Ciencia y Tecnología
El metano atmosférico es un gas de efecto invernadero conocido por su sensibilidad tanto a las fuentes naturales como a las antropogénicas, pero averiguar la causa de un aumento anómalo en los niveles de metano antes de la Revolución Industrial (periodo histórico comprendido entre la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX) ha sido hasta ahora una tarea difícil.
Entre las hipótesis que manejan los expertos hay coincidencia generalizada en destacar la posibilidad de un inicio muy temprano de la actividad agrícola intensiva, pero se apunta también a causas naturales como el aumento de las emisiones de las zonas pantanosas.
Un equipo dirigido por Joy Sigarayer, profesor de la Universidad de Bristol (Reino Unido), siguió modelos de cálculo del clima y del impacto de las tierras pantanosas para determinar las pautas y la evolución del metano durante los últimos 130.000 años.
La conclusión es que no hay que culpar a los seres humanos y que el aumento de la temperatura previo a la industrialización del planeta fue consecuencia principalmente de los cambios en las fuentes naturales en los trópicos del hemisferio sur derivados de una pequeña variación en la órbita terráquea.
El jefe del proyecto geológico y paleontológico perteneciente al programa Anillos de Ciencia Antártica, David Rubilar, comentó que han encontrado fósiles de pingüinos extintos y dientes de tiburones, entre otros.
"Hallamos también restos de un cráneo de mosasaurio y vértebras de plesiosaurios, reptiles marinos gigantes. Los mosasaurios serian parientes de los actuales varanos o dragones de Komodo. Eran enormes (como orcas) con extremidades a modo de aletas y que han planteado algunas preguntas acerca del origen de las serpientes y si estas evolucionaron o no de formas acuáticas. Por otro lado los plesiosaurios no exhiben pariente alguno en la actualidad", señaló.
Para el Dr. en Ciencias y experto en vertebrados fósiles del Museo Nacional de Historia Natural, estos hallazgos son significativos porque permiten conocer qué tipo de fauna vivió en determinado momento y ver si son equivalentes a la que existió en Magallanes.
Según el registro internacional del Observatorio de París, hasta ayer se habían detectado 518 exoplanetas, una cifra nada desdeñable, pero en la inmensa mayoría de los casos se trataba de gigantes gaseosos y solo tres tenían una masa inferior a la de Neputo. Ahora, de golpe, el nuevo descubrimiento ha añadido cinco más (en el sexto no se ha podido determinar la masa). "Es lo más importante en este campo desde el descubrimiento del primer exoplaneta", declaró Jack Lissauer, astrónomo de la NASA y primer autor del trabajo. Los detalles de la investigación se publican en la revista Nature.
Los seis planetas han sido descubiertos gracias al telescopio espacial Kepler, lanzado en el 2009 con el objetivo de buscar planetas similares a la Tierra. Los nuevos exoplanetas orbitan alrededor de una estrella situada a 2.000 años luz bautizada como Kepler-11.

Un fotómetro solar es una especie de lupa que escanea el aire en el ambiente brindando indicadores para comparar y detectar variaciones de los gases.
Tres estudiantes del Tecnológico de Monterrey construyeron un fotómetro solar que facilita a nivel local, e incluso personal, la medición de la variación de gases y partículas suspendidas en el aire con un alto grado de precisión.
El fotómetro de los alumnos de la carrera de Ingeniero en Tecnologías Electrónicas, en el Campus Guadalajara, tendrá un costo de cerca de 2 mil 400 pesos (200 dólares).
El proyecto coordinado con la Agencia Estadounidense del Espacio y la Aeronáutica (NASA) cumplió las metas esperadas: ser un aparato económico y accesible, fácil de manejar, de alto grado de calibración y resultados.
Actualmente este tipo de aparato es muy costoso, rondando los 45 mil pesos, y de acuerdo con el líder del trabajo, Luis Fernando González Pérez, "existen diferentes tipos de fotómetros solares, pero los que aportan datos más exactos son muy costosos y sólo los pueden tener organizaciones como la NASA. Hay otros, más económicos, pero tienen una baja calibración y pobres resultados".
