El aumento de las infecciones bacterianas resistentes a los medicamentos es uno de los problemas sanitarios más graves del mundo, y se calcula que causará 10 millones de muertes anuales para el año 2050. Algunos de los patógenos bacterianos más virulentos y resistentes a los antibióticos son la principal causa de infecciones hospitalarias potencialmente mortales, especialmente peligrosas para los pacientes inmunodeprimidos y en estado crítico. La síntesis tradicional y continua de antibióticos simplemente no podrá seguir el ritmo de la evolución de las bacterias.

Los péptidos antimicrobianos que estudiaron los investigadores están "encriptados" en el sentido de que están contenidos en la apolipoproteína B, una proteína del plasma sanguíneo que no interviene directamente en la respuesta inmunitaria, pero que normalmente no se expresa por sí sola.
Un estudio reciente sobre la búsqueda de péptidos codificados con propiedades antimicrobianas en el proteoma humano ha localizado antibióticos de origen natural dentro de nuestro propio cuerpo. Utilizando un algoritmo para localizar secuencias específicas en nuestro código de proteínas, un equipo de investigadores de Pensilvania junto con sus colaboradores, dirigidos por César de la Fuente, Profesor Adjunto Presidencial de Psiquiatría, Bioingeniería, Microbiología e Ingeniería Química y Biomolecular, y Marcelo Torres, postdoctorante en el laboratorio de de la Fuente, fueron capaces de localizar nuevos péptidos, o cadenas de aminoácidos, que cuando se escinden, indican su potencial para defenderse de las bacterias dañinas.
Ahora, en un nuevo estudio publicado en ACS Nano, el equipo junto con Angela Cesaro, autora principal y posdoctorada en el laboratorio de de la Fuente, han identificado tres péptidos antimicrobianos distintos derivados de una proteína del plasma humano y han demostrado sus capacidades en modelos de ratón. Angela Cesaro realizó gran parte de las actividades durante su doctorado bajo la supervisión de la autora correspondiente, la profesora Angela Arciello, de la Universidad de Nápoles Federico II. El estudio en colaboración incluye también a la Utrecht University, en los Países Bajos.