El domingo se publicaron parte de los Panamá Papers, investigación impulsada por el diario alemán Süddeutsche Zeitung [1] junto al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación [2] (ICIJ, por sus siglas en inglés) y más de 100 organizaciones de noticias entre las que encontramos: The Guardian (Reino Unido), Le Monde (Francia), Canal 13 (Argentina), la revista Proceso (México), etc. [3]. El diario alemán recibió de parte de un anónimo un cúmulo de 11 millones y medio de documentos, en formato de mails y documentos adjuntos, que dan cuenta de las operaciones de la firma de abogados Mossack Fonseca (gestora de sociedades offshore que opera en Panamá) [4] desde 1977 hasta el año 2015. La información fue analizada durante un año por 376 periodistas de 76 países y brinda pruebas sobre el desvío de dinero a paraísos fiscales realizados por diferentes líderes políticos, deportistas, artistas y empresarios de varios países del mundo [5].
No obstante la valiosa información publicada por este grupo de periodistas, se abren una serie de dudas. En primer lugar, si el objetivo era dar a conocer el modo en que las corporaciones y los ricos del mundo evaden sus obligaciones para hacerse más ricos,
es curioso que hayan brindado la información a grandes corporaciones mediáticas. De allí surge otro cuestionamiento, sobre la "filtración" de la información. En los documentos publicados (que son una ínfima parte del corpus documental total)
no aparecen, casualmente, corporaciones estadounidenses o alemanas, o del Reino Unido. En cambio, se le dio especial importancia a los vínculos entre Mossack Fonseca y el gobierno ruso, Putin a la cabeza [6].Las dudas comienzan a disiparse cuando observamos que uno de los organismos que coordinó la investigación es el
Center for Public Integrity, financiado nada más y nada menos que por
Fundación Ford,
Carneghie Endowment,
Open Society (de Soros) y la
Fundación Rockefeller. Es decir,
los representantes a nivel mundial del modo en que funciona la red global de poder que incluye: corporaciones, fundaciones, gobiernos, organismos internacionales, ONGs y
medios de comunicación. Ellos eligen qué es conveniente para el público, y qué información es mejor ocultar para evitar daños reales en el funcionamiento del sistema.
Comentario: Los únicos que han ayudado a Siria son los rusos bajo el mando de Putin y gracias a esta ayuda Siria, aunque siga luchando y sufriendo, puede ver un futuro. Sin embargo siguen las mentiras y las sanciones y los depredadores. Estos depredadores no solamente son los responsables de la guerra en Siria, que ya es la más terrible sanción que puede sufrir un pais, sino que además imponen sanciones otras para acabar con toda la economía y la vida social y cultural de la sociedad. Como el tema de la deuda de un país que ha sufrido la guerra, el tema de las sanciones es igual de importante para entender como funciona la mente perversa del depredador. Siempre ocurre lo mismo, como un leitmotiv: las victimas tienen que pagar el precio de ser victimas.
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