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Barack Obama asumió la presidencia estadounidense con la promesa del cambio, pero después de llegar a la Casa Blanca confirma ser seguidor de las políticas de su antecesor republicano George W. Bush.

Obama, Premio Nobel de la Paz 2009, ha extendido sus poderes al punto de ordenar el asesinato de conciudadanos sin ningún rastro de debido proceso, como ocurrió el viernes con la ejecución en Yemen de Anwar al-Awlaki, uno de los jefes de la red Al Qaeda.

Awlaki, señalado por Washington como el hombre más buscado por Estados Unidos después de Osama bin Laden, a quien ordenó matar en Pakistán por un comando especial del Pentágono el 2 de mayo último.

Ahora a Awlaki lo ubicaron y lo cazaron en Yemen con uno de los más de siete mil aviones no tripulados (drones) del Departamento de Defensa, los cuales usa en sus campañas en Iraq, Afganistán, Pakistán y Libia.

En una entrevista difundida por la CNN, el exvicepresidente estadounidense, Richard Cheney, aprobó los métodos de la llamada lucha antiterrorista de la administración Obama.

Sin embargo, ante las medidas adoptadas por el presidente, consideró que este debía disculparse en público por las críticas que hizo al gobierno de Bush respecto a su política antiterrorista, con la que el dignatario está en línea.

Por eso Cheney subrayó que estaba "esperando que la administración vuelva atrás y corrija algo que dije hace dos años, cuando nos criticaban por nuestra reacción a los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001".

Recordó que en aquella ocasión Obama planteó que la administración Bush se alejó de los ideales estadounidenses, aunque ahora "tienen claramente entendido que era necesaria la dirección de tomar medidas enérgicas cuando eran más que justificadas".

El programa American Morning abrió un debate sobre la legitimidad de las acciones ordenadas por Obama, en particular, porque Awlaki tenía la ciudadanía estadounidense.

Algunas opiniones apuntan a que el jefe de Estado ha sobrepasado poderes, que la acción fue ilegal y hasta piden un juicio contra Obama.

Cheney, uno de los más férreos defensores de la tortura, congratuló al presidente.

Además dijo que la operación del viernes pasado contra Awlaki fue "un golpe muy fuerte" y además "justificado", al igual que la ejecución de Bin Laden.

Los estadounidenses votaron en noviembre del 2008 por un presidente que supuestamente estaba en contra de la guerra, y que cerraría el ilegal centro de detención y torturas de Estados Unidos en Guantánamo (territorio ocupado ilegalmente en el este de Cuba).

En vez de acabar con los conflictos, Obama desató la agresión contra Libia y amenaza a Siria; siguen las tropas en Iraq y Afganistán, pese al anuncio del retiro, y las escuchas telefónicas heredadas de su predecesor continúan aplicándose.

También se han construido bases ilegales de la CIA y parece que se pone de moda el asesinato selectivo, solo porque el Presidente de Estados Unidos estima que su poder le permite decidir sobre la vida o la muerte de un hombre por considerarlo "peligroso".