Traducción al español por PijamaSurf

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© Desconocido
Investigación del MIT muestra que ondas beta ayudan a consolidar aprendizaje y que podrían ser usadas con la intención de acelerar procesos de entrenamiento.

Los hábitos a veces parecen tomar un carácter inmutable, pero una nueva investigación arroja un poco de luz sobre cómo se forman estos y también sobre cómo se pueden modificar.

Midiendo el cambio que se lleva a cabo en las ondas cerebrales durante el aprendizaje, científicos del MIT analizaron con electrodos a un grupo de ratas mientras se les enseñaba a recorrer un laberinto.

Mientras las ratas aprendían la tarea su cerebro mostró picos de actividad de veloces ondas gamma (esto es, grupos de neuronas que se encienden simultáneamente y a cierto patrón rítmico). Una vez dominada la tarea, sus ondas cerebrales disminuyeron a un cuarto de su frecuencia inicial, volviéndose ondas beta. Los investigadores del MIT creen que esta transición refleja el momento en el cual el aprendizaje se vuelve un hábito.

Bernard Balleine, un neurocientífico de la Universidad de Sydney, afirma que las ondas cerebrales más lentas pueden ser el resultado del cerebro depurando el exceso de actividad para refinar el comportamiento. Sugiere además que puede ser posible incrementar el ritmo de aprendizaje canalizando esta actividad de ondas beta.

Se podría extrapolar la posibilidad de utilizar máquinas de neurofeedback para aprender a generar ciertas ondas cerebrales después de practicar una tarea para así acelerar el ritmo de aprendizaje.