Ciencia y Tecnología
Una noche del pasado mes de Diciembre, Steve Larson del equipo de observación astronómica Catalina Sky Survey, dependiente de la Universidad de Arizona estaba buscando asteroides potencialmente peligrosos cuando se topó con lo que parecía un cometa: una débil estela proyectada desde un núcleo brillante semejante a una estrella. Cuatro imágenes tomadas a lo largo de 30 minutos revelaron que el objeto se estaba moviendo en relación con las estrellas de fondo.
Investigaciones posteriores revelaron que el objeto es el asteroide conocido como Scheila, descubierto en 1906 por el astrónomo alemán August Kopff y que figura con el número 596 en el catálogo internacional de asteroides.
El astro gira alrededor del Sol junto a miles de objetos similares en el principal cinturón de asteroides de nuestro sistema solar, situado aproximadamente entre las órbitas de Marte y Júpiter, y circula fuera del plano de la eclíptica en el que se mueve la mayoría de los planetas y asteroides.
Las inscripciones jeroglíficas de Palenque relatan que el dignatario maya, también conocido como Pakal II, falleció y "entró al camino" el 28 de agosto de 683 d.C. Sin embargo, su reposo fue interrumpido un milenio después por el arqueólogo mexicano Alberto Ruz Lhuillier, quien -tras cuatro años de intensas excavaciones- descubrió la cámara mortuoria el domingo 12 de junio de 1952.
A manera de guardianes, nueve guerreros modelados en estuco rodeaban la extraordinaria lápida esculpida sobre una losa monolítica de aproximadamente siete toneladas; 2.20 metros de ancho por 3.60 de largo. En los años 50 fue elevada por el arqueólogo Ruz Lhuillier para explorar el interior del sepulcro donde reposan los restos del gobernante.
En 2004, la tumba de Pakal fue cerrada al público como una medida de conservación, ya que la entrada masiva provocaba el aumento de la temperatura y la humedad del espacio. No obstante, al comienzo de aquella década también empezó a considerarse la pertinencia de sustituir las placas metálicas que sostenían la lápida, en virtud del grado de corrosión que presentaban.
Aunque los estudios de imágenes han sugerido la presencia de una firma neural para el bilingüismo, sin embargo, los investigadores siguen sin identificar un circuito cerebral que subyace a la capacidad para aprender una lengua no nativa.
Los científicos, dirigidos por Li Hai Ta, utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional para controlar la actividad del cerebro en niños de lengua china de 10 años de edad a los que se les pedía que realizaran una tarea léxica en inglés.
Los niños habían comenzado a aprender inglés como segunda lengua a los 6 años pero tenían un conocimiento avanzado del idioma en el momento del estudio. Mientras los niños decidían si una palabra que se les mostraba era o no una palabra inglesa, como 'panda', los autores realizaron un escáner cerebral en los niños.
Un año después, los autores volvieron a evaluar las habilidades de lectura en inglés en los participantes utilizando una prueba de inglés estándar. La actividad en dos regiones del hemisferio izquierdo del cerebro, el núcleo caudado y el giro fusiforme, correlacionaban con lo bien que los niños identificaban las palabras inglesas. Además, la actividad en estas regiones predecía las habilidades en la lectura del inglés en los niños, que fueron medidas un año antes del escáner.
Según ha explicado en una nota de prensa Jordi Agustí, uno de los científicos que ha participado en este descubrimiento, sus medidas serían muy similares a las de una rata de agua actual, de unos 18 a 22 centímetros entre la cabeza y el resto del cuerpo, una cola de unos 10 a 14 centímetros, y un peso de entre 155 y 300 gramos.
Bautizada como Arvícola jacobeus, este hallazgo se ha dado a conocer a través de un artículo publicado en la revista "Acta Paleontológica Polonia". Arvicola jacobeus es, además, la rata de agua más antigua de la historia y hace 1,2 millones de años vivió en la Sima del Elefante, en la Sierra de Atapuerca, donde también se descubrieron los restos humanos del primer europeo.
El mismo investigador ha explicado que Arvicola jacobeus "tiene que ver con el origen de la rata de agua ibérica conocida como Arvicola sapidus.
En la Sima del Elefante, durante las excavaciones arqueológicas de los últimos 15 años, "han salido restos fósiles de dientes de rata de agua con unos rasgos diferenciales que los hacían únicos", ha indicado Agustí.
Según ha precisado este investigador, sus dientes son más pequeños y tienen el esmalte más grueso que otro tipo de roedores de la misma cronología. Jordi Agustí ha señalado que, después de diferentes estudios, los científicos de Atapuerca han concluido que "se trata de una nueva especie de rata".
