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Sin duda alguna usted ha notado que en los últimos 60 años
la mayoría de los funcionarios de salud y medios de comunicación han estado diciendo que las grasas saturadas son malas para la salud y que le traerán una serie de consecuencias negativas, como colesterol elevado, obesidad, enfermedades del corazón y Alzheimer.
Mientras tanto, durante estos mismos 60 años los niveles de enfermedades del corazón, obesidad, colesterol y Alzheimer se han disparado en los Estados Unidos en comparación con nuestros antepasados, e incluso comparado con las sociedades primitivas de hoy en día que utilizan grasas saturadas como un alimento básico.
¿Sabía usted que múltiples estudios realizados en las poblaciones de las islas del Pacifico, quienes obtienen del 30 al 60% de su ingesta calórica total del aceite de coco saturado, demuestran índices bajos de enfermedades cardiovasculares? [1]
Claramente, existe mucha confusión y evidencia contradictoria sobre el tema de las grasas saturadas, incluso entre los profesionales de cuidado de la salud. Pero, le diré algo que los funcionarios de salud pública y los medios de comunicación no le dirán.
El hecho es, no todas las grasas saturadas son creadas con igualdad.