El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió a su homólogo Sauli Niinisto sobre las posibles consecuencias de la entrada a la OTAN del país nórdico en una conversación telefónica previa al anuncio oficial. Aunque el mandatario finlandes subrayó que no creía que Rusia estuviera planeando ataques contra Finlandia "ni antes ni ahora", el país anunció la decisión de solicitar la incorporación a la Alianza.
Expertos consultados por RT califican esta decisión de un enorme error histórico que podría cambiar el vector de la cooperación ruso-finlandesa y socavar la estabilidad en el norte de Europa y el Ártico.
"Finlandia también está sometida a cierta presión. Y el presidente ruso lo entiende muy bien, pero dice que si se toma esa decisión, se destruirán esas relaciones de muy buena vecindad y mutuamente beneficiosas. Complicaría el cruce de fronteras y muchas de las circunstancias que han pasado a formar parte de la vida de los residentes de las regiones fronterizas cambiarían drásticamente", explicó el politólogo Alexandr Asáfov.Recordó que a finales del año pasado, Rusia presentó sus propuestas sobre garantías de seguridad, que Occidente y la OTAN ignoraron. Ahora están dando los pasos exactamente contrarios, ya que la adhesión de Helsinki a la Alianza implica también cambios en el llamado contorno de seguridad, afirma el analista.
"Si Finlandia, como parte de la OTAN, despliega armas que amenazan a Rusia, está claro que Moscú responderá con un despliegue de armas a la par", argumentó Asáfov.Señaló que esta decisión "no nació en Helsinki" al cuestionar en qué medida corresponde realmente a los intereses nacionales de Finlandia.
Por su parte, el profesor asociado de la Universidad Estatal de Moscú y politólogo Borís Mezhúev indicó que el acercamiento de las fronteras de la OTAN a las de Rusia en el norte de Europa afectará principalmente a la situación en el Ártico.
"Lo más probable es que Moscú revise su política hacia esta región y la Ruta Marítima del Norte. También habrá un cambio de rumbo en los ámbitos de la energía, las exportaciones de mano de obra, el turismo y los contactos laborales", dijo el analista.Afirmó que el cinturón de Estados neutrales alrededor de Rusia está dejando de existir.
"Es dudoso que Finlandia tema realmente una invasión de Rusia. Es más probable que entienda que se está formando un bloque interno de Occidente en la OTAN y cada uno de los miembros reclama un determinado papel y quiere hacer valer sus prioridades. Existe un miedo a quedarse fuera del 'gran juego'. El rechazo del estatus de neutralidad puede verse como una manifestación de mayor lealtad", explicó Mezhúev.Según él, la neutralidad de Finlandia fue un cierto pago por el hecho de que "la URSS la perdonó", a pesar de que el país luchó del lado de la Alemania de Hitler durante la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial.
"Después de eso, se le dio el estatus de Estado neutral y al mismo tiempo relativamente amistoso para Moscú. Intentar cambiar esta dirección es un gran error histórico por su parte. Las relaciones bilaterales no serán tan amistosas después de este paso", concluyó el experto.
"El ingreso de Finlandia en la OTAN es una declaración de guerra contra Rusia"
Lo mismo que Ucrania, Finlandia debe lo que tiene a la Revolución de Octubre, que le permitió conquistar su independencia como Estado , bajo el paraguas de Alemania. Sin embargo, la derrota del Reich en la Primera Guerra Mundial les permitió guardar ciertas apariencias de autonomía.
La actual Guerra de Ucrania también tiene muchos paralelismos con la “guerra de invierno” que enfrentó a Finlandia con la URSS entre 1939 y 1940.
El 30 de noviembre de 1939 el Ejército Rojo atacó a Finlandia, iniciando así la “guerra de invierno” entre ambos países. En 1963 el presidente finlandés Urho Kekkonen reconoció que los soviéticos tenían razones “comprensibles” para iniciar aquella guerra.
La “guerra de invierno” terminó con la firma del Tratado de Moscú el 13 de marzo de 1940, que Finlandia no respetó al unirse a la agresión alemana contra la URSS en junio de 1941. En Finlandia los historiadores la llaman “guerra de continuación”.
En ella Finlandia desempeñó un papel importante -pero ignorado- en el asedio nazi a Leningrado que acabó con el exterminio de un millón de personas , la tercera parte de la población.
La guerra con Finlandia acabó el 19 de septiembre de 1944, un poco antes que con Alemania. Ambos países firmaron el Armisticio de Moscú, en el que la URSS realizó importante concesiones al país nórdico, porque el combate fundamental era con el III Reich . El Ejército Rojo necesitaba concentrarse en la derrota de Alemania.
El tratado de paz definitivo se firmó en París el 17 de febrero de 1947 bajo los auspicios de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia.
El elemento fundamental del tratado era la neutralidad de Finlandia porque la URSS necesitaba, como ahora Rusia, un cordón para proteger sus fronteras , es decir, que sus vecinos no se convirtieran en un foco de conflictos.
Los tratados de paz han estado vigentes durante más de 70 años si que jamás se haya producido ningún conflicto entre embas partes .
La adhesión de Finlandia a la OTAN supone, pues, una violación de los términos del Tratado de París o, en otras palabras, anularía el armisticio de 1944. Eso significa que ambas partes, Finlandia y Rusia, volverían a la situación anterior, es decir, a la guerra .
En ella, una vez más, Finlandia jugaría exactamente el mismo papel subordinado respecto a la OTAN que ahora juega Ucrania.
Gracias a Finlandia, la OTAN pondría sus misiles a 50 kilómetros de San Petersburgo. Uno de los motivos de la “guerra de invierno” fue precisamente la nacesidad de la URSS de desmilitarizar la frontera con Finlandia para salvaguardar Leningrado.