¡Que no cunda el pánico!
Aunque no sea esa la versión que propaga la narrativa histórica oficial, no cabe duda que incluso los personajes más crueles y autoritarios son, en esencia, seres humanos, con algún gusto o aversión compartida con otros de sus semejantes. Parece antinatural e inadmisible, pero es posible imaginar a alguien como Hitler acariciando a su mascota, a un torturador de cualquiera dictadura sudamericana cuidando un jardín. ¿Por qué no?
Estos, sin embargo, son ejemplos contrastantes: la maldad pura conviviendo con residuos de bondad. En otro sentido es interesante descubrir los pasatiempos secretos de estas personas, sobre todo cuando estos son parcial o totalmente ridículos, irrisorios, discordantes del todo con el temperamento que esperamos de alguien como Osama bin Laden, Saddam Hussein o el recientemente fallecido Kim Jong Il, de quienes nadie sospecharía que en la intimidad de su tiempo libre se dedicaban a escribir novelas rosas o calcar el universo animado de Disney.
"Conseguí mis 700 coronas pero nunca me salió el recibo. Al mismo tiempo, vi que un cordón estaba atascando el cajero de ATM", relató al diario sueco Vasterbotten Folkblad.
Pero cuando este iraní de visita en Ersboda (norte de Suecia) tiró de la supuesta cuerda de que atascaba la máquina se encontró con otra cosa. "Había un ratón", prosigue.
Capuano, una joven de 30 años, es una de las supervivientes del accidente frente a la isla Giglio (Italia). Su tío Giovanni no corrió la misma suerte el 14 de abril de 1912, cuando el transatlántico más espectacular hasta ese momento chocó contra un iceberg y se hundió, provocando la muerte de más de 1.500 personas. Giovanni fue una de las víctimas.
El naufragio del pasado sábado ha hecho que Valentina reviva de una manera especial las escenas a las que también se enfrentó su tío, el hermano de su abuela. "Ha sido como volver a vivir aquella historia. Fue terrible. Estoy muy afectada", contaba la joven de Nápoles al periódico 'La Repubblica'.
Sucedió en 2006. En la botadura del 'Costa Concordia', una persona se dispone a cumplir la tradición: lanzar una botella contra el casco del buque. Es la forma de 'bautizar' un barco, la manera de 'bendecirlo'. Y el 'recipiente' no se rompió, lo que significa mala suerte, gafe para la embarcación, que embarrancó en la madrugada del viernes cerca de la costa italiana, junto a los arrecifes de entrada al puerto de la isla del Giglio.
El ojo que (casi) todo lo ve, Google Street View, ha captado, nuevamente, una extraña entidad. Se trata de un cuerpo que recuerda a una especie de nave nodriza, ubicado sobre la calle Foxoak, en el Reino Unido. La estructura, de color negro y formada por dos módulos, convive con las nubes a escasos metros sobre las construcciones de West Midlands, dando lugar a un poco usual paisaje.
La Casa Blanca recibió a Obama con la puerta cerrada
Al volver de su gira por América Latina, el presidente estadounidense Barack Obama no logró entrar en la Casa Blanca. Llegó tranquilamente a trabajar, pero se encontró con que la puerta que usa habitualmente estaba cerrada. El mandatario no tardó mucho en encontrar una solución a esta rara situación: después de algunos intentos logró entrar por otra de las puertas.
Samoa y el territorio neozelandés de Tokelau, en el Pacífico Sur, harán una pirueta en el tiempo para saltarse un día del calendario, una medida que persigue facilitar el comercio y vista como un desafío a Dios por un grupo religioso.
Durante más de un siglo, Samoa ha estado cinco horas por detrás de Miami y Washington, unas 10 de Londres, 11 de Madrid, 18 de Pekín y 21 de Sídney.
Pero con la aplicación de esta Ley de la Línea Internacional de Cambio de Fecha, Samoa saltará de la medianoche del 29 de diciembre directamente a la del 31, por lo que será uno de los primeros países en recibir el Año Nuevo con la consiguiente perdida de un día de vida para unos 180.000 samoanos.
Uein Buranibwe, de 53 años, y Temaei Tontaake, de 26, salieron hace más de un mes a realizar una pequeña travesía alrededor del archipiélago Kiribati, ubicado entre Hawaii y Australia. Pero en el medio de la noche, un desperfecto en su nave los dejó a la deriva y a merced de los vientos y las corrientes del mar.
Los guardacostas estadounidenses los buscaron en vano durante tres días. "Escuchamos el sonido de un avión, pero no pudimos verlo", recordó Tontaake. Lo mismo pasó con algunos barcos de pesca que pasaron cerca: no oyeron sus pedidos desesperados.
Ellos, mientras, siguieron alimentándose del atún que atrapaban, cuando conseguían hacerlo. Pero sus pocas reservas de agua se agotaron y la lluvia nunca llegó. Por eso, en más de una oportunidad, dijeron, tuvieron que apelar al agua salada del mar. Hasta que su pequeña barcaza llegó a un atolón aislado en las Islas Marshall, Namdrik, donde viven unas 600 personas.
En Relato de un naufrago, el ganador del Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez cuenta la historia de un militar colombiano que sobrevivió durante 10 días en el mar, pese a los avatares del clima y los tiburones que lo visitaban a diario. Su historia sirvió para revelar los cargamentos de contrabando que llevaba el barco oficial en el que viajaba.