Todos tenemos la idea del psicópata como una persona malvada. Recordamos las películas de terror y suspenso, de asesinos en serie, pero en la realidad, ¿Quiénes son las personas llamadas "psicópatas" o "personalidades psicopáticas"?
Según Robert Hare, Doctor en Psicología y Profesor de la Universitiy of British Columbia en Canadá, los psicópatas no son asesinos, tienen formas más sutiles de hacer daño, son personas que viven en el mundo, principalmente en las esferas de la política y los negocios. Existen ciertas características afectivas e interpersonales que son comunes en este tipo de personas que permiten diferenciarlas de los demás.
Lo primero y más llamativo en un psicópata es su encanto superficial, son personas hábiles socialmente, simpáticas, atrayentes, conquistan a todos quienes los conocen en primera instancia. En general, se suponen mejores que el resto de las personas, esto es porque tienen cierta idea de grandiosidad que los lleva a hablar con gran elocuencia y seguridad. Poseen además, la capacidad de mentir descaradamente, fenómeno conocido como "mentira patológica" que los induce a engañar a otros sobre todo cuando esto pueda beneficiarlos o justificar sus conductas. Si son lo suficientemente inteligentes, los demás no notarán estas actitudes y se dejarán seducir por su encantadora apariencia.
La BBC emitió ayer, lunes, una entrevista a un agente de Bolsa independiente que trabaja en la City de Londres. Alessio Rastani se llama Es uno más entre miles, pero ha alcanzado fama mundial. La entrevista ha levantado una polvareda de considerables proporciones y ha indignado a miles de personas en todo el mundo.
La medición de neutrinos superlumínicos estremece el edificio de la física moderna; de confirmarse, esto significaría que la información puede viajar al pasado, que existen otras dimensiones y quizás hasta que la causalidad es una ilusión.
Esta semana el equipo de investigación OPERA, del laboratorio europeo de física CERN, dio a conocer una medición realizada en la que se registró por primera vez un exceso de velocidad al límite cósmico que había impuesto la teoría de la relatividad de Einstein. Unos neutrinos, partículas especialmente elusivas, superaron por poco los 299,792.458 kilómetros por segundo a los que viaja la luz, en un recorrido de 730 km a lo largo de la Tierra al laboratorio Gran Sasso. Si bien los físicos advierten que la medición debe de tomarse con cautela, de confirmarse significaría uno de los más profundos sacudimientos hacia los fundamentos con los que se ha construido el edificio de la física moderna - y por lo tanto hacia nuestra realidad.
En estos tres días subsiguientes al anuncio del CERN se ha generado una creciente polémica sobre el significado de estos neutrinos superlumínicos. Hemos vistos físicos sensatos, como los autores del experimento, que muestran su total asombro y llaman a replicar el experimento, otros más que, con el dogma que caracteriza a una vieja guardia de la ciencia que ve amenazada sus creencias por descubrimientos como este, simplemente señalan que tal medición tiene que estar equivocada y por otro lado aquellos que empiezan a imaginar y a especular lo que esto podría significar.

Afirman que la caída del meteorito provocó la huida de los pobladores neolíticos de la región de Mongolia Interior.
El relieve policromado fue descubierto en una roca de la montaña Dahei, en la ciudad de Chifeng, y muestra imágenes de personas, casas abovedadas y una bola de fuego con una cola que cae desde el cielo, señaló Wu Jiacai, responsable de la asociación de protección de pinturas rupestres de la región.
"Creo que muestra a gente regresando a sus casas abovedadas al anochecer después de una excursión de caza, y al meteorito que cae desde el cielo", explicó Wu durante el VI Foro de Cultura de Hongshan, como se conoce al pueblo neolítico que poblaba esa zona, según recoge la agencia oficial de noticias Xinhua.
Una de las características fundamentae a paranoia es que encuentra todo tipo de conexiones donde (aparentemente) no las hay. Una de la versiones modernas de esta patología es la conspiranoia, esa cepa psíquica que básicamente considera que el mundo es una enorme conspiración orquestada por una élite secretamente entrelazada. Y aunque la conspiranoia es supuestamente el hazmerreír del pensamiento racional y sus templos transparentes de lógica impecable, el análisis más completo jamás realizado en torno a las redes corporativas globales muestra que existe una "súper entidad" compuesta de un reducido número de empresas estrechamente vinculadas - tanto que pueden considerarse una unidad - que controla prácticamente todo el pastel político-financiero del planeta. Así que tal vez los paranoicos no están tan equivocados, siempre conectando puntos en la oscuridad (como dijera William Burroughs: "Un paranoico es alguien que sabe un poco de lo que está sucediendo").
El estudio realizado por los investigadores suizos Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston, sugiere que nuestra tendencia a desestimar la teoría conspiratoria, de lo que podemos llamar "corporatocracia", se basa en nuestra inhabilidad de comprender los alcances de esta red de pertenencia corporativa global, la cual había demostrado ser demasiado compleja para análisis previos. Los resultados muestran que 737 compañías controlan 80% de la red corporativa transnacional y que solo 147 - lo que los investigadores llaman una "súper-entidad" - controlan más del 40% de esta red global.
El presidente de EE.UU. recibió una tibia reacción de los jefes de Estado, ministros de exteriores y delegados a la ONU reunidos. Ni una sola línea en su discurso provocó aplausos. La novedad de hace dos años, cuando Obama hizo su primera aparición ante el organismo posando como campeón del multilateralismo en contraste con Bush, se evaporó hace tiempo. Como el mundo llegó a saber muy rápido, el cambio de ocupante de la Casa Blanca hizo poco por cambiar la dirección de la política exterior estadounidense o por limitar la expansión del militarismo de EE.UU.
