Ciencia y Tecnología
Soles rojos y naranjas iluminarían los cielos de las exotierras más exóticas descubiertas hasta el momento.
En los últimos años, la búsqueda de un planeta similar a la Tierra que orbite otra estrella ha sido el tema más apasionante en la ciencia. El mundo ha esperado conteniendo la respiración el descubrimiento de otra Tierra.
Pero el descubrimiento de la Tierra 2.0 ha sido un completo fiasco. No porque los astrónomos no hayan encontrado una; ¡al contario! El problema es que han encontrado demasiados candidatos. Y éstos han resultado ser tan distintos de la Tierra que es difícil imaginar que ninguno de ellos sea un gemelo convincente.
Y eso nos deja como el burro hambriento entre dos balas de paja, incapaz de decidir sobre cuál darse el festín.
Los principales candidatos hasta el momento son:
En el corazón de la mayoría de las grandes galaxias yace un agujero negro supermasivo con una masa millones (o incluso miles de millones) de veces mayor que la masa de nuestro Sol. En muchas galaxias, incluyendo nuestra Vía Láctea, el agujero negro en el centro está quieto. Pero en otras, particularmente en los orígenes de la historia de nuestro Universo, el monstruo central está engullendo material que emite una intensa radiación al caer dentro de él.
Un misterio sin resolver es la procedencia del material que activa a un agujero negro dormido mediante violentos estallidos en el centro de la galaxia, convirtiéndola en lo que se conoce como núcleo galáctico activo. Hasta ahora, muchos astrónomos creían que la mayoría de estos núcleos activos fueron encendidos por dos galaxias que se fusionaron o que pasaron muy cerca una de otra, alterando el material que habría servido finalmente de combustible para el agujero negro central. Sin embargo, los nuevos resultados indican que esta idea no es correcta para muchas galaxias activas.
El sublime espectáculo de las auroras hizo su aparición este 14 de julio cerca del Polo Sur, ante la interacción del viento solar con las partículas de oxígeno de nuestra atmósfera. El resultado de este cóctel etéreo es la emanación de un velo danzante de plasma luminoso, el cual fue apreciado por los afortunados astronautas de la sonda Atlantis, estacionada en la Estación Espacial Internacional.
Además de poder apreciar la franja verde del resplandor auroral, como marco tenemos el brazo robótico de la sonda y la superficie azul moteada de nubes de la Tierra.
Un nuevo viento solar se acerca al planeta y podría generar auroras el 19 y 20 de julio.
Para estudiar los procesos de radiación electromagnética provenientes del universo en la zona del Atlántico Sur, funciona, desde hace tres meses, en el predio del Conicet Bahía Blanca, un riómetro instalado especialmente por expertos japoneses.
Se trata de una base de datos que durante todo el año registra pasivamente los rayos cósmicos. La razón de su implementación es el agujero magnético que se registra sobre el sur del continente. Según explicó el doctor en Geología Jorge Spagnuolo, integrante del Instituto Argentino de Oceanografía y profesor adjunto de geofísica del departamento de Geología de la UNS, el riómetro es un aparato de radio (ubicado en la frecuencia de 38.2 MHz) que capta las señales que provienen de la galaxia, para el estudio de cómo afecta la capa de la atmósfera ubicada entre los 60 y 600 kilómetros, llamada ionosfera (1).
"El riómetro capta las emisiones galácticas que, en forma de electrones, llegan a la magnetósfera (2). Sirve para medir la radiación; es decir, la filtración de electrones que llegan del espacio", dijo. El profesional indicó que el tema es de importancia porque las radiaciones afectan el funcionamiento de satélites, radares y de radiocomunicaciones, como así también aspectos eléctricos en tierra, en caso de tormentas eléctricas, por ejemplo.
No soy un experto ni nada parecido en paleontología, pero igual les voy a contar lo que me he enterado hoy: Luego del hallazgo del cuerno de un triceratops, la teoría de la extinción de los dinosaurios a causa de la caída de un asteroide a la Tierra, hace más de 65 millones de años, podría ser la de más sustento en este tema.
