Ciencia y Tecnología
Por primera vez, una nave captó cómo una tormenta solar envolvía a la Tierra. La misión Solar TErrestrial RElations Observatory (STEREO) de la agencia espacial estadounidense (NASA) siguió el recorrido de la explosión hasta su llegada a nuestro planeta, lo que dio nuevos datos que ayudarán a facilitar las predicciones climáticas en la Tierra y conocer mejor la evolución de las explosiones solares, que pueden dañar satélites y causar fallos en las comunicaciones.
La sonda captó la tormenta cuando se encontraba a más de 104 millones de kilómetros de la Tierra en 2008, pero el equipo de la misión se tomó más de tres años procesar los datos que había captado, informó la NASA.
La teoría de la relatividad de Einstein sostiene que el tiempo es un fenómeno interrelacionado al movimiento y a la posición de un sistema de referencia, es relativo. No existe el tiempo como un ente abstracto independiente, existe el espaciotiempo, un continuum integral que funge como la arena o el acuario donde ocurre el universo.
La relatividad del tiempo produce efectos paradójicos como el famoso caso teórico de los dos gemelos que viven en la Tierra. Uno de los hermanos viaja en una nave por el cosmos a una velocidad cercana a la de la luz y regresa a la Tierra. Cuando el gemelo astronauta se encuentra con su gemelo descubre que su hermano ha envejecido más que él . Esto sucede porque una vez que algo se acerca a la velocidad de la luz, el tiempo se vuelve más lento. Y a la velocidad de la luz el tiempo simplemente deja de correr.
Desde la perspectiva de un fotón, es emitido y reabsorbido en el mismo instante. Esto es igual para un foton que es emitido en el núcleo del sol, que puede ser reabsorbido al cruzar apenas un milímetro de distancia o para un foton que ha viajado 13 mil millones de años luz, desde la superficie de una de las primeras estrellas del universo, y entra en contacto con un cuerpo. Pero como el tiempo y el espacio son dos aspectos de lo mismo, para un fotón tampoco existe la distancia, por lo cual sigue estando en esa primera estrella o sigue estando en el Sol a la vez que entra a tus ojos (y entonces tus ojos están en el Sol). Un único e inmenso instante inseparable es todo el universo para la luz.
Platón definió el tiempo como la "imagen en movimiento de la eternidad"; el universo como una película arquetípica que se proyecta a través de la luz... Y si alguien pudiera ser sólo luz o la luz fuera consciente de sí misma, entonces percibiría todas las cosas sucediendo al mismo tiempo, desde todos los ángulos, vería toda la película en un fotograma.
La amenaza de que el impacto de un asteroide nos envíe en un segundo y sin escalas nuevamente a la edad de piedra no suele preocupar a mucha gente. A pesar de que este tipo de impacto contra nuestro planeta se produce con bastante regularidad, el enorme espacio de tiempo que transcurre entre uno y otro permite que vivamos nuestras cortas vidas sin que el estrés provocado por dicha posibilidad nos provoque una úlcera estomacal. Sin embargo, esto no hace que esta amenaza deje de ser real. Por primera vez en la historia de nuestro planeta, los seres vivos que lo habitan están en condiciones de "hacer algo" para evitar ser machacados por un asteroide. Sin embargo, aunque nuestra tecnología provee las herramientas necesarias, no parece que estemos haciendo demasiado para prevenir una catástrofe de ese tipo.
Estas secuencias, relacionadas con el sistema nervioso, han permanecido prácticamente inalterables desde el origen de la evolución, controlando qué proteínas se expresaban y cuáles no. "Realmente son esas instrucciones las que marcan la diferencia entre los organismos desde hace 550 millones de años", ha señalado a EL MUNDO.es José Luis Gómez-Skarmeta, del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CSIC), coautor de este trabajo, publicado en la revista Proceedings of National Academy of Science (PNAS).
Los investigadores, según explica el biólogo, han tratado de identificar un total de 20 secuencias de ADN no codificante en los genomas de diferentes seres vivos. Para ello, han realizado un análisis comparativo de entre 30 y 40 genomas diferentes, de organismos que fueron cambiando a lo largo de cientos de millones de año. Fue así como identificaron siete de las secuencias que buscaban en organismos tan dispares como un erizo y un ser humano, e incluso dos eran comunes entre nuestra especie y una medusa, aún más primitiva.
