Ciencia y Tecnología
Fue una de las erupciones volcánicas más mortíferas e impactantes de la historia de Europa. En el año 79 d.C. una infame erupción del Monte Vesubio acabó completamente con la ciudad de Pompeya y Herculano y sus habitantes. La nube de ceniza masiva y sobrecalentada estaba tan caliente que materiales como la carne y la madera se carbonizaron en unos instantes.
Ahora, un equipo de científicos italianos ha descubierto células cerebrales preservadas de la víctima de un joven de unos 20 años que murió durante este evento catastrófico (fue encontrado acostado boca abajo en una cama en el Collegium Augustalium de Herculano). Los investigadores afirman que la estructura de las neuronas aún es visible en un material negro y vítreo que se encuentra dentro del cráneo. El tejido cerebral se había convertido en un material vidrioso negro por las temperaturas abrasadoras causadas por la erupción y, tras examinar más a fondo este increíble espécimen, han encontrado la presencia de antiguas neuronas "perfectamente conservadas".
"El descubrimiento de tejido cerebral en restos humanos antiguos es un hecho inusual, pero lo que es extremadamente raro es la preservación completa de las estructuras neurales de un sistema nervioso central durante más de 2000 años, en nuestro caso con una resolución sin precedentes", explica el antropólogo forense Pier Paolo Petrone, líder del proyecto.
Pese a que el aparato se perdió el apogeo de la explosión — durante el cual la supernova tenía una intensidad de brillo 5.000 millones de veces superior a la del Sol — , logró capturar imágenes igual de espectaculares de cómo se desvanece la estrella.

La ilustración muestra la distribución de los cometas de largo periodo. Las líneas convergentes representan los caminos de los cometas. El plano de la eclíptica se muestra en amarillo y la eclíptica vacía aparece en azul. La cuadrícula de fondo representa el plano del disco galáctico
El resultado tiene varias aplicaciones potenciales en la detección ultraprecisa y la comunicación cuántica y ahora se publica en Nature Physics.

La galaxia NGC 5585.
El disco estelar de la galaxia se extiende a lo largo de 35.000 años luz.
Los lobos de hoy viven y cazan en manadas, lo que les ayuda a acabar con grandes presas. Pero, ¿cuándo evolucionó este comportamiento de grupo? Un equipo de investigación internacional ha informado sobre especímenes de Canis chihliensis, cuyos restos se han hallado en el norte de China, con lesiones debilitantes en las mandíbulas y las patas. El lobo sobrevivió a estas heridas el tiempo suficiente para sanar, lo que respalda la probabilidad de compartir alimentos y cuidados familiares en este canino temprano.
En las misiones Apolo de EE.UU., los astronautas llevaban consigo dispositivos que medían únicamente la dosis acumuladas de radiación durante toda la expedición. Pero ahora, gracias a un instrumento alemán instalado en el explorador lunar de China, Chang'e-4, se ha logrado realizar las primeras mediciones sistemáticas de la radiación en el satélite natural.
"Las mediciones nos dieron una tasa de dosis equivalente de aproximadamente 60 microsieverts por hora. En comparación, durante un vuelo de larga distancia de Fráncfort a Nueva York la tasa de dosis es de 5 a 10 veces menor, mientras que en la superficie de la Tierra es unas 200 veces más baja", señaló el físico y coautor del estudio Thomas Berger, del Instituto de Medicina Aeroespacial de Alemania.
"Sugerimos que estas aguas son salmueras de perclorato hipersalinas, que, como se sabe, se forman en las regiones polares marcianas", se destaca en el artículo.
A fines de 1895, unos investigadores alemanes encontraron unos extraños restos fósiles en la isla Quiriquina, relata el paleontólogo de la U. de Chile, Rodrigo Otero.
La primera tarea del proyecto consiste en hacer un recuento de las extinciones marinas que han sucediendo en los últimos 500 años. Sin embargo, determinar cuándo una especie se puede considerar como extinta es un reto científico complicado, pues el objetivo es evidenciar su ausencia. Primero, es necesario investigar a fondo la identidad de la especie. Dado que ésta es la unidad biológica sujeta a extinción, es indispensable comprobar si la especie que se presume extinta es realmente la que se cree que es. Esto es, no debe haber disputas directas sobre su clasificación taxonómica ni confusión sobre la validez de su identidad. Existen varios casos en los que se ha declarado extinta una especie que, por ser una identificación errónea, resultó ser otra que no estaba ni cercanamente en riesgo de extinción.