El académico ultraconservador, fundador de la Escuela de Chicago, sostenía:
"Sólo una crisis -real o percibida- produce verdaderos cambios. Cuando la crisis ocurre, las acciones que son tomadas dependen de las ideas circundantes. Esa, creo, es nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes para mantenerlas vivas y disponibles hasta que lo políticamente imposible se convierta en políticamente inevitable".El Chile de Pinochet es ejemplo vivo de este pensamiento aplicado con devota ortodoxia, como lo fue posteriormente América Latina, con excepción de Cuba. Igualmente, los países de Europa oriental después del derrumbe del socialismo real.
Pero en los tres últimos años los señores del dinero se lanzaron al despojo sin contemplaciones de millones de trabajadores, pensionados y jóvenes en Estados Unidos y la Europa del euro. En América Latina, sin embargo, estalló y se fortalece a partir de los años 90 la rebelión antineoliberal y antihegemónica, cuyo eco llega ya a Medio Oriente, Europa y el propio Estados Unidos.