Ciencia y Tecnología
Los cantos de las ballenas jorobadas macho en algunas partes del océano Pacífico son imitados por las ballenas en otras partes del océano a enormes distancias de hasta 14.000 kilómetros, muestra un reciente estudio de un equipo internacional de investigadores de la Universidad de St. Andrews, Escocia, la Universidad San Francisco de Quito y el Programa de Ecología Acústica del Proyecto CETACEA de Ecuador.
El próximo 26 de septiembre tendrá lugar un acontecimiento histórico cuando una nave de la NASA impacte contra un asteroide por primera vez en la historia, con el objetivo de probar un sistema de protección planetaria en caso de peligro inminente de colisión de un asteroide en el futuro.
La bombilla de un antiguo proyector de cine parpadea unas 24 veces por segundo; una típica pantalla de televisión CRT cambia de cuadro 50 o 60 veces por segundo. Las cámaras más rápidas del mundo pueden tomar fotogramas que duran sólo una trillonésima de segundo, lo suficientemente cortos como para ver la propia luz desplazarse lentamente por una superficie.
Puede ser rápido, pero no es nada comparado con los láseres con los que juegan algunos físicos. Bienvenidos al mundo de los pulsos de luz ultracortos: pequeñas ráfagas de una onda de luz que duran tan sólo una cuatrillonésima de segundo después de salir del láser que las produce.
A esas escalas de tiempo, empiezan a ocurrir cosas extrañas. Por ejemplo, los pulsos suelen salir por parejas, uno tras otro. Ahora, físicos de las Universidades de Bayreuth y Konstanz (Alemania) han descubierto que pueden controlar el ritmo de estas parejas. Publicaron su trabajo el 19 de octubre en la revista Optica.
Desde 2003, el agujero negro situado en el centro del cúmulo de galaxias de Perseo se asocia con el sonido. Esto se debe a que los astrónomos descubrieron que las ondas de presión enviadas por el agujero negro provocaban ondulaciones en el gas caliente del cúmulo que podían traducirse en una nota -una que los humanos no pueden oír unas 57 octavas por debajo del Do medio-. Ahora, una nueva sonificación aporta más notas a esta máquina de sonido del agujero negro. Esta nueva sonificación -es decir, la traducción de los datos astronómicos en sonido- se publica con motivo de la Semana del Agujero Negro de la NASA de este año.
En cierto modo, esta sonificación no se parece a ninguna otra realizada con anterioridad (1, 2, 3, 4), ya que retoma las ondas sonoras reales descubiertas en los datos del Observatorio de rayos X Chandra de la NASA. La idea errónea de que no hay sonido en el espacio tiene su origen en el hecho de que la mayor parte del espacio es esencialmente un vacío, que no proporciona ningún medio para que las ondas sonoras se propaguen. En cambio, un cúmulo de galaxias contiene grandes cantidades de gas que envuelven a los cientos o incluso miles de galaxias que lo componen, proporcionando un medio para que las ondas sonoras viajen.
Con tormentas gigantes, vientos poderosos, auroras y condiciones extremas de temperatura y presión, Júpiter tiene mucho en lo que fijar la atención. Ahora, el telescopio espacial James Webb de la NASA ha captado nuevas imágenes del planeta. Las observaciones de Júpiter realizadas por Webb darán a los científicos aún más pistas sobre la vida interior de Júpiter.

Las imágenes de Júpiter de Webb muestran auroras y brumas. La imagen compuesta de Júpiter de Webb NIRCam a partir de tres filtros -F360M (rojo), F212N (amarillo-verde) y F150W2 (cian)- y la alineación debida a la rotación del planeta.
Investigadores españoles indicaron en un nuevo estudio que una fuerte similitud facial está asociada con variantes genéticas compartidas entre dichos individuos. El equipo se había propuesto caracterizar a nivel de ADN seres humanos que, aleatoriamente, comparten rasgos faciales sin tener vínculos familiares. El autor principal del estudio es Manel Esteller, del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, en Barcelona. El trabajo fue publicado este martes en la revista Cell Reports.
Un equipo internacional de investigadores publicó este martes en la revista Cell Reports un estudio en el que revelan haber desentrañado el complejo engranaje que se activa por vía molecular y que da origen al miedo en el cerebro ante determinados estímulos externos.
La molécula clave se denomina CGRP y permite que las neuronas en dos áreas separadas del cerebro agrupen señales sensoriales amenazantes en una sola señal unificada, la etiqueten como 'negativa' y la transmitan a la amígdala, que se encarga de traducirla en miedo.
Al igual que el anticongelante ayuda a regular la temperatura del motor de un coche en condiciones extremas, ciertas especies evolucionaron para tener una protección similar, especialmente las que viven en hábitats frígidos como las aguas polares de Groenlandia.
Reconstruir la historia del Sistema Solar a partir de las huellas dejadas no es fácil. Sin embargo, poco a poco lo vamos resolviendo. Este mes, una nueva investigación que examina la composición de los meteoritos lunares ofrece pruebas convincentes de que la Luna y la Tierra se formaron a partir del mismo material, quizás tras una colisión cataclísmica hace unos 4.500 millones de años.
La llamada teoría del impacto gigante, según la cual un planeta del tamaño de Marte chocó contra la proto-Tierra creando la Tierra y la Luna a partir de los restos, ha sido un modelo evolutivo líder para el sistema Tierra-Luna desde que el programa Apolo ayudó a los científicos a hacerse con rocas lunares a finales de la década de 1960. El análisis de las rocas lunares mostró sorprendentes similitudes en la geología de ambos cuerpos (concretamente, idénticas proporciones de isótopos estables en las rocas de ambos mundos), lo que sugiere un origen común para ambos. Pero demostrarlo de forma concluyente no es fácil y, quizás más importante, describir la naturaleza exacta del impacto y la línea de tiempo posterior a la colisión es un verdadero desafío.
Patrizia Will, del Instituto de Geoquímica y Petrología de la ETH Zürich, ha estado trabajando en este gran problema estudiando muestras muy pequeñas de meteoritos lunares.
Recogidos en la Antártida (donde los meteoritos son relativamente fáciles de encontrar, ya que sobresalen del entorno helado), los meteoritos de roca basáltica comenzaron su vida como magma fundido en el subsuelo de la Luna. Se enfriaron y solidificaron, antes de quedar protegidos por una segunda capa de roca que los aislaba de los vientos y la radiación solares. Un acontecimiento de alta energía (como el impacto de un meteorito) expulsó la roca de la Luna y la envió volando hacia la Antártida, donde finalmente se encontró.
El pasado 7 de agosto investigadores detectaron corrientes de luz de viento solar que no habían sido predichas por los servicios de observación de nuestra estrella y cuyo origen no está claro. Durante el día, su potencia aumentó y, según las observaciones, continúa turbando el campo magnético terrestre a una velocidad de hasta 600 km/s.
Comentario: Para ver estas imágenes con más detalle, vaya a este enlace.
Véase también (en inglés): Un nuevo informe muestra que los impactos de micrometeoros han dejado daños "irreparables" en el espejo del telescopio Webb