El servicio de inteligencia italiano (Departamento de Información para la Seguridad) ‎vigila a los "influencers prorrusos" en Italia. Pero no se trata de una iniciativa del ‎gobierno italiano sino de práctica coordinada en todos los países miembros de ‎la OTAN. Y, como sucedió con el escándalo de las redes secretas de la alianza atlántica ‎‎(stay-behind), es nuevamente en Italia que aparece por primera vez un documento ‎revelador. Ese documento permite entender de dónde vino la intervención que provocó ‎la censura contra nuestro colega Manlio Dinucci por parte del diario de izquierda ‎‎Il Manifesto. Y también explica la solicitud polaca al proveedor de acceso Orange ‎para que censure nuestro sitio web, Red Voltaire, en Polonia. ‎
Keyboard fake news propaganda hoax
© Getty Images / Peter Dazeley
Un nuevo episodio viene a confirmar la "confiabilidad" del «Sistema de Información sobre el ‎conflicto ruso-ucraniano». El senador Bruno Tabacci, subsecretario de Estado en la Presidencia ‎del Consejo italiano (la oficina del jefe del gobierno italiano. Nota del Traductor.) acredita la ‎información falsa del diario Il Corriere della Sera, según la cual: «El libro de Dinucci fue citado ‎por Putin en su discurso de celebración» del Día de la Victoria. ‎

El documento revelado sobre la «Desinformación en el conflicto ruso-ucraniano» (ver el PDF ‎al final de este artículo), redactado por el Sistema de Información para la Seguridad de la ‎República (el servicio de la inteligencia de Italia), atribuye la existencia de fuerzas neonazis ‎en Ucrania y la rusofobia sembrada en ese país ‎a «narraciones de la propaganda rusa» y presenta «los ataques ‎contra la imagen de Zelenski» como resultado de «la propaganda rusa». ‎

Por supuesto, la verdad es lo que viene de la agencia de prensa ucraniana. ‎

Pero esa agencia acaba de informar que el Partido Socialista de Ucrania ha sido prohibido y que ‎todos sus bienes han sido confiscados, medidas que también sido aplicadas a otros 10 partidos ‎políticos. ‎

También informa que el presidente Zelenski ordenó destruir 100 millones de libros rusos, ‎incluyendo todos los grandes clásicos de la literatura rusa porque esos libros «divulgan el Mal» ‎‎ [1]. ‎

La propia agencia ucraniana de prensa informa también que, mientras que los deportistas de Rusia y de Bielorrusia están excluidos de 125 competencias ‎internacionales, una ucraniana se presentó en un torneo de boxeo organizado en Hungría ‎enarbolando la bandera neonazi del regimiento Azov. ‎

El documento que acaba de ser dado a conocer dice que la existencia en Ucrania de 30 ‎biolaboratorios vinculados al Departamento de Defensa de Estados Unidos y a toda una red de ‎firmas estadounidenses y europeas es también cosa de la «propaganda rusa». ‎

El problema es que hay numerosas pruebas que confirman esa información, pruebas provenientes ‎incluso de una agencia estadounidense de periodismo investigativo y también de otras fuentes que ‎demuestran no sólo la existencia de esos biolaboratorios sino también la naturaleza de sus ‎actividades, consistentes en desarrollar y poner a prueba agentes patógenos con vista a su uso ‎como armas biológicas. Y cuando el gobierno de la Federación Rusa solicitó a la ONU el envío ‎a Ucrania de una comisión investigadora, su solicitud fue rechazada de plano. ‎

El peligro que representa, para Europa y para el mundo entero, la existencia de biolaboratorios ‎en Ucrania ha sido denunciado incluso por la congresista Tultsi Gabbard, destacada personalidad ‎del Partido Demócrata de Estados Unidos. ‎

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[1] «El gobierno del presidente ucraniano Zelensky ‎ordena destruir 100 millones de libros», Red Voltaire, 16 de junio de 2022.

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