Hasta ahora, sólo dos planetas fuera de nuestro Sistema Solar parecían tener esas característas, aunque con muchas dudas. "Tener ahora este número significa que tenemos una cantidad enorme, inconcebible. Es notable ver esta cifra porque hasta ahora era cero", se entusiasmó Borucki.
Antes de este anuncio, sólo se sabía que había 519 planetas extrasolares y dos posibles candidatos a ser como la Tierra. Ahora el panorama es diferente. El próximo paso es estudiar a los 54 candidatos y verificar si tienen las condiciones básicas para permitir vida, como tamaño, composición, temperatura y distancia de su estrella (ver Infografía más abajo).
Otros aspectos más avanzados para analizar si pueden tener vida, como condiciones atmosféricas específicas y presencia de agua y carbono, requieren la utilización de telescopios que todavía no fueron inventados. Además, el hecho de que un planeta reúna las condiciones requeridas no significa necesariamente que tenga vida. Marte es un buen ejemplo.
A simple vista puede parecer una galaxia en espiral clásica. Pero mirando a NGC 3621 de cerca se aprecia que no es así. Tiene una forma totalmente plana y gracias a las fotos captadas por el telescopio Wide Field se aprecia que carece del clásico abultamiento central de la mayoría de las galaxias.
La misión NEOWISE de la agencia espacial estadounidense (NASA) identificó 134 asteroides y cometas cercanos a la Tierra, identificados como NEOs (near-Earth objects), ubicados a 45 millones de kilómetros de nuestro planeta.
El Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL, por sus siglas en inglés) informó que la versión mejorada de la misión del Explorador de Gran Campo Infrarrojo (WISE, Wide-field Infrared Survey Explorer) concluyó la inspección de nuestro sistema solar que arrojó 20 cometas y más de 33 mil asteroides en el cinturón formado entre Marte y Júpiter desconocidos hasta ahora.
En un año, la sonda logró observar cerca de 153 mil cuerpos rocosos y aproximadamente 500 mil objetos conocidos.
"A pesar de contar sólo con un año de observaciones, el proyecto NEOWISEE incrementó significativamente nuestro catálogo de NEOs y otros pequeños cuerpos del sistema solar", dijo Lindley Johnson, investigadora del programa NEO Observation Program de la NASA.
Hasta hace pocos años se pensaba que los factores ambientales eran los únicos involucrados en la aparición del Parkinson, hasta que en 2007 se determinó que los "loci" -posiciones concretas en la secuencia genética- jugaban un papel importante en el desarrollo de ese trastorno.
Los investigadores han observado cómo el 20 por ciento de los pacientes con un mayor número de variantes de riesgo entre las once conocidas eran 2,5 veces más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que aquellos incluidos en el 20 por ciento con el menor número de factores genéticos de riesgo.
Esos datos ponen de relieve nuevos genes en los que la medicina debe centrarse para el estudio del Parkinson, aunque advierten de que los perfiles de riesgo que han determinado todavía tienen que pasar por una mayor experimentación clínica, afirman.
"BigBOSS es sin duda el proyecto espectroscópico más ambicioso, sólido y masivo en el horizonte", valora el astrónomo del IAC Ismael Pérez Fournón. El IAC, junto con otros centros de investigación del Consorcio Español para la participación en BigBOSS, ha apoyado y contribuido a preparar la propuesta a NOAO.
La clave para el éxito de BigBOSS será la construcción de un instrumento espectroscópico capaz de realizar de forma simultánea medidas de miles de objetos astronómicos. Este instrumento estará disponible para todos los usuarios en el telescopio Mayall, y se espera que los datos que se recojan puedan ser usados por los astrónomos de todo el mundo y el público en general. La colaboración BigBOSS buscará ahora financiación adicional para la fabricación de esta nueva instrumentación y el software asociado. Importantes contribuciones al proyecto vendrán de las 35 instituciones colaboradoras, tanto en EE UU, como en Francia, Reino Unido, China, España y Corea.
Alex Baker y Chris Rose, de la Universidad de Sheffield, utilizaron un globo de helio para enviar a la atmósfera dos videograbadoras pequeñas y un localizador de GPS dentro de una caja aislada.
También usaron parches calentadores a fin de que las cámaras pudieran resistir a la bajas temperaturas.