La verdad, dada así la noticia, no nos dice nada. Por lo menos en mi caso sucedió eso cuando la leí. ¿Qué tendrá que ver un cuerno encontrado?, me preguntaba. Sin embargo, ahora sé la razón y la comparto con ustedes.
Lo que tiene de especial este cuerno de triceratops es el área en que ha sido encontrado. Se trata nada menos que de un lugar de Montana, en donde se encuentra la llamada frontera KT, que no es otra cosa que la transición entre el periodo Cretácico y Terciario. Es decir, el momento mismo en que los dinosaurios se extinguieron.
Hasta hace poco, los astrónomos era muy escépticos sobre si podría haber planetas en sistemas estelares múltiples. Se esperaba que la fuerza gravitatoria en continua variación finalmente sacara al planeta de su órbita. Pero, a pesar de las dudas, los astrónomos han encontrado varios planetas en tales sistemas estelares. Recientemente, los astrónomos anunciaron otro, esta vez en la estrella ternaria HD 132563.
La detección del nuevo planeta se produjo como parte de un estudio mayor del sistema ternario que se extiende a lo largo de diez años. Las dos estrellas principales que forman el sistema son similares al Sol en masa, aunque algo menos predominantes en metales, y se orbitan a una distancia de 400 UA. La estrella principal, HD 132563A también es ella misma una binaria. Este hecho no se reconoció inicialmente y también se ha informado de ello por el equipo, liderado por Silvano Desidera del Observatorio Astronómico en Padova, Italia.
La investigación, publicada por Cell Press en el número del 14 de julio de la revista Neuron, describe la neuroanatomía funcional de la agnosia de objetos y sugiere que el daño en la parte del cerebro crucial para el reconocimiento de objetos puede tener un impacto generalizado en partes remotas de la corteza.
La agnosia de objetos es causada por una lesión en el cerebro que no incluye daños en los ojos o una pérdida general en la inteligencia. Sin embargo, existe cierta controversia acerca de cuál es la parte específica del cerebro que está relacionada con la agnosia de objetos. "Entender la base neuroanatómica de la agnosia de objetos puede arrojar luz sobre los mecanismos fundamentales para el reconocimiento de objetos", explica la autora principal del estudio, la doctora Christina Konen de la Universidad de Princeton (EE.UU).
Una línea marca la división entre su lado masculino y su lado femenino, que es más colorido. Esta rara quimera sexual se debe a que los cromosomas sexuales de la mariposa no se separaron durante la fertilización. Sólo un 0,001% de las mariposas son ginandromorfos, término científico que se usa para los animales que tienen los dos sexos.
"Por eso puede comprender por qué yo estaba saltando de alegría cuando salió esta mariposa", le dijo a a la BBC Luke Brown, del Museo Natural de Historia.
Brown construyó su primera casa para mariposas cuando tenía siete años de edad y ha criado más de 300.000 de estos insectos.
Los dos cuerpos, de un tamaño similar a la Tierra, se eclipsan mutuamente cada seis minutos, y podrían ofrecer evidencias de la existencia de las ondas gravitacionales postuladas por Albert Einstein en la Teoría General de la Relatividad.
Que un grupo de investigadores logre observar dos enanas blancas, el remanente que queda cuando estrellas como el Sol se apagan, no es algo insólito. Pero si ambos cuerpos estelares orbitan entre sí a velocidades de infarto el fenómeno adquiere mayor interés. En especial cuando se prevé que su órbita se vaya encogiendo hasta que los dos objetos colapsen en uno y, posiblemente, exploten como una supernova. Eso es lo que le ha ocurrido a un equipo internacional, con la participación del investigador del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) Carlos Allende. La observación de estos dos cuerpos y, en concreto, la dramática reducción de su órbita que llevará a la colisión de las dos estrellas en menos de un millón de años -un mero instante para las escalas astronómicas- podría no sólo aportar valiosa información sobre el origen de las supernovas, sino también facilitar evidencias de lo enunciado por el físico Albert Einstein en su Teoría General de la Relatividad.