Sorprendentemente, el 40% de los médicos creen que deberían ocultarle a sus pacientes su relación financiera con las compañías farmacéuticas y de maquinaria médica, el 10% dijo que le han dicho a sus pacientes algo falso en los años anteriores.
Una tercera parte de los médicos encuestados no estuvo completamente de acuerdo con revelar los errores médicos a sus pacientes, una quinta parte no estuvo completamente de acuerdo con el hecho de que los médicos no deben decirles a sus pacientes cosas que no sean ciertas.
Una encuesta realizada a casi 1,900 médicos reveló que muchos de ellos no son completamente honestos o abiertos con sus pacientes.
La reunión de "amigos de Siria", que más bien debería haberse llamado reunión de enemigos de Siria, se celebró en Túnez el 24 de febrero. Agrupó a unos 60 países, organizaciones internacionales y organizaciones no gubernamentales, altamente sospechosas.
Pero aunque autopresentada como "la comunidad internacional" en realidad fue boicoteada por Rusia, China, India, Irán, Líbano y varios países de América Latina, es decir más de la mitad de la población del planeta.
En el mismo Túnez varios partidos se opusieron a la participación del Gobierno provisional en la organización de la Conferencia contra la Siria y hubo manifestaciones populares en contra de su celebración. El partido socialista árabe tunecino al-Taliaa y el Partido Acción Democrática condenaron la Conferencia[1].
Incluso una gran parte de la propia oposición siria, agrupada en el Comité de coordinación para el cambio nacional y democrático (CCCND), boicoteó la reunión de Túnez, cuestionando el reconocimiento del Consejo Nacional Sirio.
El Comité de coordinación para el cambio nacional y democrático (CCCND) agrupa a personalidades independientes y partidos nacionalistas árabes, kurdos, socialista y marxistas y está liderado por Hassan Abdel Azim y Haitham Mannaa.
Acusó a la reunión de Túnez de "dejar abierta la cuestión de las armas y allanar el camino para la aceptación por la comunidad internacional de una intervención militar extranjera en clara contradicción con los intereses del pueblo sirio"[2].El vicecanciller ruso, Guenadi Gatílov, no dejó de observar acertadamente que "la decisión del foro de los 'Amigos de Siria' en Túnez sobre el reconocimiento de la oposición siria como el único poder legítimo es el inicio del "escenario libio". Y este desarrollo de los acontecimientos "amenaza" con agravar las condiciones de seguridad, así como "la estabilidad tanto en la región, como en todo el mundo"[3]. Incluimos en este boletín dos Vídeos[4] sobre el fiasco de esta Conferencia de los "enemigos de Siria" celebrada en Túnez con los testimonios del analista político Webster Griffin Tarpley entregados a Press TV, una cadena prohibida hace unos meses en Gran Bretaña.
La reunión de enemigos de Siria en Túnez era una precipitada alternativa a la votación de una nueva constitución que estaba a punto de celebrarse en Siria. Pretende imponer un gobierno títere de Occidente y del Consejo de Cooperación del Golfo CCG, alias Consejo de la Contrarrevolución de "Golfos", formado por las anacrónicas petromonarquías encabezadas por Arabia Saudí y Qatar que ni siquiera tienen una constitución.
Comentario: Se conoce como estatinas a un grupo de fármacos usados para disminuir el colesterol en sus distintas formas. Su prescripción está fuertemente cuestionada por tener claros efectos secundarios. La industria médica, promovidos por la industria farmacéutica, ha adoptado estas drogas como caballito de batalla en la lucha contra varias patologías cardíacas.

El Lipitor es un medicamento elaborado por pfizer que contiene Atorvastatin, un cuestionado fármaco de la familia de las estatinas.
Utilizar estatina desde 1998, ha causado falla en su hablar y su memoria. Se vió forzado a cerrar su negocio y depender del seguro social 10 años antes. Las cosas comenzaron a mejorar cuando paró el Lipitor en 2002, pero no se ha recuperado totalmente, todavía no puede sostener una conversación. Lo que hizo el Lipitor fue convertir a Mike Hope en un anciano estando aun en los años mejores de su vida.