El propósito inmediato del discurso de 47 minutos de Obama fue suplementar una campaña entre bastidores de amenazas e intimidación orientadas a obligar a la Autoridad Palestina a abandonar su plan de buscar una votación en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el reconocimiento de su condición de Estado miembro soberano.
Washington ha prometido vetar cualquier intento de reconocimiento de Palestina como Estado si llega al Consejo de Seguridad, una acción que solo subrayaría el verdadero carácter de la política imperialista de EE.UU. en Medio Oriente y la hipocresía de sus afirmaciones de identificación con los levantamientos revolucionarios de las masas árabes.
El discurso y la defensa por Obama de la amenaza de veto sirvieron para lograr el mismo propósito: disminuir aún más la popularidad del presidente de EE.UU. en el mundo árabe. Según un sondeo reciente, su calificación favorable en la región ha caído de cerca de un 50% cuando llegó al poder a apenas 10%, aún menos que George W. Bush en su segundo período.
En una de sus más provocadoras y conseguidas actuaciones en la ONU, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha dado lugar a una desbandada general en el foro de la Asamblea General al volver a poner en duda el Holocausto y referirse al 11-S como "ese misterioso incidente", entre otras descalificaciones a Estados Unidos que arruinan cualquier ilusión del Imperialismo.
El discurso de Ahmadineyad ha sorprendido por su dureza y, además de reabrir un litigio que parecía relativamente dormido en los últimos meses, obliga a preguntarse sobre su significado.
Todos esperaban un discurso amigo. No fue así. Después de varios minutos dedicados a resaltar la divinidad del ser humano y la presencia de Dios en todo aquello que crea el hombre, incluida la ONU, ha arremetido ferozmente contra EE UU, a quien recordó la esclavitud, el uso de bombas atómicas, la guerra de Vietnam, entre otros episodios, y al que culpa de la recesión económica que vive hoy el mundo.
Todo eso forma parte del repertorio habitual de los discursos de Ahmadineyad, y solo ha molestado en la medida en que era el indicador de que Ahmedineyad no venía a Nueva York precisamente a hacer amigos.
Hasta el momento no hay evidencia de que un número significativo de estos insectos, llamados gusanos de la raíz del maíz del oeste, hayan desarrollado una resistencia a la toxina de protección del maíz.
Sin embargo, los expertos advierten de que los agricultores pueden verse obligados a reanudar el uso intensivo de plaguicidas si se generaliza la presencia de estos insectos resistentes.
También advierten de que los agricultores pueden estar usando cultivos genéticamente modificados de una manera que acelere el desarrollo de insectos resistentes.
Republicanos y conservadores siempre se oponen a propuestas de aumentar impuestos a las corporaciones y a individuos ricos con dos afirmaciones básicas: Primero, semejantes propuestas equivalen a una "guerra de clases" anti-'americana', que enfrenta a la clase trabajadora, a las corporaciones y los ricos. Segundo, semejante actuación extraería dinero para el gobierno que de otra manera se invertiría en producción y por lo tanto crearía empleo.
Ni la lógica ni la evidencia apoyan una u otra afirmación. La acusación de guerra de clases es particularmente burda. Basta con considerar los siguientes dos hechos: Primero, a finales de la segunda guerra mundial, por cada dólar obtenido por Washington de impuestos a individuos, obtenía 1,50 dólares en impuestos sobre beneficios empresariales. Actualmente, esa ratio es muy diferente: por cada dólar que Washington obtiene en impuestos a individuos, recibe 25 centavos en impuestos a los negocios. En breve, el último medio siglo ha visto una transferencia masiva del peso de la tributación federal de las empresas a los individuos.
Segundo, durante esos 50 años, el cambio real que ocurrió fue lo contrario del mucho más modesto cambio de dirección propuesto esta semana por el presidente Obama; durante el mismo período, la tasa federal sobre la renta de los individuos más acaudalados cayó de un 91% al actual 35%. No obstante, republicanos y conservadores utilizan el término "guerra de clases" para lo que propone Obama, y nunca para lo que las últimas dos décadas han significado en la transferencia del peso de los impuestos de los ricos y las corporaciones a la clase trabajadora.
Cientos de 'indignados' se manifiestan en Nueva York por la situación económica que atraviesa Estados Unidos, amenazando con ocupar las calles del centro financiero de Wall Street "durante meses", siguiendo el ejemplo de los españoles.
Los organizadores de las protestas contra el sistema financiero norteamericano piden un cambio radical político e intelectual, y afirman que el sistema capitalista siempre se ha basado en la desigualdad. Por lo que instan llevar a cabo protestas en todas las ciudades estadounidenses y unir a los trabajadores a la hora de organizar las huelgas.
Mientras tanto, hasta el momento la Policía de la Gran Manzana ha detenido al menos a siete participantes de estas protestas, que empezaron el pasado sábado bajo el lema "Ocupar Wall Street". Las movilizaciones fueron convocadas a través de Internet, reclamando dejar de tolerar la codicia y la corrupción.
Un día antes de que se convocara la concentración el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, había vaticinado que la frustración de los estadounidenses por los niveles de desempleo que tiene el país desde hace meses podría llevar a protestas en las calles contra el Gobierno.
Comentario: Lectura recomendada: Sintiendo el futuro: Premoniciones y precognición - Elementos de práctica y de una teoría