Traducido por Noticias de Frente

Hasta el momento, la IX Cumbre de las Américas, que se realizará en Los Ángeles a principios de junio, amenaza con terminar en la humillación del presidente Joe Biden luego de que Washington excluyera a Cuba, Venezuela y Nicaragua de la próxima cita.
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"El presidente de México, López Obrador, ha aumentado el riesgo de avergonzar a Biden, quien será el anfitrión de la reunión en Los Ángeles, pues ya anunció que su país no participará en la cumbre con la ausencia de Cuba, Venezuela y Nicaragua". dice Gustavo Guerreiro, editor ejecutivo de la revista Tensiones Mundiales y miembro del Centro Brasileño de Solidaridad con los Pueblos y Lucha por la Paz (CEBRAPAZ). "El probable boicot a la cumbre denota el colapso de la hegemonía estadounidense sobre América Latina".
La novena Cumbre de las Américas (SOA) se llevará a cabo del 6 al 10 de junio de 2022 en Los Ángeles, California. Se convocará en los Estados Unidos por primera vez desde su sesión inaugural de 1994 en Miami. Sin embargo, después de que quedó claro que los estados de izquierda Cuba, Venezuela y Nicaragua no estarían incluidos, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, señaló que no asistiría a la cumbre. El presidente de Bolivia, Luis Arce, siguió los pasos de Obrador y dijo que también podría boicotear el evento si no se invitaba a los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

La presidenta de Honduras, Xiomara Castro de Zelaya, afirmó en Twitter que "si no están todas las naciones presentes, no es una Cumbre de las Américas". Por su parte, el presidente argentino, Alberto Fernández, dijo que participaría en la reunión, pero citó profundas preocupaciones sobre la exclusión de naciones.

Mientras tanto, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, dijo el martes pasado que no asistiría luego de que Washington prohibiera a María Consuelo Porras, la principal fiscal del país, y su familia.
"Giammattei dijo que no participaría en la cumbre de las Américas luego de que EE.UU. criticara el nombramiento de la procuradora general de Guatemala, Consuelo Porras, por otros cuatro años", dice Guerreiro. "Este es otro caso más de injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos de otro país. El presidente Giammattei dijo que aunque su país es pequeño, su soberanía debe ser respetada".
Guerreiro no descarta que Bolsonaro acepte ir a la cumbre a cambio de algún tipo de respaldo de la administración Biden en las elecciones brasileñas previstas para el 2 de octubre de 2022.
"A pesar de las incertidumbres, el gobierno brasileño evalúa un documento sugerido por Estados Unidos, que enfatiza la 'defensa de la democracia y elecciones libres'. La idea es que se presente como una declaración conjunta de todos los países que conforman la cumbre de las Américas", dice el académico, quien agrega que esto parece ser una "cortina de humo". "Estados Unidos ha demostrado repetidamente que no tiene aprecio por las democracias latinoamericanas. Este legado es aún más prominente con los gobiernos del 'Partido Demócrata de Estados Unidos'".
Mientras tanto, Estados Unidos se esfuerza por evitar un boicot. El 19 de mayo, el asesor especial de Estados Unidos, el exsenador Chris Dodd, trató de persuadir al presidente mexicano para que visitara la cumbre de la SOA. El mismo día, la administración Biden señaló con el dedo acusador a Cuba por «alimentar la controversia sobre su posible exclusión» de la cumbre para retratar a Estados Unidos como un «chico malo».
"No se justifica en absoluto", destaca Guerreiro. "Al contrario, Washington insiste en mantener un embargo criminal, que impone sanciones económicas y políticas draconianas aparentemente interminables, que penalizan principalmente a la población de Cuba. Cuba tiene todo el derecho a manifestarse contra cualquier forma de aislamiento que le impone el poder hegemónico".
El 23 de mayo, EE. UU. señaló que estaba buscando formas de representar a los pueblos de Cuba, Venezuela y Nicaragua en la próxima SOA: «Todavía estamos evaluando opciones sobre cómo incorporar mejor las voces de los pueblos cubano, venezolano y nicaragüense en el proceso de la cumbre», dijo un funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos.

Sin embargo, Guerreiro pronostica que es probable que una coalición bipartidista de políticos estadounidenses se oponga a estos intentos: "Uno de los que están en la campaña contra la participación de Cuba es el senador Robert Menéndez, un demócrata cubano-estadounidense de Nueva Jersey que encabeza el Comité de Asuntos Exteriores del Senado", él dice.

El académico señala que la controversia en torno a la cumbre muestra cambios profundos en la percepción tradicional de Washington de América Latina como su patio trasero. "Estados Unidos ya no gobierna la región", dice.

Al mismo tiempo, EE. UU. se esfuerza por mantener el statu quo que se desmorona y tiene dificultades para establecer relaciones de trabajo con los gobiernos democráticos de izquierda de América Latina, según el académico.
«Estados Unidos sigue siendo una gran potencia mundial y probablemente seguirá siéndolo», dice Guerreiro. "Sin embargo, ya no pueden comandar América Latina como antes. Claro que hay diferencias entre algunos líderes, esto es natural. Sin embargo, ya no se acepta el mando de Estados Unidos y hay conciencia de que los países latinoamericanos son capaces de formar un bloque de intereses comunes».