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© DesconocidoWarren Buffett
Mientras la receta que se trata de imponer para salir de la crisis es reducir drásticamente el gasto público y disminuir el déficit, los partidarios de esta receta dura, silencian que estos recortes se quieren hacer sobre sectores claves como la sanidad, la ayuda a los más desfavorecidos, y en la educación pública.

Sin embargo, no es descabellado insistir en que los gobiernos no pueden gastar a tontas y a locas, e incrementar el gasto y la deuda pública hasta límites insoportables. Por ejemplo, que Grecia tenga una deuda que alcanza el 189 por ciento de su producto nacional es algo inasumible. Así como que el déficit de EE.UU. es también intolerable.

Lo que ocurre y se nos oculta es que una de las causas de esta situación es que durante unos años de auge absoluto del neoliberalismo y del pensamiento neoconservador, la consigna de éstos y su política se ha basado en el corte, la rebaja, de los impuestos a los más ricos y más aún a los mega-super-ricos. Se nos decía y se nos dice que los impuestos bajos a las grandes fortunas estimulan la inversión y la creación de empleos.

Pues bien, he aquí que uno de los miembros más acreditados de esta elite del poder global, el gurú de las finanzas, Warren Buffet, ha lanzado una bomba contra su propia clase con un artículo que no tiene desperdicio sobre este tema (Stop Coddling the Super-Rich, NYT, 14/08/2011).

En un momento en que tanto se habla de que hay que hacer sacrificios, compartir las cargas, etc., Buffet nos muestra lo siguiente:

1) Que los super ricos tienen en los EE.UU. sólo un 15% de impuestos sobre sus beneficios de capitales calculados en billones de dólares al año, mientras los que obtienen sus ingresos del trabajo pagan tasas más elevadas.

Pone su propio ejemplo, pagó el año pasado $6,938,744 de impuesto sobre la renta, es decir, el 17,4% de sus ingresos, y señala que en su propia empresa hay por lo menos unas 20 personas que pagan cantidades similares o más altas pero que en sus casos esto representa del 33 al 41% de sus ingresos. Es decir la gente que gana dinero con su dinero paga menos impuestos que las que ganan su dinero con el trabajo.

2) En la década de los 80 y los 90 los impuestos para los ricos eran mucho más elevados y señala que no por ello él y otros super ricos dejaron de invertir, y que tampoco fue el caso durante los años 1976-1977 dónde los impuestos para ganancias del capital eran del 39.9%.

3) Frente a los que dicen que menos impuestos se traduce en más creación de empleos, muestra que entre 1980 a 2000 se crearon 40 millones de empleos en los EE.UU., y ha sucedido lo contrario cuando los impuestos bajaron sustancialmente, es decir, se ha creado menos empleo.

4) Ilustra que en 1992 los 400 más ricos pagaban impuestos federales del orden del 29.9% por sus ingresos. En 2008 estos 400 pagaban solo el 21.5%. Su conclusión es nítida: si hay que compartir los sacrificios hay que incrementar los impuestos a los más ricos, es decir, a los que ingresan más de un millón de dólares y hacerlo en un porcentaje aún más alto a los que tienen ingresos por encima de los 10 millones de dólares.

Hay que señalar que uno de los grandes culpables de esos recortes fue George W. Bush cuyos recortes de impuestos a los más ricos ha causado una disminución de ingresos del orden de los 1.8 trillones de dólares de 2002 a 2009. Y recordemos que según Joseph Stiegler la guerra de Irak ha supuesto un gasto de 1 trillón de dólares.

Pero a esta disimetría entre los impuestos a los super ricos y los que se ganan su vida con rentas del trabajo, se une ahora la "revelación" de un oscuro - por ser hasta ahora no famoso- corredor de bolsa, que entrevistado por la televisión del Reino Unido, la BBC, fue tan ingenuo de decir lo que realmente piensan y cómo actúan los tiburones de las finanzas en esta crisis.

Alessio Rastani, dice con toda honestidad y candidez lo que sigue: "Nuestro trabajo es hacer dinero con toda esta situación...A nosotros los "traders" (agentes de bolsa) no nos preocupa que la economía se arregle.Los gobiernos no dirigen el mundo. Goldman Sachs dirige el mundo".

Se acepten o no sus pronósticos muy catastrofistas: "el mercado está hundido", "la bolsa está acabada". A los mercados no les importa el euro y su suerte, porque mueven su dinero a valores más seguros, como los bonos del tesoro de EE.UU. o al dólar.

Lo cierto es que Rastani ha alcanzado ya, a nivel global, los famosos 15 segundos de fama de que hablaba Andy Warhol y lo que es más importante, ha puesto al desnudo el proceder y los valores de estos héroes del capitalismo de casino: los bancos de inversión y los agentes de bolsa.