Comentario: Aunque la ciencia oficial insiste con la idea de que el hombre prehistórico ha desempeñada un rol protagónico en la extinción de algunos mamíferos, en SOTT hemos estado exponiendo constantemente claros indicios de que es mucho más probable que estas extinciones se deban a catástrofes planetarias de origen extraplanetario (caídas de asteroides, impactos cometarios, etc).
Asímismo, también parecen existir pruebas contundentes de que el hombre del paleolítico solía ser nómade, sin causar grandes daños a la naturaleza, hasta el advenimiento de la revolución agrícola del período Neolítico, cuando se supone afloran "repentinamente" todos los "comportamientos" depredatorios observables en el hombre moderno.
Es notable que el artículo abajo transcripto, aunque esgrime conclusiones sobre la influencia del hombre en las extinciones antes citadas, por momentos se contradice a sí mismo haciendo notar que no hay patrones claros y que algunas extinciones permanecen como misterios velados a la ciencia hasta el momento. Eso no podría estar más lejos de la verdad.
Por ejemplo, muchos estudios comprueban que la era glacial forma parte de un ciclo, detro de cliclos cataclísmicos mayores (y que la humanidad no está lejos de presenciar la culminación de un ciclo muy importante).
Para más información al respecto, los invitamos a leer:
Paraíso perdido
The Vegetarian Myth (próximamente disponible en español)
The Dot Connector - The Golden Age, Psychopathy and the Sixth Extinction (próximamente disponible en español)
Y toda nuestra "serie de cometas", disponible en la barra lateral izquiera de esta página.
La creciente expansión de los asentamientos humanos durante el Paleolítico Superior (entre hace 35.000 años y 10.000 años) empujó a algunos grandes mamíferos y hasta llegó a causar la extinción de al menos dos de ellos: el bisonte estepario y el tarpán (un tipo de caballo salvaje).
Pero los patrones sobre la evolución de algunas especies de mamíferos durante aquel periodo de la historia son tan distintos que otros animales, como el mamut o el rinoceronte lanudo (ya extinguidos también), multiplicaron sus poblaciones tras contactar con el hombre.
Éstas y otras conclusiones se han plasmado en un artículo sobre la respuesta de diferentes especies de grandes mamíferos a los cambios climáticos y humanos que tuvieron lugar durante el final del cuaternario, firmado por varios científicos y publicado en el último número de la revista Nature.
Uno de sus autores, la científica Jennifer Leonard (adscrita a la Estación Biológica de Doñana -perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas-) ha señalado que los resultados de la investigación son "especialmente oportunos, ahora que intentamos determinar cómo afectará a la fauna el actual cambio climático", pero ha subrayado que las conclusiones obtenidas indican que cada especie reaccionó de forma diferente y por tanto que la ausencia de un patrón común complica la conservación de las mismas.
La investigación ha estado dirigida por expertos de la Universidad de Copenhague, entre ellos la científica Eline Lorenzen, quien ha señalado que esperaban ver patrones parecidos en las especies; "pero lo que en realidad vimos fue todo lo contrario: todas las especies reaccionaron independientemente de estos factores", ha precisado.