Ciencia y Tecnología
De acuerdo con un informe elaborado por Susana Seijas, bióloga de la División Manejo de Recursos del Parque Nacional Nahuel Huapi, y por el geólogo Gustavo Villarosa, del Inibioma-Conicet, el cambio de color que se observó en el lago Nahuel Huapi esta semana respondería a aportes de sedimentos que recibió desde las altas cuencas de los ríos y arroyos que desembocan en él, a causa de las intensas lluvias registradas.
Así lo informó la intendencia de ese parque nacional, según publicó el sitio web Bariloche 2000.
Los expertos llegaron a esta conclusión llegaron luego de dos sobrevuelos realizados el pasado miércoles.

Imagen tomada por el Telescopio Espacial Hubble del asteroide Vesta (figura de arriba a la izquierda) muestra un gran cráter en su polo sur (parte inferior). Puede verse también (figura superior derecha) una reconstrucción basada en cálculos teóricos. En la figura coloreada de la parte inferior puede verse un mapa topológico.
Hasta ahora, no se conocía ningún asteroide con esa composición. Con la ayuda de este descubrimiento, ahora será posible determinar el grosor de la corteza de Vesta y estudiar su estructura interna. Además en julio próximo la sonda de la NASA Dawn alcanzará uno de los objetivos de la misión. Se cree que Vesta, de 525 km de diámetro, es el único protoplaneta superviviente del sistema solar primitivo.
El asteroide Vesta es único: a diferencia de otros planetas menores, que giran alrededor del Sol entre las órbitas de Marte y Júpiter, Vesta tiene una estructura interna diferenciada: su corteza de lava solidificada recubre un manto rocoso y un núcleo de hierro y níquel, de una forma bastante similar a los planetas rocosos Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Por tanto, los científicos creen que la estructura en forma de cebolla de este asteroide es similar a los protoplanetas, reliquias de la fase de formación de los planetas durante el sistema solar primitivo hace 4000 o 5000 millones de años. Los demás protoplanetas o bien atrajeron material hasta formar planetas o fueron destruidos por violentas colisiones.

La teoría de que un gran impacto en Marte arrojó material a la órbita marciana para la formación de Phobos gana fuerza debido a los recientes descubrimientos sobre el satélite marciano
En un estudio reciente, los científicos dicen que tienen evidencias firmes de que Phobos se formó a partir de rocas eyectadas al espacio de la superficie marciana en un acontecimiento catastrófico. Las observaciones anteriores de Phobos en longitudes visibles e infrarrojas sugieren la presencia de rocas condrito-carbonáceas, que se han encontrado en meteoritos caídos en la Tierra. Este material rico en carbono descubierto es un remanente de la época de formación del sistema solar, y se cree que procede de los asteroides del Cinturón Principal entre Marte y Júpiter.
En 2007, ya se había sugerido la existencia de estas espículas, cuya gran velocidad suponía una elevadísima temperatura del gas, pero no se habían observado directamente. Ahora, los investigadores, liderados por el físico Bart de Pontieu, han captado el fenómeno gracias a nuevos instrumentos a bordo del telescopio espacial Solar Dynamics Observatory de la NASA, lanzado en febrero de 2010, y del satélite japonés Hinode, en órbita desde 2006. Su estudio se publica hoy en la revista Science.
El análisis sugiere que las tormentas localizadas en las capas más altas de la atmósfera, en ocasiones generan flujos de electrones con energías superiores a 100 MeV.
A pesar de que el mecanismo de producción de estas altas cantidades de energía es aún incierto, muestran que la propagación de las cargas energéticas a traves del aire actúan como una especie de aceleradores de partículas, y por tanto, suponen una fuente energética de inestimables proporciones.
Pueden descargar este interesante estudio pinchando aquí (N del editor: estudio en inglés)
El estudio de los TGF, también se enlaza con el proyecto CLOUD-CERN, en el marco del análisis de los cambios en la ionización atmosférica, y puede sentar las bases del cambio climático de orígen cósmico.
