Ciencia y Tecnología
Un equipo internacional de investigadores publicó este martes en la revista Cell Reports un estudio en el que revelan haber desentrañado el complejo engranaje que se activa por vía molecular y que da origen al miedo en el cerebro ante determinados estímulos externos.
La molécula clave se denomina CGRP y permite que las neuronas en dos áreas separadas del cerebro agrupen señales sensoriales amenazantes en una sola señal unificada, la etiqueten como 'negativa' y la transmitan a la amígdala, que se encarga de traducirla en miedo.
Al igual que el anticongelante ayuda a regular la temperatura del motor de un coche en condiciones extremas, ciertas especies evolucionaron para tener una protección similar, especialmente las que viven en hábitats frígidos como las aguas polares de Groenlandia.
Reconstruir la historia del Sistema Solar a partir de las huellas dejadas no es fácil. Sin embargo, poco a poco lo vamos resolviendo. Este mes, una nueva investigación que examina la composición de los meteoritos lunares ofrece pruebas convincentes de que la Luna y la Tierra se formaron a partir del mismo material, quizás tras una colisión cataclísmica hace unos 4.500 millones de años.
La llamada teoría del impacto gigante, según la cual un planeta del tamaño de Marte chocó contra la proto-Tierra creando la Tierra y la Luna a partir de los restos, ha sido un modelo evolutivo líder para el sistema Tierra-Luna desde que el programa Apolo ayudó a los científicos a hacerse con rocas lunares a finales de la década de 1960. El análisis de las rocas lunares mostró sorprendentes similitudes en la geología de ambos cuerpos (concretamente, idénticas proporciones de isótopos estables en las rocas de ambos mundos), lo que sugiere un origen común para ambos. Pero demostrarlo de forma concluyente no es fácil y, quizás más importante, describir la naturaleza exacta del impacto y la línea de tiempo posterior a la colisión es un verdadero desafío.
Patrizia Will, del Instituto de Geoquímica y Petrología de la ETH Zürich, ha estado trabajando en este gran problema estudiando muestras muy pequeñas de meteoritos lunares.
Recogidos en la Antártida (donde los meteoritos son relativamente fáciles de encontrar, ya que sobresalen del entorno helado), los meteoritos de roca basáltica comenzaron su vida como magma fundido en el subsuelo de la Luna. Se enfriaron y solidificaron, antes de quedar protegidos por una segunda capa de roca que los aislaba de los vientos y la radiación solares. Un acontecimiento de alta energía (como el impacto de un meteorito) expulsó la roca de la Luna y la envió volando hacia la Antártida, donde finalmente se encontró.
El pasado 7 de agosto investigadores detectaron corrientes de luz de viento solar que no habían sido predichas por los servicios de observación de nuestra estrella y cuyo origen no está claro. Durante el día, su potencia aumentó y, según las observaciones, continúa turbando el campo magnético terrestre a una velocidad de hasta 600 km/s.
Un equipo internacional de científicos analizó una descarga eléctrica masiva que se elevó cerca de 80 kilómetros por encima de una tormenta eléctrica que azotó el estado de Oklahoma (EE.UU.) en 2018, descubriendo nueva información sobre este esquivo fenómeno atmosférico conocido como chorro gigante.
Hace poco más de un mes la Tierra registró el día más corto desde que se crearon los relojes atómicos en la década de 1960 para medir la rotación del planeta alrededor de su eje.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA, por sus siglas en inglés) informó que sus científicos han encontrado agujeros ordenados en el fondo del Atlántico, a unos 2.540 metros por debajo de la superficie del océano.
Un grupo de investigadores de Dinamarca publicó este 2 de agosto en la revista BMJ Open un estudio en el que concluyen que la diferencia en la esperanza de vida entre hombres y mujeres no es tan acusada como se teorizaba hasta ahora.
Scott Sheppard, astrónomo del Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái, ha publicado un artículo de perspectiva en la revista Science en el que sugiere que ha llegado el momento de que la comunidad científica espacial observe más de cerca los objetos cercanos a la Tierra (NEO, Near Earth Object) que se encuentran en la dirección del sol. En su artículo, señala que ya existe la tecnología necesaria para buscar y encontrar estos objetos cercanos a la Tierra, al menos durante las horas del crepúsculo.
Como señala Sheppard, la mayor parte de la observación del espacio se fija en el cielo nocturno oscuro, cuando el cielo no está abrumado por la luz del sol. Pero como resultado, los científicos espaciales han ignorado los objetos cercanos a la Tierra que orbitan entre la Tierra y el sol. Y eso podría acarrear problemas, ya que uno o varios de ellos podrían estar en una trayectoria que los llevara a chocar con la Tierra.
Todos conocemos a Apple, Google, Amazon, Microsoft, etc.
Pero hay una empresa tecnológica de enorme importancia para toda la industria, y nadie habla de ella.
Bueno, para ser precisos, nadie habla de lo que PODRÍA suceder si el actual caos global va un paso más allá...
Acompáñeme a echar un vistazo a TSMC: la mayor empresa tecnológica de la que nunca ha oído hablar.
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