Todavía la industria farmacéutica niega que las estatinas pueda causar amnesia, pero en varios estudios se ha demostrado que su uso prolongado conlleva a la pérdida de la memoria. La Dra. Golomb ha reportado que un 15% de los pacientes utilizando estatina desarrollan algún tipo de efecto secundario en el área cognitiva. El más crítico de todos es una amnesia global transitoria- pérdida de la memoria por un corto o largo período de tiempo. La cual es descrita por el astronauta Duane Graveline en su libro "Lipitor: Ladrón de memoria". Los que la sufren reportan incidentes de pérdida completa de la memoria. Estos episodios pueden aparecer y desaparecer repentinamente. Graveline señala que todos están a riesgo cuando se usa la estatina- ¿le gustaría estar en un avión y que su piloto desarrolle amnesia provocada por la estatina? En cada estudio hecho en ratones hasta la fecha, las estatinas les han causado cáncer. ¿Por qué no hemos visto la misma correlación en estudios hechos en humanos? Por que para desarrollarse el cáncer toma un largo tiempo y la mayor parte de los estudios con estatinas no se extienden por más de dos o tres años. Sin embargo, en un estudio, la incidencia de cáncer en los que utilizaron la estatina se incrementó en un 15%.
Con vosotros la entrevista:
GCJ: Sr. Khalilov, ¿cuál es la naturaleza de los inusuales sonidos graves reportados por un gran número de personas, en diferentes partes del planeta, desde el verano de 2011? Muchos los llaman "El Sonido del Apocalipsis". Información sobre el fenómeno ha llegado desde varias partes del mundo: EE.UU., Reino Unido, Costa Rica, Rusia, República Checa, Australia, etc.
Nosotros, los médicos, con toda nuestra formación, los conocimientos y la autoridad que uno va adquiriendo, tendemos a aumentar nuestro ego y difícilmente admitimos que nos hemos equivocado. Y sin embargo, tengo que confesar que me he equivocado. Como cirujano del corazón, con 25 años de experiencia, con más de 5000 cirugías realizadas de corazón abierto, hoy ha llegado el momento de reparar el daño mediante los hechos médicos y científicos.
He estado formando durante muchos años a otros médicos, de esos a los que luego se etiqueta como "formadores de opinión". Asediados por la literatura científica, asistiendo de forma continua a seminarios, los creadores de opinión han insistido en que las enfermedades coronarias son el resultado del simple hecho de tener unos niveles de colesterol muy elevados en sangre.
La única terapia aceptada ha sido la de prescribir medicamentos para bajar el colesterol y una dieta muy restringida en grasas. Un menor consumo de grasas traería consigo una disminución en la cantidad de colesterol y se reducían las enfermedades coronarias. Cualquier desviación de estas recomendaciones se consideraba una herejía y daba lugar a la realización de malas prácticas médicas.
¡Pero no está funcionado!
Estas recomendaciones no son ni científicamente ni moralmente defendibles. El descubrimiento hace unos años de que es la inflamación en la pared arterial la causa real de la enfermedad cardíaca, es lo que poco a poco está dando lugar a un cambio de paradigma en la forma en que son tratadas las enfermedades cardíacas y otras dolencias crónicas.
Las recomendaciones dietéticas establecidas desde hace mucho tiempo han provocado epidemias de obesidad y de diabetes, consecuencias que empequeñecen cualquier otra plaga histórica en términos de mortalidad, sufrimiento humano y de graves consecuencias económicas.
A pesar de que el 25% de la población toma costosos medicamentos a base de estatinas, y a pesar del hecho de que hemos reducido la cantidad de grasa presente en nuestra dieta, cada vez mueren más personas por enfermedades que afectan al corazón.
Hace unos años tomé la decisión más difícil de mi carrera de medicina. Salí de la cirugía que me encantaba para tener la libertad necesaria para decir la verdad sobre las enfermedades del corazón, la inflamación, los medicamentos con estatinas y los métodos actuales de tratamiento de las enfermedades del corazón.
Fue un momento emocionante para ser un joven cirujano cardíaco en los años ochenta. Una nueva técnica quirúrgica, el bypass coronario, era el único tratamiento efectivo practicado a personas que sufrían de enfermedad arterial coronaria grave. Nuestra capacidad de salvar vidas aumentó y el riesgo de la cirugía disminuyó con las técnicas y la tecnología mejoradas.
Recientemente se dio a conocer que Apple ha rebasado un valor de capitalización de 500 mil millones de dólares, algo que solamente han logrado alcanzar en su momento Microsoft, Exxon Mobil, Cisco y General Electric. Esta cifra pone a Apple por encima de países enteros en lo que se refiere a su poder económico y sugiere una tendencia que ya ha sido esbozada en las teorías de conspiración y en las novelas de ciencia ficción: que las corporaciones serán (o son ya) los verdaderos amos del mundo.
El capital de Apple actualmente supera al Producto Interno Bruto de países como Grecia (312,042 mdd), Argentina ( 435,179 mdd), Polonia, Bélgica, Suecia, Arabia Saudita y Taiwán.
