"Las cosas iban mal, y ellos sabían que las cosas iban mal, y sabían que los demás también debían saber que las cosas iban mal, y aun así necesitaban fingir, de cara al exterior, que las cosas iban bien. El presidente estaba bien. Las elecciones irían bien" (Olivia Nuzzi, NY Magazine).Hay una razón por la que la fábula de El traje nuevo del emperador es tan potente: describe una sociedad mentalmente enferma que se refugia en la irrealidad abyecta para evitar enfrentarse a la verdad. Por desgracia, este dilema humano arquetípico empuja a dicha sociedad hacia la némesis: la caída y el castigo. Y esa es exactamente la consecuencia del comportamiento cobarde, deshonroso y degenerado de nuestros medios de comunicación en la última década.
Han desordenado el consenso de nuestra nación sobre la realidad con mentiras perentorias sobre todo, al servicio de un partido político que miente a sus ciudadanos sobre todo. La gran pregunta es: ¿quién o qué los reclutó para servir al Partido del Caos, y por qué aceptaron?
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