
© BBC MundoJonathan y Sally, un encuentro cercano.
Plantation House, en St Helena, se levanta orgullosa entre árboles vivos gracias al canto y silbido de los pájaros. Esta casa es la residencia oficial de Mark Capes, el gobiernador de los Territorios Británicos de Ultramar en el Atlántico Sur.
Pero yo no he venido a ver al gobernador, ni a los montículos marrones que se destacan en los prístinos jardines.
Pero cuando mi guía, Joe Hollis, el único veterinario en la isla, golpea una olla de metal, todo se vuelve claro. Los montículos se levantan y trotan sorprendentemente rápido hacia nosotros.
Así me encuentro con Jonathan, Myrtle y Fredrika, tres de las cinco tortugas gigantes de St Helena. Sus amigos más tímidos, David y Emma, se esconden en la maleza.
"Jonathan está virtualmente ciego debido a cataratas y no tiene sentido del olfato, pero su audición es buena", me dice Joe.
Jonathan pertenece a la rara especie de Gigantes Seychelles. Sus compañeros provienen del Atolón Aldabra en el Océano Índico. Hay unos 100.000 Gigantes Aldabra, pero solo existe un número pequeño de tortugas Seychelles en cautiverio.
A los 182 años, Jonathan puede ser el animal vivo más viejo del mundo.
Comentario: ¡JA! ¡Pronto van a lanzar un proyecto de ley para que se le prohíba fumar a las aves! Es increíble la creatividad que algunos utilizan a la hora de evitar sacar conclusiones lógicas.
En un artículo en inglés sobre la misma noticia, leemos que "una llamarada prendió fuego al techo de una casa". ¿Tan difícil es siquiera presuponer que se trate de un pequeño meteorito en llamas, algo similar pero de menor tamaño al que atravesó el cielo de una casa en Sri Lanka, por ejemplo? Eso también podría haber quemado el nido, por cierto. La gente se esfuerza tanto por negar esta realidad a un punto tal que noticias que deberían ser serias, son convertidas en comedia...