El éxito boyante de Apple y de algunas otras corporaciones está sustenado, por supuesto, en el libre mercado y en la globalización que les permite manufacturar productos a bajos costos y venderlos en todo el mundo a costos elevados: se calcula que fabricar un iPhone cuesta entre $12 y $30 dólares, los obreros, muchos de ellos niños ganan, $1.78 dólares la hora o menos, pero este supergadget se vende entre $200 y $400 dólares en Estados Unidos y llega alcanzar hasta los $1000 dólares en algunos países. Como hemos publicado aquí y aquí, algunos de los efectos colaterales del libre mercado son una versión moderna de la esclavitud, la cual poca mella parece hacerle al imperio de marketing de Apple.
Esas instituciones realizan sustanciales inversiones en la fabricación de armas atómicas.
Divulgado por la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés), el estudio de 180 páginas señala que las naciones con poderío nuclear gastan más de 100.000 millones de dólares al año fabricando nuevas ojivas, modernizando las viejas y construyendo misiles balísticos, bombarderos y submarinos para lanzarlas.
Gran parte de este trabajo es realizado por corporaciones como BAE Systems y Babcock International en Gran Bretaña, Lockheed Martin y Northrop Grumman en Estados Unidos, Thales y Safran en France, y Larsen & Toubro en India.
"Instituciones financieras invierten en esas compañías proveyendo préstamos y comprando acciones y bonos", indica el informe, considerado el primero en su clase.
Titulado "Don't Bank on the Bomb: The Global Financing of Nuclear Weapons Producers" ("No confíen en la bomba: El financiamiento mundial de los productores de armas nucleares"), el estudio provee detalles de las transacciones financieras con 20 compañías intensamente involucradas en la fabricación, mantenimiento y modernización de las fuerzas atómicas estadounidenses, británicas, francesas e indias.
"Se necesita una urgente campaña mundial coordinada por la desinversión en armas nucleares", añade.
Un movimiento así podría ayudar a frenar los programas de modernización y fortalecimiento de armamentos e impulsar las negociaciones hacia una prohibición universal de ese tipo de bombas.
"Dejar de invertir en las compañías de armas nucleares es una forma efectiva de que el mundo corporativo avance hacia la meta de una abolición nuclear", afirma el estudio.
(Nota del editor). El siguiente artículo está recogido de la página web de TomDispatch. La primera parte se trata de los comentarios del editor (Tom) al post enviado por una colaboradora habitual del medio (Rebbeca Solnit). La segunda parte es el post enviado por esta última.
En diciembre de 2001 murieron 110 de los 112 celebrantes de una boda gracias a un bombardero B-52 y dos B-1B que utilizaban armamento de precisión para, en esencia, barrer una aldea del este de Afganistán (y luego, en una segunda incursión, para llevarse por delante a los afganos que excavaban en los escombros). Aquí el incidente no llamó la atención de casi nadie. Al fin y al cabo, no se trataba de violencia «estadounidense», sino de un lamentable error. A nadie se le ocurrió proponer que la invasión de Afganistán debería cancelarse por ello, ni tampoco quedó desacreditada por aquella matanza masiva.
Había sido un error. Igual que lo fueron aquellas otras bodas arrasadas por la fuerza aérea estadounidense en Iraq y Afganistán en los años posteriores. Como también los fueron los funerales y ritos de bautismo hechos pedazos en los años siguientes. Como lo han sido, más recientemente, los más de 60 niños a los que mataron los ataques de los aviones no tripulados de la CIA en los territorios fronterizos paquistaníes, en los funerales a los que alcanzaron esos mismos aviones no tripulados y en los ataques de menor relieve documentados hace poco -como el de diciembre de 2001- contra rescatadores que trataban de sacar a heridos de entre los escombros.
Nada de esto, por supuesto, recibe aquí atención significativa. Pese a las súplicas del presidente afgano Hamid Karzai, pocos proponen cancelar las operaciones aéreas de Estados Unidos y de la OTAN en aquel país por la violencia contra civiles. Hay pocos gritos de espanto por los ocho pastores afganos, todos ellos adolescentes y uno seguramente de nada mas que seis años de edad, a quienes asesinó un ataque aéreo de la OTAN en la provincia de Kapisa el otro día. No se publica ningún editorial importante, ni ningún reportaje de primera página en donde se pida que Estados Unidos y sus aliados corrijan sus violentos modos de actuación o cambien de política por todo esto que ocasionan. Sin duda, no es popular sugerir que esos actos desacreditarían la política exterior estadounidense.
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