etiopía una serie de prejuicios tribales. ‎

El primer ministro federal, Abiy Ahmed, hizo todo lo humanamente posible para reconciliar ‎el país ‎con Eritrea, su antigua provincia hoy independiente. Sus esfuerzos fueron reconocidos ‎con ‎el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz, en 2019. Se trataba así de mostrar que un ‎cristiano ‎pentecostés había logrado hacer la paz con musulmanes. En todo caso parece difícil ‎acusar a ‎Abiy Ahmed de «crímenes contra la humanidad», como se hizo contra el presidente ‎sirio Bachar ‎al-Assad. ‎

Pero el caso de la dirigente birmana Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991, ‎demuestra ‎siempre hay lugar para la difamación. Al presentar su informe sobre Etiopía, la chilena ‎Michelle ‎Bachelet, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, exoneró ‎al gobierno de Abiy ‎Ahmed... pero agregó que los crímenes comprobados podrían ser ‎reclasificados en algún momento ‎como «crímenes contra la humanidad». En otras palabras, Abiy ‎Ahmed es un hombre honesto ‎pero siempre se puede echar atrás esa calificación si fuese ‎necesario deshacerse de él. ‎

Así que el primer ministro etíope tendrá que seguir lidiando con un problema que ya creía ‎resuelto. ‎Pero también tendrá que ocuparse del asunto de la Gran Represa del Renacimiento ‎Etíope, ‎actualmente en fase de llenado, lo que podría provocar una salinización del Nilo ‎en perjuicio de ‎Sudán y de Egipto. Otro tema urgente para el primer ministro etíope Abiy Ahmed ‎será resolver el ‎diferendo territorial con Sudán por el triángulo de Al-Fashaga. Para completar ‎el panorama ‎también tendrá que cuidarse de los tribunales islámicos que imponen su voluntad en ‎Somalia y ‎preservar la paz que logró firmar con Eritrea. ‎

Precisamente, las fuerzas del FLPT no sólo han arremetido contra Etiopía. También ‎han ‎bombardeado la frontera con Eritrea -ex provincia etíope de 6 millones de habitantes- ‎para ‎reactivar la guerra civil que durante 40 años desgarró el antiguo imperio de Abisinia. Lejos ‎de ‎caer en la trampa, el presidente de Eritrea, Isaías Afewerki -quien pertenece a la etnia ‎tigray ‎pero es políticamente cercano a China- no dudó en penetrar en Etiopía para perseguir a ‎las ‎fuerzas del FLPT, pero sin atacar al ejército etíope.‎

El Cuerno de África
El Cuerno de África
Prosiguiendo sus intentos de sabotear la paz en la región [4], ‎el embajador Jeffrey Feltman adoptó entonces sanciones contra Eritrea [5]. ‎Pero ‎el gobierno etíope salió inesperadamente en defensa de Eritrea solicitando a ‎Estados Unidos ‎que se abstenga de actuar contra un Estado que «no representa una amenaza ‎para una paz ‎duradera» [6].‎

Varios dirigentes africanos han visto en la acción del embajador Jeffrey Feltman una voluntad ‎de ‎Washington de no limitarse a desmantelar Sudán y Etiopía y de arremeter también ‎contra Eritrea ‎sino de torpedear además la Unión Africana. ‎

El FLPT dispone de gran cantidad de armamento, que parece obtenido -desde Suiza- por ‎el ‎director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Ghebreyesus, miembro de ‎la ‎etnia tigray [7]. Los lazos del Dr. Tedros ‎Ghebreyesus con Pekín ‎podrían hacer pensar que ese armamento viene de China, lo cual es poco ‎probable. Se trata ‎más bien de armamento proporcionado por contratistas del Pentágono. ‎

Washington ya decretó sanciones contra Etiopía y ahora se dispone a sacar el gobierno ‎etíope ‎de su programa AGOA (African Growth and Opportunity Act), programa de ayuda a los ‎países ‎africanos. Al cabo de una decena de años, varias transnacionales estadounidenses ‎estaban ‎adquiriendo petróleo etíope a cambio de productos estadounidenses. Eso no es muy ‎ventajoso ‎pero si Washington excluye a Etiopía del AGOA, ese país se verá impedido de realizar ‎cualquier de ‎transacción -importación o exportación- con Occidente, lo cual generalizará ‎el hambre y ‎la guerra... a menos que Rusia o China decidan tomar cartas en el asunto. ‎

Notas:

[1] «Alemania y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria), ‎‎Red Voltaire, 28 de enero ‎de 2016.

[2] «La NED, vitrina legal de la CIA», ‎por Thierry Meyssan, Оdnako (Rusia), ‎‎Red Voltaire, 11 de octubre de 2010.

[3] «La doctrina Rumsfeld-Cebrowski», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, ‎‎25 de ‎mayo de 2021.

[4] «Falso "golpe de Estado" en Sudán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 2 de noviembre ‎de 2021.

[5] "The US ‎Treasury ‎sanctions Eritrea", Voltaire Network, 12 de noviembre de 2021.

[6] «Declaración de Etiopía sobre las sanciones de ‎Estados Unidos contra Eritrea», Red Voltaire, 13 de ‎noviembre de 2021.

[7] «Acusan al director de la OMS de tráfico de armas», ‎‎Red Voltaire, 21 de noviembre de 2020.