El fraude y los plagios, y no los errores cometidos sin intención, principal causa de rechazo en la publicación de investigaciones científicas.
© ArchivoEl paleontólogo aficionado Charles Dawson con el cráneo del hombre de Piltdown, uno de los mayores fraudes científicos
La publicación de una investigación en una revista científica de prestigio, como
«Science», «Nature» o «The Lancet», exige unos rigurosos filtros para evaluar si el trabajo presentado es veraz y novedoso. Cada estudio es desmenuzado y analizado con lupa por otros científicos independientes, especialistas en el área sobre la que versa el trabajo. Es lo que se llama una revisión por pares, indispensable para que el editor tome la decisión de publicarlo o no.
Hasta ahora, se creía que el principal motivo de rechazo era el hallazgo de errores en los artículos, pero un nuevo estudio señala que la causa principal es, para vergüenza de algunos, una mala práctica profesional, lo que incluye el fraude, el plagio o la publicación duplicada (cuando el autor quiere pasar por nuevo un artículo que no lo es). En concreto, el hallazgo de mala fe es la causa de dos tercios de todas las negativas, lo cual se ha multiplicado por diez en menos de cuarenta años, según puede leerse en la revista
«Proceedings» de la Academia Nacional de Ciencias
(PNAS) de EE.UU.
«La investigación biomédica se lleva la palma al respecto, con incentivos perversos que empujan a los científicos a recortar gastos y, en algunos casos, falsear datos o cometer otros actos de mala conducta», dice el autor principal de la investigación, Arturo Casadevall, profesor de microbiología, inmunología y medicina en la Universidad Yeshiva de Nueva York.