El hallazgo, publicado en Science, se ha realizado gracias a observaciones en el telescopio solar SST, ubicado en el observatorio del IAC del Roque de los Muchachos.© Desconocido
Durante siglos, la naturaleza de las manchas solares ha intrigado a los astrónomos. Ahora, un trabajo dirigido por el investigador de la Real Academia Sueca de las Ciencias Göran Scharmer contribuye a explicar su estructura a través de las observaciones realizadas en el Telescopio Solar Sueco de 1-metro (SST, en su acrónimo inglés), ubicado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (La Palma). La investigación, que aparece publicada en el último número de la revista
Science.
El estudio, que cuenta con la participación del investigador español Jaime de la Cruz, que trabaja en la Universidad de Oslo,
se centra en una de las partes de toda mancha solar: la penumbra. Esta zona, de apariencia filamentosa, rodea a la umbra, la parte central, más oscura. La astronomía demostró hace años que la diferencia de color en ambas zonas respecto del resto de la superficie solar, denominada fotosfera, se debía a que su temperatura era inferior. La umbra se encuentra a unos 3.700 grados centígrados, mientras que la penumbra - menos oscura por ser más caliente- es sólo unos cientos de grados más fría que la granulación fotosférica. Ésta, a su vez, suele permanecer por encima de los 5.700 grados centrados.
La investigación desvela la naturaleza de los filamentos que componen la penumbra. Según el estudio,
tanto su estructura como el transporte energético se deben a un fenómeno llamado flujo convectivo: el movimiento de gas caliente desde el interior del Sol hacia la superficie, donde el gas se enfría y vuelve a hundirse en las capas profundas de la estrella. Utilizando los datos obtenidos a través de las observaciones en el SST, los astrónomos fueron capaces de buscar señales de esos flujos de gas.