Ciencia y Tecnología
Expertos de la NASA observan con atención la evolución de una gran mancha solar, que aún cuando tiene bajas probabilidades de afectar a la Tierra, de suceder, traería consecuencias adversas.
Conocida como Bad boy, la mancha AR 1339 es la más grande detectada sobre la superficie del astro rey desde 2005 (80 mil kilómetros de largo y 40 mil de ancho), y en estos momentos y por algunos días apunta a la superficie terrestre, indicaron los especialistas.
Los investigadores se preocupan, pues el pasado jueves Bad boy lanzó una poderosa eyección clase X hacia Mercurio y Venus, pero ahora se ubica en dirección a la Tierra, aunque las posibilidades de una gran explosión son solo del 10 por ciento.
Lo que hace tan especial a la nebulosa NGC 3603 es el hecho de que es una de las guarderías estelares más grandes del brazo espiral de la Vía Láctea Carina. También es uno de los cúmulos estelares más grandes de nuestra galaxia, ya que incluye miles de estrellas de diversas edades.
Este "joyero cósmico" se encuentra a una distancia de unos 20.000 años luz de la Tierra y fue descubierto en 1834 por el famoso astrónomo Sir John Herschel.
Basta con echar un vistazo al vídeo que hay sobre estas líneas para darse cuenta. Se trata de una animación, hecha a base de docenas de imágenes facilitadas por los tripulantes de la Estación Espacial Internacional y montadas después por especialistas del Centro Espacial Johnson en Houston. Y muestran de forma espectacular cómo las ciudades de la Tierra (en este caso las de Oriente Medio y el sur de Asia) brillan con luz propia cuando se ven desde el espacio. Imágenes como ésta se han convertido en todo un icono, capaz de revelar de un simple vistazo el impacto de la Humanidad sobre nuestro planeta.
Ahora, Loeb y Turner afirman que es muy razonable pensar que alguna hipotética y lejana civilización extraterrestre también tenga que iluminar sus ciudades durante la noche. Y que es más que probable que cualquier forma de vida que haya crecido bajo la luz de un sol, haya desarrollado algún sistema artificial para mantener la iluminación durante las largas horas de oscuridad nocturna.
Siguiendo los pasos del proyecto de LHC (Gran colisionador de partículas), en el marco del nuevo experimento se planea la construcción del láser más potente del mundo. Este sería capaz de producir un haz de luz tan intenso que podría ser comparado con el impacto que habría recibido la Tierra de toda la luz del Sol enfocada en un puntito menor que una cabeza de alfiler, informa el rotativo británico The Telegraph.
Se cree que el vacío carece de materia, pero en la teoría del campo cuántico esto no es así: en realidad, está lleno de partículas y antipartículas, que van apareciendo constantemente pero duran tan poco tiempo que prácticamente no se las puede registrar.
Con este dispositivo, llamado The Extreme Light Infrastructure Ultra-High Field Facility, podría generar rayos láser tan intensos que podrían "desgarrar" el tejido del vacío, lo que ayudaría a revelar estas partículas. Además, los investigadores piensan que con una ayuda de este equipo, se podría comprobar si existen otras dimensiones, de un orden más alto que la nuestra.
Según informa EFE [1], el Instituto de Investigación de Seguridad Nuclear de Francia (IRSN), un organismo público del país vecino, la máxima autoridad en investigación sobre seguridad nuclear de Francia, ha señalado que el accidente nuclear del pasado mes de marzo "provocó la mayor contaminación radiactiva marina localizada de la historia" [1 ]. ¡La mayor contaminación localizada!, vale la pena resaltarlo.
El IRSN ha interpretado los resultados de la medición de cesio-137 en el agua del mar y ha actualizado su estimación de la cantidad total de ese elemento "vertida directamente en el mar entre el pasado 21 de marzo [diez días después del accidente] y mediados de julio". No hay datos sobre vertidos posteriores, que, sabido es, se han seguido produciendo.
La conclusión del informe: "Ese desecho radiactivo en el mar representa el aporte localizado más importante de radioisótopos artificiales [no se habla aquí de la radiactividad natural] jamás observado en el medio marino". Jamás es jamás. La localización de la planta en la cercanía del mar, por motivos básicamente económicos según señalaron y justificaron en su día la Unión de Científicos Concernidos, "ha permitido una dispersión de los radioisótopos excepcional, con una de las corrientes más importantes del globo que aleja las aguas contaminadas hacia el océano Pacífico". Los resultados de medición obtenidos en el agua de mar en los sedimentos costeros, se afirma en el informe, hacen suponer, solo suponer, "que las consecuencias del accidente en términos de 'radioprotección' se volverán débiles para las especies pelágicas a partir del otoño de 2011". A partir de este momento, de otoño de 2011, no antes.