La Zeta Ophiuchi en la constelación del Ofiuco pertenece a la clase supergigante azul, cerca de veinte veces la masa del Sol, y podría ser hasta 65.000 veces más brillante si no estuviera rodeada por una densa capa de polvo. La estrella tiene unos 4 millones años de edad y queda a 460 años luz de la Tierra.
Anteriormente el astro giraba alrededor de uno mucho mayor, pero éste hace varios millones de años explotó en una supernova, lo que provocó que Zeta Ophiuchi fuera lanzada a una velocidad de 24 kilómetros por segundo.
La estrella atraviesa las nubes de gas y polvo espacial y empuja con sus vientos la materia en su camino, como un barco que deja una ola detrás. Como resultado se produce un arco de choque que brilla con luz infrarroja, lo que el telescopio WISE pudo detectar.
El equipo de investigadores de la Universidad de Edimburgo, junto a otros médicos europeos, planea llevar a cabo un ensayo clínico de la técnica en varios países del Europa.
Según los científicos, el procedimiento consiste en enfriar el cuerpo del paciente a una temperatura corporal cerca de 35ºC, utilizando una terapia intravenosa con fluidos fríos y colocándole compresas frías en la piel.
Con un bajo nivel de calor en el cuerpo el cerebro puede sobrevivir con menos abastecimiento de oxigeno, y esto ofrece a los médicos tiempo vital para tratar los vasos sanguíneos bloqueados o rotos.
Los científicos creen que las partículas de antimateria fueron creadas dentro de las tormentas eléctricas en un Destello de Rayos Gamma Terrestre o DRGT, por su sigla en idioma español (Terrestrial Gamma-ray Flash o TGF, en idioma inglés), asociado a los relámpagos. Se estima que diaramente se producen alrededor de 500 TGF en todo el mundo, pero la mayoría de ellos no son detectados.
"Estas señales son la primera evidencia directa de que las tormentas eléctricas pueden crear haces de partículas de antimateria", dijo Michael Briggs, quien es miembro del equipo que opera el Monitor de Destellos de Rayos Gamma (Gamma-ray Burst Monitor o GBM, en idioma inglés) del Telescopio Fermi, en la Universidad de Alabama, ubicada en Huntsville (UAH, por su sigla en idioma inglés). Briggs presentó este descubrimiento el pasado lunes en una conferencia que se llevó a cabo durante la reunión de la Sociedad Astronómica Estadounidense, en Seattle.
La pregunta parece sencilla, pero la respuesta esconde una trampa.
Un grupo de científicos se reúne esta semana en Londres convocados por la prestigiosa organización académica conocida como la Royal Society para tratar de redefinir las unidades de medida universales. Si llegan a un acuerdo se hará historia: el próximo kilo podría pesar 50 microgramos menos que el que tenemos ahora.
Idealmente las unidades deberían permanecer inalteradas en el tiempo y ser accesibles de forma universal.
Sin embargo, el kilogramo es la única de las siete unidades comprendidas en el sistema internacional (conocido como SI por sus siglas en inglés) que se define en función de un objeto: el prototipo internacional de platino iridio fabricado en Londres y conservado en Francia en la Oficina Internacional de Pesos y Medidas (BIPM según sus siglas en inglés).
Pero según afirman los científicos este objeto ha cambiado de masa y peso desde 1898: por razones que todavía son un misterio en la actualidad pesa 50 microgramos menos, lo equivalente a un grano de arena de 0,4 milímetros de diámetro.
Hace 233 días, seis científicos se encerraron en una "nave espacial" de mentira, con la misión de simular cómo sería un viaje a Marte.
El viaje total - ida y vuelta - son 520 días, y según los cálculos, la próxima semana (el 1 de febrero) estarían orbitando el planeta rojo, listos para hacer su "amartizaje" - ficticio, claro.
La misión Mars500 busca evaluar los efectos del aislamiento y otros desafíos que deberían enfrentar unos verdaderos viajeros a Marte durante este prolongado periodo de tiempo.
De hecho, se ha simulado también la demora en las comunicaciones a medida que la nave se aleja de la Tierra. La principal forma de contacto es el correo electrónico y mensajes escritos. El equipo está compuesto por tres rusos, un francés, un chino y un italiano-colombiano.
La lista de cosas que se están probando es bastante larga, principalmente relacionadas con la salud de los astronautas (física y mental), aunque hay ciertas cosas bastante serias que no se podrán probar, como el aumento de la exposición a la radiación que tendrán los astronautas y la prolongada falta de gravedad.