Científicos holandeses trazaron el mapa genético de una mujer que fue la más vieja del mundo hasta que falleció a los 115 años.

El estudio sugiere que la anciana tenía inusuales cambios genéticos en su ADN, que parecen haberla protegido contra la demencia y otras enfermedades propias de la vejez.

La mujer fue sometida a una prueba de sus habilidades mentales cuando tenía 113 años y respondió como una persona varias décadas más joven.

Los científicos, reunidos en una conferencia en Montreal, donde presentaron sus resultados, dicen que más estudios podrían revelar más datos sobre por qué hay gente que nace con genes para una vida más larga y saludable.