Los implantes cerebrales desarrollados por Neuralink, la empresa de Elon Musk, han sido aprobados para pruebas en humanos. La seguridad de estos dispositivos ya se había puesto en tela de juicio tras los informes de "cirugías fallidas" en animales de experimentación.

Neuralink ha recibido el visto bueno para iniciar los primeros ensayos en humanos de sus implantes cerebrales y del robot quirúrgico utilizado para instalarlos.
Neuralink pretende utilizar su tecnología de interfaz cerebro-ordenador (BCI) para devolver el movimiento a personas con tetraplejia, es decir, parálisis total o parcial de brazos, piernas y tronco. Musk también ha dicho que los implantes cerebrales podrían utilizarse para devolver la vista a personas ciegas.
Las neuronas, o células nerviosas, se comunican mediante señales eléctricas para coordinar nuestros pensamientos, sentimientos y comportamiento. Los implantes de Neuralink, que sólo se han probado en animales, funcionarían teóricamente interpretando estas señales eléctricas y transmitiendo la información descodificada a un ordenador por Bluetooth. En el caso de ayudar a recuperar el movimiento, por ejemplo, el ordenador analizaría la información recibida y respondería enviando señales al cuerpo, estimulando nervios y músculos para controlar el movimiento.
El implante se inserta en un pequeño orificio del cráneo creado por un robot quirúrgico y los electrodos del implante se incrustan unos milímetros en el córtex, la capa externa del cerebro. Según Musk, el procedimiento puede realizarse en 30 minutos sin anestesia general, aunque nunca se ha intentado en seres humanos.
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