"Esto significa que la evolución ha dejado intacta una parte del genoma y que, al margen del linaje, hay material genético que todos los seres vivos comparten y no va a cambiar", explica Gómez-Skarmeta.
"La edad extraordinariamente joven de esta muestra significa que, o la Luna se solidificó más tarde de lo que se pensaba o que debemos revisar nuestro entendimiento sobre su historia geológica", concluyó Richard Carlson del Instituto Carnegie en Washington.
Los autores del estudio defienden la teoría según la cual nuestro satélite se formó como resultado de un impacto gigante entre un objeto del tamaño de un pequeño planeta y la Tierra. La colisión habría arrancado parte de la materia terrestre, como rocas en fusión o magma, que posteriormente se aglomeraron hasta formar la Luna.
Se trata de una de las imágenes más impactantes de Enceladus. Corresponde a los "géiseres" en movimiento que tienen lugar cerca de su polo sur.
Es una composición de 4 imágenes de 10 segundos de exposición y que han sido tomadas en un periodo de 36 minutos, dejando intervalos de 12 minutos aprox. entre ellas. Cassini tomó estas imágenes con una cámara de bajo angular a una distancia de unos 145.000 km de Enceladus.
Enceladus es el sexto de los ocho satélites de Saturno (Prometheus, Pandora, Janus, Epimetheus, Mimas, Enceladus, Tethys y Dione). Se trata de una luna pequeña, 504 km de diámetro, pero con unas características realmente asombrosas, tal como fotografió la nave Cassini.
El conselleiro de Economía e Industria, Javier Guerra, firmó este lunes el convenio de colaboración con el rector de la Universidade de Vigo, Salustiano Mato, por medio del cual se dotará con 450.000 euros al proyecto que coordina el grupo de Geología Marina y Ambiental (Geoma) del campus vigués, con la colaboración la Universidade de Aveiro (Portugal), el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Instituto Español de Oceanografía. Casi dos tercios de la ayuda se destinará a fletar el buque de investigación.
"El hallazgo puede cambiar la estructura energética de Galicia y nuestra posición en el contexto mundial", afirmó el conselleiro consciente de la importancia que tendría descubrir un yacimiento que evitase la necesidad de importar el gas. Guerra cree que "no se podrá demostrar, si no lo intentamos" y asegura que la reciente adquisición de acciones de Reganosa por parte de la administración pública deja claro hacia donde se dirige la política energética de la Xunta.
Resultó que la 'flecha' es producto de la interacción entre las corrientes atmosféricas y la gravitación de este satélite de Saturno, según el artículo publicado por un grupo de astroclimatólogos norteamericanos y suecos de la Universidad de California en la revista Nature Geoscience. Los investigadores estudiaron las fotografías de la atmósfera de Titán y a partir de ellas elaboraron una reproducción de la atmósfera del satélite.
Titán interesa a los científicos por su parecido con la Tierra. Es el único satélite del sistema Solar que posee una atmósfera densa cuyo compuesto también es similar a la composición del aire del planeta azul. Aunque la verdad es que hay más diferencias que similitudes: el satélite está cubierto de hielo y amoníaco solidificado con lagos pequeños de hidrocarbono, y el cielo del planeta está lleno de nubes de metano.

Los cuásares más luminosos se nutren del choque entre galaxias, pero los de brillo moderado, lo hacen de vientos estelares e inestabilidades del disco galáctico.
Son sitios que ejercen una imponente fuerza de gravedad de cuya atracción no escapa nada, ni siquiera la luz. Como no pueden verse directamente porque no emiten luz -de ahí su nombre-, los astrónomos los analizan de forma indirecta, a través de los intensos procesos que ocurren mientras tragan materia.
Hasta ahora, los especialistas han documentado que los cuásares más luminosos se nutren del choque entre galaxias, pero un grupo internacional de astrofísicos, al que pertenece Takamitsu Miyaji, investigador del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, ha descubierto que los cuásares de brillo moderado, que son los más comunes en el Universo, se alimentan de procesos más locales, como inestabilidades del disco galáctico, vientos estelares, interacciones con nubes de gas molecular y perturbaciones a escala galáctica.
Cuásares, galaxias con agujeros negros
Si un agujero negro está en proceso de tragar materia, los violentos procesos físicos que tienen lugar en su entorno emiten grandes cantidades de radiación que es posible detectar con telescopios.