Traducido por el equipo de SOTT.netInvestigadores recurren a la erosión al explorar el papel que tuvieron los elementos naturales en la construcción de una maravilla arquitectónica.
© Pavel Muravev/Getty ImagesLos investigadores de Courant han determinado cómo se forman las formas parecidas a la Esfinge.
Durante siglos, historiadores y arqueólogos han explorado los misterios detrás de la Gran Esfinge de Giza: ¿cómo era originalmente?, ¿qué pretendía representar?, ¿cuál era su nombre original? Pero se ha prestado menos atención a una pregunta fundamental y controvertida: ¿cuál fue el terreno con el que se toparon los antiguos egipcios cuando comenzaron a construir esta estructura reconocible al instante?, y, ¿este entorno natural tuvo algo que ver en su formación?
Para abordar estas preguntas, que otros han planteado en ocasiones, un equipo de la Universidad de Nueva York de
científicos replicó las condiciones que existían hace 4.500 años (cuando se construyó la Esfinge) para mostrar cómo el viento se movía contra las formaciones rocosas, posiblemente dando forma por primera vez a una de las estatuas más reconocibles del mundo.
"Nuestros hallazgos ofrecen una posible 'historia del origen' de cómo las formaciones tipo Esfinge pueden surgir a partir de la erosión", explica Leif Ristroph, profesor asociado del Instituto Courant de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Nueva York y autor principal del estudio, que ha sido aceptado para la publicación en la revista
Physical Review Fluids. "Nuestros experimentos de laboratorio demostraron que formas sorprendentemente parecidas a las de una esfinge pueden, de hecho, provenir de materiales erosionados por flujos rápidos".
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