Traducido por el equipo de SOTT.net

«Como neurocirujano, me enseñaron que el cerebro crea la conciencia», dijo el Dr. Eben Alexander, quien
escribió en detalle sobre sus experiencias con la conciencia mientras estaba en coma profundo.
brain mind
Es posible que a muchos médicos y estudiantes de biomedicina les hayan enseñado lo mismo sobre la conciencia. Sin embargo, los científicos siguen debatiendo si esa teoría es cierta.

Imagine a un niño observando un elefante por primera vez. La luz se refleja en el animal y entra en los ojos del niño. Los fotorreceptores de la retina convierten la luz en señales eléctricas, que viajan por el nervio óptico hasta la corteza cerebral. Esto forma la visión o conciencia visual.

¿Cómo se transforman milagrosamente estas señales eléctricas en una imagen mental vívida? ¿Cómo se convierten en los pensamientos del niño, seguidos de una reacción emocional: «¡Vaya, qué grande es el elefante!»?

La cuestión de cómo el cerebro genera percepciones subjetivas, incluidas imágenes, sentimientos y experiencias, fue acuñada por el científico cognitivo australiano David Chalmers en 1995 como el «problema difícil».

Resulta que tener un cerebro puede no ser un requisito previo para la conciencia.

'Sin cerebro' pero no sin mente

La revista The Lancet recoge el caso de un francés al que se diagnosticó hidrocefalia postnatal -exceso de líquido cefalorraquídeo en el cerebro o a su alrededor- a los 6 meses de edad.

A pesar de su enfermedad, creció sano, se casó, tuvo dos hijos y trabajó como funcionario.

Cuando tenía 44 años, fue al médico por una leve debilidad en la pierna izquierda. Los médicos escanearon minuciosamente su cabeza y descubrieron que su tejido cerebral había desaparecido casi por completo. La mayor parte del espacio de su cráneo estaba lleno de líquido, con sólo una fina lámina de tejido cerebral.

«El cerebro estaba prácticamente ausente», escribió el autor principal del estudio, el Dr. Lionel Feuillet, del Departamento de Neurología del Hôpital de la Timone de Marsella (Francia).

El hombre había llevado una vida normal y no tenía problemas para ver, sentir o percibir cosas.

postnatal hydrocephalus
© CopyrightLa revista The Lancet recogió el caso de un funcionario francés al que se diagnosticó hidrocefalia postnatal a los 6 meses de edad. Posteriormente, una resonancia magnética reveló un agrandamiento masivo de los ventrículos lateral, tercero y cuarto, un manto cortical muy fino y un quiste en la fosa posterior. Ilustrado por The Epoch Times
La corteza cerebral normal es responsable de los sentidos y el movimiento, y el hipocampo, de la memoria. Los pacientes con hidrocefalia pierden o tienen un volumen significativamente menor de estas regiones cerebrales, pero aun así pueden realizar funciones relacionadas.

Incluso sin un cerebro voluminoso, estas personas pueden tener una función cognitiva superior a la media.

El profesor John Lorber (1915-1996), neurólogo de la Universidad de Sheffield, analizó más de 600 casos de niños con hidrocefalia. De ellos, descubrió que la mitad de unos 60 niños con el tipo más grave de hidrocefalia y atrofia cerebral tenían un coeficiente intelectual superior a 100 y llevaban una vida normal.

Entre ellos, había un estudiante universitario con notas excelentes, matrícula de honor en matemáticas, un CI de 126 y una vida social normal. El cerebro de este genio de las matemáticas sólo tenía 1 milímetro de grosor, mientras que el de una persona normal suele tener 4,5 centímetros, es decir, 44 veces más grande.

children with hydrocephalus
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Un análisis de más de 600 casos de niños con hidrocefalia descubrió que de los 60 casos en los que el líquido ocupaba el 95 por ciento del cráneo, unos 30 tenían un coeficiente intelectual superior a la media. La parte derecha de la figura ilustra la imagen cerebral de un estudiante universitario con un cerebro de 1 mm de grosor que tenía un CI de 126, lo que le situaba en el 5 por ciento superior de la población. The Epoch Times
Los hallazgos de Lorber se publicaron en la revista Science en 1980 con el titular «¿Es tu cerebro realmente necesario?"

El cerebro invisible

«Lo importante de Lorber es que ha realizado una larga serie de exploraciones sistemáticas en lugar de limitarse a tratar anécdotas». Patrick Wall (1925-2001), profesor de anatomía del University College de Londres, fue citado en un artículo de Roger Lewin publicado en Science en 1981 en el que se hablaba del artículo de Lorber.

Los casos de personas sin cerebro desafían las enseñanzas convencionales de que la estructura cerebral es la base para generar conciencia. ¿Es nuestro cerebro -que pesa alrededor de un kilo y tiene unos dos mil millones de neuronas conectadas por unos 500 billones de sinapsis- la verdadera fuente de la conciencia?

Algunos científicos han propuesto que unas estructuras profundas e invisibles del cerebro explican la función cognitiva normal, incluso con hidrocefalia grave. Estas estructuras pueden no ser fácilmente visibles en los escáneres cerebrales convencionales o a simple vista. Sin embargo, el hecho de que no sean fácilmente visibles no significa que no existan o que no sean importantes para la función cerebral.

«Durante cientos de años, los neurólogos han dado por sentado que todo lo que les interesa lo realiza el córtex, pero es muy posible que estructuras profundas del cerebro lleven a cabo muchas de las funciones que se supone que son competencia exclusiva del córtex», comentaba Wall en el artículo de 1981.

Estas estructuras profundas desconocidas «son sin duda importantes para muchas funciones», afirmaba en el artículo de 1981 el neurólogo Norman Geschwind (1926-1984), del Hospital Beth Israel, afiliado a la Universidad de Harvard.

