"Lo que ocurrió aquí fue la habituación gradual del pueblo, poco a poco, a ser gobernado por sorpresa; a recibir decisiones deliberadas en secreto; a creer que la situación era tan complicada que el gobierno tenía que actuar sobre basándose en información que el pueblo no podía comprender, o tan peligrosa que, incluso si el pueblo podía entenderla, no podía divulgarse debido a la seguridad nacional.... Y todas las crisis y reformas (reformas reales, también) ocupaban tanto a la gente que no veían el lento movimiento subyacente, de todo el proceso de gobierno cada vez más lejano".Prepárense: se acerca un tsunami.
(Historiador Milton Mayer, Creían que eran libres: los alemanes, 1933-1945).
Mientras discutimos sobre qué bando está ganando esta batalla perdida para dirigir el país, algo se está tramando en las guaridas del poder, mucho más allá de la mirada pública, y no augura nada bueno para el futuro de este país.
Cuando toda una nación está tan hipnotizada por las payasadas de la clase política gobernante que es ajena a todo lo demás, es mejor tener cuidado.
Cuando se tiene un gobierno que opera en la sombra, habla en un lenguaje de fuerza y gobierna por decreto, es mejor tener cuidado.
Y siempre que haya un gobierno tan alejado de su pueblo que se asegure de que este nunca sea visto, oído o escuchado por quienes han sido elegidos para representarlo, más vale tener cuidado.
Tenemos que poner en orden nuestras prioridades si queremos tener alguna esperanza de mantener el sentido de la libertad en Estados Unidos.
Mientras nos permitamos distraernos, desviarnos, indignarnos de vez en cuando, estar siempre polarizados y contentarnos con vernos los unos a los otros — y no al gobierno — como el enemigo, nunca conseguiremos presentar un frente unificado contra la tiranía (o la corrupción e ineptitud del gobierno) en ninguna de sus formas.
Por "gobierno" no me refiero a la burocracia bipartidista de republicanos y demócratas. Más bien, me refiero al "gobierno" con "G" mayúscula, el atrincherado Estado Profundo que no se ve afectado por las elecciones, inalterado por los movimientos populistas, y que se ha puesto a sí mismo fuera del alcance de la ley.
Esta es la cara oculta de un gobierno que no respeta las libertades de sus ciudadanos.
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