El primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, anunció este miércoles en su intervención ante la Cámara de los Comunes que para el 27 de enero las autoridades dejarán de exigir el uso obligatorio de la mascarilla y el pase Covid.
Boris Johnson
© AAJohnson subrayó que confiará en el criterio de los británicos y no criminalizarán a quien no decida usar mascarilla.
Según lo dicho por el premier, esta medida está basada en datos que reflejan que la actual ola de contagios propiciado por la expansión de la variante Ómicron ha llegado a su punto cúspide y debe comenzar a descender el número de casos.

Como parte del nuevo protocolo llamado Plan B, el Gobierno de Reino Unido detalló que muchas de las medidas restrictivas activas dejarán de tener vigencia; por ejemplo ya no se exigirá el teletrabajo a los ciudadanos, así como la mascarilla no será necesario siquiera en espacios cerrados como aulas.

Johnson afirmó que confiará en el criterio de los connacionales y ya no criminalizarán a quienes decidan no usar tapabocas, sin embargo, las autoridades continuarán recomendando el uso de la mascarilla.


Comentario: O la narrativa está colapsando, o se traen algo más entre manos los lideres globales. O también puede simplemente ser Johnson intentando controlar el escándalo público que su gabinete protagonizó durante las fiestas navideñas donde quedó extremadamente clara la hipocresía de las medidas para frenar al virus.


Medios locales pormenorizaron que se continuará exigiendo que los pacientes que resulten positivos a pruebas de Covid-19 permanezcan en cuarentena al menos cinco días aunque, el propio primer ministro dijo que la idea es que esta medida deje de existir en algún momento.

Este 19 de enero el Reino Unido informó sobre 108.069 nuevos casos de Covid-19 y 359 decesos provocados por causas asociadas a la enfermedad. Vale mencionar que este martes esa nación reportó 438 fallecimientos, la cifra más alta de los últimos 11 meses.

En esa nación ubicada en el continente europeo se ha vacunado totalmente más del 71 por ciento de la población y más del 54,4 por ciento ha recibido una dosis de refuerzo.