Se desgarraron vestiduras moros y cristianos (los neo-fascistas no) con la elección para presidente de EEUU del outsiderDonald Trump y, como suele pasar, las pasiones del momento reducen los espacios para el análisis en hielo. Habíamos señalado desde este medio (Trump no es Barba Azul ni Hillary Juan de Arco) que Trump se dirigía, certero, a los blancos -que eran el 69% del censo de votantes- y que temas como la inmigración buscaban arrastrar votos frente a Hillary, a la que varias encuestas daban por derrotada.
© Mike Segar / Reuters
Seguimos insistiendo en que Trump no es Barba Azul ni la perdedora Clinton era Juana de Arco. Pasando por alto sus chirridos, puede que, en los hechos, Trump resulte mejor opción que Hillary y, dando tiempo al tiempo, aplicar lo dicho por Mateo, de que "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 20). Un análisis menos pasional de las acciones que adoptaría Trump una vez en la Casa Blanca, puestas en una perspectiva real - sin olvidar lo dicho en el citado artículo, de que, "gane quien gane, una vez ungido, se integrará en el
establishment"-, deja ver que no es tan malo el lobo como lo pintan. Veamos:
Comentario: Si Sarkozy realmente deja la política, solo podemos decirle que cierre la puerta al salir. La derecha ha eliminado a la primera a Sarkozy, y eso que era el favorito de las encuestas. Las cosas están sucediendo de forma tan acelerada que ni las élites pueden controlar ningún resultado.