Primero, un breve contexto:
Las potencias occidentales, principalmente los Estados Unidos de Obama y luego de Biden, provocaron deliberadamente a Rusia para que invadiera Ucrania. En esencia, se trató de una operación de procedimiento operativo estándar del "estado profundo" y del "establishment de Washington" por parte de políticos de carrera, burócratas no electos y agentes de inteligencia que trascienden cualquier administración y se consideran los verdaderos gobernantes de los Estados Unidos y, en gran medida, del mundo. Sus objetivos al provocar a Rusia eran:
a) destruir cualquier posibilidad de una relación positiva de la UE con Rusia y mantener a la UE en la órbita de Estados Unidos
b) hacer mucho dinero para los fabricantes de armas occidentales y sus aliados políticos (la guerra casi siempre ha sido un chanchullo)
c) desestabilizar la economía y el gobierno rusos y, con suerte, derrocar a Putin.
A y B eran algo seguro porque son objetivos a corto plazo y están integrados en el hecho de provocar a Rusia para que invada Ucrania. Pero C siempre fue una posibilidad remota debido a la solidez de la economía y el pueblo rusos y al liderazgo de Putin.