China puso en marcha el módulo experimental para sentar las bases para una futura estación espacial.
Poco antes del lanzamiento desde un lugar en el Desierto de Gobi, el portavoz militar Wang Wanquan, anunció que la nave espacial Shenzhou 8 ingresó en la órbita diseñada y que el lanzamiento había sido exitoso.
La delicada operación de acoplamiento requiere un alto grado de precisión y es esencial para la meta de China, de contar con una estación espacial trabajando para el año 2020.
Según ha explicado el líder de la investigación, el profesor de la Universidad Penn State, Alez Wolszczan, el equipo de científicos ha observado tres estrellas conocidas como HD 240237, BD 48 738 y HD 96127 alrededor de las que se han descubierto la presencia de planetas. Se espera que la nueva investigación arroje luz sobre la evolución de sistemas planetarios alrededor de estrellas moribundas.
Del mismo modo, ayudará a los astrónomos a comprender cómo el contenido del metal que influye en el comportamiento de las estrellas moribundas, según han indicado los expertos. El estudio, que será publicada en «Astrophysical Journal», destaca que los tres recién descubiertos sistemas planetarios son "más evolucionados" que en el que se encuentra la Tierra.

El manuscrito conocido como Copiale Cipher que hasta ahora no había podido ser desifrado
¿Y si detrás de ellos se pudiera aplicar la técnica de la traducción automatizada actual con programas como Google Translate basados en la estadística? Eso mismo pensaron varios científicos de computación de la Universidad de California con un resultado asombroso. Lograron descifrar el enigma del Copiale Cipher revelando los rituales de una sociedad secreta.
Del manuscrito conocido Copiale Cipher se sabía hasta ahora que contenía más de 100 páginas que databan del siglo 18. En su interior, un conjunto de símbolos y códigos mezclados con letras romanas hasta ahora indescifrables que se descubrieron a través de un archivo académico en lo que fue la Alemania Oriental. Envuelto en papel brocado verde y oro, los investigadores trataron de darle luz a sus más de 75.000 caracteres. De lo poco que se sabía hasta ahora era su título, prácticamente las únicas inscripciones no codificadas de los documentos.
Pasadas seis décadas desde que Warren Weaver, uno de los pioneros en traducción automatizada, llegara a concluir que se debían aplicar técnicas de desciframiento de códigos ante los retos de interpretar cualquier idioma extranjero, los problemas derivados de la criptografía siguen siendo un problema, aunque se ha avanzado con programas de idiomas basados en la estadística como el utilizado por millones de usuarios con Google Translate.
La sonda Messenger de la NASA, la primera nave espacial en entrar en la órbita de Mercurio, encontró "extraños huecos" en la superficie del planeta, que confunden a los científicos a cargo de la misión.
"Nunca hemos visto nada como esto en una superficie rocosa", comentó David Blewett, miembro del grupo de científicos del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, que dirige la misión del artefacto explorador.
Según los primeros análisis, el hallazgo muestra que el planeta más cercano al Sol "está todavía en evolución de una forma sorprendente".
En Mercurio no hay atmósfera. Sin ella, no hay viento, lluvia ni otros fenómenos que modifican la superficie de planetas como la Tierra. Por ello, las fuerzas que provocan estos singulares accidentes en el terreno son un misterio.
El hallazgo 'gigante' se produjo en la región de la fosa de las Marianas, en julio de 2011, en el marco de una expedición realizada por científicos del Instituto Oceanográfico de Scripps de la Universidad de California (San Diego), y los ingenieros de National Geographic Society (Sociedad Geográfica Nacional).
Los expertos sondearon la fosa con numerosas sondas equipadas con cámaras digitales Dopcam que graban tanto con luz natural como con luz infrarroja. Las cámaras fueron colocadas en esferas de vidrio grueso, capaces de soportar la inmensa presión del agua cerca del fondo oceánico.
Una observación escrupulosa les permitió documentar la existencia de estas amebas gigantes que habitan sólo a gran profundidad. Estos protistas pertenecen al grupo Xenophyophorea, y a pesar de que tienen una estructura unicelular (están formados por una sola célula), su tamaño alcanza los 10 centímetros, una longitud cientos veces superior a la de sus "parientes".