Este efecto tiene su base en el antiguo concepto de la interferencia: cuando determinadas informaciones o procesos irrelevantes para la tarea que estamos desarrollando, inciden en ésta provocando una ejecución inadecuada. Un ejemplo muy sencillo de la interferencia en el proceso de la memoria es cuando, en vez de brindar nuestro nuevo número de teléfono, solo recordamos nuestro antiguo número de teléfono.
Del efecto abanico se habló por vez primera en el año 1974, cuando fue apreciado experimentalmente por Anderson, investigador de la Carnegie Mellon University. En este estudio los participantes leían una lista de frases sobre personas que estaban en diferentes sitios (como por ejemplo, "El médico está en el parque"). A la misma vez, también se variaba la cantidad de lugares asociados a una misma persona, como puede apreciarse en la figura a continuación.
El equipo de neurólogos estadounidenses formado por Nicholas D. Schiff, del Colegio Médico de Weill Cornell en Nueva York; Emery N. Brown, del Hospital General de Massachusetts, y Ralph Lydic, de la Universidad de Michigan, afirma que un cerebro sumergido en la anastesia entra en un estado profundamente inconsciente. La actividad cerebral en este caso está totalmente suprimida y no tiene nada que ver con un estado de sueño.
En cambio, se parece mucho al coma. La única diferencia es que en el caso de una anestesia el coma está provocado por unos medicamentos y el cerebro tarda tan solo unos minutos u horas en recuperarse. Y cuando se trata de una verdadera muerte clínica, los períodos suelen ser mucho más largos: meses o años, y en ocasiones uno jamás se recupera.
Los científicos concluyen que en el momento de entrar y salir del estado de sueño, así como del de anastesia o coma, actúan los mismos instrumentos: los ganglios basales. Son acumulaciones de cuerpos de células nerviosas ubicadas cerca de la base del cerebro, dentro del telencéfalo, el sector más delantero del cerebro. Están interconectados con la corteza cerebral, el tálamo y el tallo cerebral. Su responsabilidad son dos mecanismos principales: el primero suprime reacciones del comportamiento y permanece activo durante todo el período de 'descanso' del cerebro (en particular, gracias a este mecanismo la gente no suele caminar físicamente cuando duerme y sueña con que está caminando); el segundo, en cambio, quita ese 'freno'.
Dos estrellas se convierten en una y disparan un extraño tipo de nova. Por primera vez, los astrónomos han observado la danza espiral de dos estrellas que se fusionan para formar una. Las observaciones, realizadas entre 2001 y 2008, sugieren una solución al polémico problema de cómo se forman la raras "novas rojas".
La mayor parte de las novas son azules y tienen lugar cuando el material de una enana blanca estalla. Pero qué provoca las novas ha sido un misterio. La nova roja mejor conocida se observó en enero de 2002 en el borde del disco de nuestra galaxia. Conocida como V838 Monocerotis, fue más luminosa que las novas normales - en su pico de brillo, brevemente rivalizó con las estrellas más potentes de la galaxia.
En septiembre de 2008, la nova roja V1309 Scorpii apareció en la Vía Láctea. Afortunadamente, se posicionó en una parte del cielo en la que estaba siendo observada por el Experimento de Lente Gravitatoria Óptica (OGLE), un programa polaco que usa datos de un telescopio en el observatorio de Las Campanas en Chile para buscar signos de materia oscura y planetas. Como resultado, el equipo había captado inadvertidamente el proceso que disparó una supernova.
El domingo por la noche la chica descubrió una supernova de magnitud 17 en la galaxia UGC 3378, de la constelación Camelopardalis, en la presencia de dos astrónomos, Paul Gray (su padre) y David Lane. El descubrimiento fue confirmado por dos astrónomos aficionados, Brian Tieman, de Ilinois, y Jack Newton, de Arizona, y fue comunicado a la Unión Astronómica Internacional.
Una supernova es la explosión y muerte de una estrella que tiene una masa superior a la de nuestro Sol. La explosión libera sustancias químicas que pueden provocar la formación de nuevos planetas. Además, las supernovas entregan a los astronautas información que les permite medir el tamaño y edad del universo.
La formación de supernovas es un fenómeno bastante poco frecuente. La galaxia UGC 3378 se encuentra a una distancia de 240 millones de años luz de la Tierra.