Ciencia y Tecnología
Un grupo internacional de paleontólogos, dirigido por Felix Augustin, de la Universidad de Tubinga (Alemania), ha descubierto una nueva especie de 'dinosaurio enano' que vivía hace unos 70 millones de años en el territorio que actualmente pertenece al Geoparque Internacional de la UNESCO Hațeg, en la región histórica rumana de Transilvania.
Desde que el primer 'Tyrannosaurus rex' -conocido popularmente como T-Rex- fuera descubierto a principios del siglo pasado, su gran tamaño, poderosa mordida y afilados dientes, lo han fijado en el imaginario popular como uno de los depredadores más temibles que ha habitado sobre la faz de la Tierra. Sin embargo, 'el rey de los dinosauros' pudo haber sido mucho más grande de lo que los registros fósiles muestran.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Copenhague (UC), en Dinamarca, muestra que hace unos 4.500 millones de años había suficiente agua en Marte como para que todo el planeta estuviera cubierto por un océano de 300 m de profundidad. En los primeros años de la evolución del planeta este fue "bombardeado con asteroides llenos de hielo" y tenía un aspecto azul, comunicaron este jueves.
Tras analizar imágenes captadas por el telescopio espacial James Webb, un equipo de astrónomos descubrió dos galaxias "excepcionalmente brillantes" que se habrían formado en los albores del universo, informó este jueves la NASA.
El telescopio espacial James Webb, de la NASA, captó imágenes infrarrojas de la región de formación estelar de Tauro, en las que se muestra el "caos" cósmico causado por la formación de una nueva estrella.
Un equipo de investigación internacional dirigido por la Universidad de Minnesota (UM), EE.UU., ha medido el tamaño de una estrella que explotó hace más de 11,5 mil millones de años. Las imágenes detalladas, obtenidas empleando datos del Telescopio Espacial Hubble y el Gran Telescopio Binocular, en Arizona, EE.UU., en combinación con el fenómeno conocido como lentes gravitatorias, mostraron el enfriamiento de la estrella luego de la explosión. Este resultado podría ayudar a los científicos a aprender más sobre las estrellas y galaxias presentes en el universo primitivo, comunicaron el miércoles pasado.
Una firma en la luz de rayos X emitida por una estrella muerta altamente magnetizada conocida como magnetar sugiere que la estrella tiene una superficie sólida sin atmósfera, según un nuevo estudio realizado por una colaboración internacional codirigida por investigadores de la UCL.
El estudio, publicado en la revista Science, utiliza datos de un satélite de la NASA, el Imaging X-ray Polarimetry Explorer (IXPE), lanzado el pasado diciembre. El satélite, fruto de la colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Italiana, ofrece una nueva forma de observar la luz de los rayos X en el espacio midiendo su polarización, es decir, la dirección del movimiento de las ondas de luz.
El equipo analizó la observación de IXPE del magnetar 4U 0142+61, situado en la constelación de Casiopea, a unos 13.000 años luz de la Tierra. Era la primera vez que se observaba la luz de rayos X polarizada de un magnetar.
Los magnetares son estrellas de neutrones, núcleos remanentes muy densos de estrellas masivas que han explotado como supernovas al final de sus vidas. A diferencia de otras estrellas de neutrones, tienen un inmenso campo magnético, el más potente del universo. Emiten rayos X brillantes y muestran periodos erráticos de actividad, con la emisión de estallidos y llamaradas que pueden liberar en sólo un segundo una cantidad de energía millones de veces mayor que la que emite nuestro Sol en un año. Se cree que se alimentan de sus ultrapotentes campos magnéticos, de 100 a 1.000 veces más fuertes que las estrellas de neutrones estándar.
En este espectáculo cósmico, que no se repetirá hasta el 2025, la Luna se pintará de rojo, por lo que se le conoce como luna de sangre.
Por primera vez, los investigadores del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (ETH Zurich) han podido fabricar un dispositivo de interferencia cuántica superconductora (SQUID, por sus siglas en inglés). Este primer componente superconductor a partir de bicapas de grafeno retorcido, en las que las dos capas atómicas giran ligeramente entre sí, es cuánticamente coherente y sensible a los campos magnéticos. Con esto demostraron la interferencia de las cuasipartículas superconductoras, lo que abre perspectivas interesantes para la investigación fundamental, comunicaron el pasado jueves.
Marcar el paso del tiempo en un mundo de relojes y péndulos es un simple caso de contar los segundos entre "entonces" y "ahora".
Sin embargo, en la escala cuántica del zumbido de los electrones, el "entonces" no siempre puede anticiparse. Y lo que es peor, el "ahora" a menudo se desdibuja en una bruma de incertidumbre. Un cronómetro no es suficiente para algunas situaciones.
Una posible solución podría encontrarse en la propia forma de la niebla cuántica, según investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia).
Sus experimentos sobre la naturaleza ondulatoria de algo llamado estado de Rydberg han revelado una nueva forma de medir el tiempo que no requiere un punto de partida preciso.
Los átomos de Rydberg son los globos sobreinflados del reino de las partículas. Inflados con láseres en lugar de aire, estos átomos contienen electrones en estados de energía extremadamente altos, orbitando lejos del núcleo.
Por supuesto, no todas las bombas de un láser necesitan inflar un átomo hasta proporciones de caricatura. De hecho, los láseres se utilizan habitualmente para hacer cosquillas a los electrones y llevarlos a estados de energía más altos para una variedad de usos.
En algunas aplicaciones, se puede utilizar un segundo láser para controlar los cambios en la posición del electrón, incluido el paso del tiempo. Estas técnicas de "bomba-sonda" pueden utilizarse, por ejemplo, para medir la velocidad de ciertos dispositivos electrónicos ultrarrápidos.
Inducir a los átomos a estados de Rydberg es un truco muy útil para los ingenieros, sobre todo a la hora de diseñar nuevos componentes para los ordenadores cuánticos. Ni que decir tiene que los físicos han acumulado una gran cantidad de información sobre el modo en que los electrones se mueven cuando se les empuja a un estado de Rydberg.
Comentario: Vea también: ¿"Robó" la Tierra el agua de Marte?