Traducido por el equipo de sott.net
Se aplica por primera vez un nuevo método para determinar los datos climáticos del pasado en tierra / Los veranos de la Edad de Hielo en Europa Central fueron en ocasiones más cálidos de lo que se conocía hasta ahora

© CHARLOTTE PRUD’HOMME
Los gránulos de calcita de lombriz (ECGS) pueden encontrarse en secuencias de loess
Científicos de un proyecto de investigación internacional dirigido por la Universidad Johannes Gutenberg de Maguncia (JGU) han aplicado un nuevo método para reconstruir el clima del pasado. Como informan en el número actual de Communications
Earth & Environment, han determinado
las temperaturas y las precipitaciones durante la última Edad de Hielo, que alcanzó su punto máximo hace unos 25.000 años, mediante el análisis de gránulos de lombriz. "El nuevo método se descubrió en la Universidad París 1 Panthéon-Sorbonne y se desarrolló en el Instituto Max Planck de Química", explica el Dr. Peter Fischer, del Instituto de Geografía de la JGU, que fue el investigador principal del proyecto TerraClime, financiado por la Fundación Alemana de Investigación (DFG), en el que se enmarca el estudio. "En colaboración con otros científicos, entre ellos investigadores de la Universidad de Lausana y del Römisch-Germanisches Zentralmuseum, utilizamos el método para reconstruir el clima en Schwalbenberg, cerca de Remagen, y en Nußloch, cerca de Heidelberg".
Los dos lugares forman depósitos de polvo de la última glaciación bien desarrollados. El llamado loess contiene secuencias que datan de entre 45.000 y 22.000 años antes del presente, en las que se pueden encontrar gránulos de lombriz de tierra de hasta sólo 2,5 milímetros de tamaño. Estos gránulos calcíticos, conocidos técnicamente como gránulos de calcita de lombriz (ECG),
son segregados diariamente por las lombrices de tierra. Mediante el método del radiocarbono, que se basa en la desintegración del isótopo de carbono radiactivo natural (
14C), los investigadores pueden determinar con precisión su edad. Además,
analizando las proporciones de los isótopos estables del oxígeno y el carbono en las ECG, es posible reconstruir el grado de calor o humedad en el momento de su formación.
Comentario: Aunque nuestro planeta ha sufrido una serie de cambios significativos en los últimos 45.000 años -véase los enlaces más abajo para una visión fascinante-, resulta revelador que nuestra comprensión de las Edades de Hielo es significativamente diferente, y que la vida no lejos de los propios glaciares puede haber sido mucho más hospitalaria de lo que se pensaba: