De acuerdo con uno de los cables diplomáticos recientemente hecho público por WikiLeaks, la embajada de Estados Unidos en París recomendó a su gobierno iniciar una ofensiva comercial contra los países de la Unión Europea que se negaran a apoyar los cultivos de alimentos genéticamente modificados.
Lo anterior a causa de la prohibición que el gobierno francés impusiera sobre una de las variedads de maíz producidas por Monsanto, el gigante de los transgénicos, hacia finales de 2007. Entonces Craig Stapleto, a la sazón representante de EE. UU. en Francia, pidió a sus superiores que penalizaran a todos aquellos países que se opusieran a estos cultivos.
La representación del país en París recomienda que calibremos una lista de objetivos susceptibles de represalias que cause algo de dolor en la Unión Europea dado que esta es una responsabilidad colectiva, pero que también se enfoque en algunos de los peores culpables.En esos términos se expresó Stapleton, amigo y socio del entonces presidente George Bush.
Esta lista debería ser mesurada más que despiadada y debe sostenerse a largo plazo, pues no esperamos una victoria inmediata. En cuanto a las represalias, aclararemos que el proyecto actual tiene costos reales para los intereses de la UE y podría ayudar a fortalecer opiniones europeas a favor de la biotecnología.