Además, las estructuras profundas «son casi con toda seguridad más importantes de lo que se piensa actualmente», afirmaba en el mismo artículo David Bowsher, profesor de neurofisiología de la Universidad de Liverpool (Reino Unido).

El origen de la conciencia puede estar en ámbitos que aún no hemos explorado. Cuando las teorías médicas no pueden resolver un misterio, la física puede dar un giro a la trama, en particular la física cuántica.

Más allá de las neuronas

«Para entender la conciencia, no podemos fijarnos sólo en las neuronas», explica a The Epoch Times Stuart Hameroff, director del Centro de Estudios de la Conciencia de la Universidad de Arizona.

Incluso organismos unicelulares como el paramecio demuestran comportamientos intencionados como nadar, evitar obstáculos, aparearse y, lo que es más importante, aprender, sin tener una sola sinapsis ni formar parte de una red neuronal.

paramecium
© CopyrightIncluso organismos unicelulares como el paramecio demuestran comportamientos intencionados como nadar, evitar obstáculos, aparearse y aprender sin tener una sola sinapsis ni formar parte de una red neuronal. Lebendkulturen.de/Shutterstock
Según Hameroff, estos comportamientos inteligentes, posiblemente conscientes, están mediados por microtúbulos en el interior del paramecio. Los mismos microtúbulos se encuentran en las neuronas del cerebro y en todas las células animales y vegetales.

Los microtúbulos, como su nombre indica, son tubos diminutos dentro de las células. Desempeñan un papel esencial en la división celular, el movimiento y el transporte intracelular y parecen ser los portadores de información en las neuronas.

Las proteínas que forman los microtúbulos (tubulina) son «las proteínas más prevalentes o abundantes de todo el cerebro», explica Hameroff a The Epoch Times. Su hipótesis es que los microtúbulos son actores clave en la conciencia humana.

«Porque [cuando] miras dentro de las neuronas, ves todos estos microtúbulos, y están en un entramado periódico, que es perfecto para el procesamiento de la información y las vibraciones», declaró Hameroff.

Debido a sus propiedades, los microtúbulos funcionan como antenas. Hameroff afirma que sirven como «dispositivos cuánticos» para transducir la conciencia desde una dimensión cuántica.

Dispositivos cuánticos

El físico, matemático y Premio Nobel británico Sir Roger Penrose y Hameroff formularon la hipótesis de que los procesos cuánticos generan la conciencia.

Cuántica se refiere a unidades diminutas de energía o materia a nivel microscópico. Sus características únicas pueden ayudarnos a entender muchas cosas que la ciencia actual no puede explicar.

En términos sencillos, los microtúbulos actúan como un puente entre el mundo cuántico y nuestra conciencia. Toman señales cuánticas, las amplifican, las organizan y, de algún modo, mediante procesos que no comprendemos del todo, las convierten en los sentimientos, percepciones y pensamientos que conforman nuestra conciencia consciente.

Los microtúbulos pueden explicar hechos desconcertantes sobre el cerebro. Hameroff sostiene que los cerebros de los individuos nacidos con hidrocefalia pueden adaptarse a medida que sus microtúbulos controlan la neuroplasticidad y reorganizan su tejido cerebral.

«Así, con el tiempo, los microtúbulos de ese cerebro se adaptan y reorganizan para mantener la conciencia y la cognición», dijo.

Por tanto, según Hameroff, nuestros cerebros funcionan como procesadores de información , recibiendo señales del universo y transformándolas en conciencia.

El cerebro procesa la información en múltiples escalas, cada una de las cuales vibra a frecuencias diferentes. Las ondas cerebrales oscilan lentamente entre 0,5 y 100 hercios (Hz). Las neuronas individuales disparan más rápido, a 500-1000 Hz. En el interior de las neuronas, los microtúbulos vibran mucho más rápido, en el rango de los megahercios. En la escala cuántica más diminuta, las frecuencias alcanzan niveles increíblemente altos, teóricamente de hasta 10^43 Hz.

brains serve as information processors
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Según el neurocientífico Hameroff y el premio Nobel Sir Roger Penrose, nuestros cerebros actúan como procesadores de información, recibiendo señales del universo y transformándolas en conciencia. Los microtúbulos, las proteínas más abundantes en las neuronas, pueden actuar como puente para recoger las ondas del mundo cuántico en nuestro cerebro. Una vez procesadas en el cerebro, se genera la conciencia.
Otros científicos también están utilizando teorías cuánticas alternativas para explicar las actividades mentales. Un estudio publicado en Physical Review E muestra que las vibraciones de las moléculas lipídicas de la vaina de mielina pueden crear pares de fotones entrelazados cuánticamente. Sugiere que este entrelazamiento cuántico puede ayudar a sincronizar la actividad cerebral, lo que permitiría comprender mejor la conciencia.

Una orquesta cuántica

«Más que un ordenador de simples neuronas, el cerebro es una orquesta cuántica», describe Hameroff, «Porque hay resonancias, armonía y soluciones en distintas frecuencias, como sucede en la música. Y [por eso] creo que la conciencia se parece más a la música que a un cómputo».

La ciencia siempre está evolucionando. El estudio de la conciencia sigue siendo un campo de investigación y debate activos en la neurociencia y la filosofía.

Sin embargo, cada nuevo descubrimiento abre nuevas posibilidades. Mientras seguimos explorando estos misterios, mantengamos la curiosidad y la mente abierta.

A continuación, analizaremos los informes publicados por médicos en revistas de gran prestigio, que ofrecen más datos sobre la naturaleza y el origen de la conciencia.

Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente los puntos de vista de The Epoch Times o ZeroHedge.