Traducido por el equipo de SOTT.net
Las corrientes del Atlántico se ralentizaron drásticamente durante el período del Dryas Reciente. Al reconstruir esas antiguas condiciones oceánicas, los científicos creen que pueden predecir los cambios durante el próximo siglo.
© NASA/Goddard Space Flight Center Scientific Visualization StudioVisualización de la NASA que muestra la Corriente del Golfo a medida que se despliega desde el Estrecho de Florida a través del Océano Atlántico Norte. La corriente está coloreada según la temperatura de la superficie del mar. El rojo equivale a unos 90 grados Fahrenheit (32 grados Celsius), mientras que el verde equivale a unos 55 F (13 C).
Los científicos han descubierto que la corriente del Golfo se ralentizó drásticamente al
final de la última glaciación, con efectos nefastos para los organismos del Atlántico. Este descubrimiento podría ayudar a los investigadores a predecir cómo cambiarán las corrientes del Atlántico en respuesta al cambio climático actual.
La corriente del Golfo es una corriente oceánica cálida que se origina en el estrecho de Florida, entre Florida y Cuba, antes de bordear la costa este de Estados Unidos y Canadá y cruzar el Atlántico Norte hasta Europa. El calor que transporta mantiene las condiciones templadas en Europa y, en cierta medida, en Norteamérica. La corriente forma parte de la Circulación Meridional de Oscilación del Atlántico (AMOC), que transporta aguas templadas desde el hemisferio sur hacia el norte y luego de vuelta hacia la Antártida en un bucle gigante.
Modelos anteriores mostraban que
la Corriente del Golfo se está debilitando y
la AMOC puede estar a punto de colapsar, con graves consecuencias para el clima. Ahora, un nuevo estudio publicado el jueves 9 de mayo en la revista
Science concluye que
el declive de la corriente del Golfo puede acarrear problemas a los organismos oceánicos que dependen de los nutrientes que transporta la corriente desde los trópicos hasta el Atlántico Norte.Los autores basan sus conclusiones en los registros fósiles y sedimentarios de un breve enfriamiento ocurrido hace entre 12.900 y 11.700 años, conocido como el Younger Dryas (Dryas Reciente o Joven Dryas). La ola de frío invirtió temporalmente un periodo de calentamiento global durante la transición de la
época del Pleistoceno a la actual del
Holoceno.
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